CAPÍTULO 26: El amor de mi vida.

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Me he estirado buscando su presencia entre las sábanas. He extendido la mano... Pero lo único que mis dedos han alcanzado a tocar ha sido una bola de pelo que ronronea.

-Mmmm... Blanca... Eres adorable.-He puesto a la gatita sobre mí para acariciarle el mentón y entre las orejas. Me pisa y ronronea cada vez más fuerte.-¿Dónde está tu dueño, bonita? ¿Crees que habrá ido a comprar churros? Espero que sí, porque me muero de hambre...

-Lo siento, amores míos, no hay absolutamente nada para comer.- Egan ha aparecido por el umbral de la puerta de su habitación.

-¿¡Ya te has vestido!? ¿Desde cuando nos vestimos y nos duchamos aquí?¿Esto es nuevo? Creía que habíamos acordado que aquí las celebraciones de premios consistían en estar en pijama en la cama y cortar todo contacto con el exterior... ¡Excepto para llamar al repartidor de pizza!

-¡Hoy no, levanta!- Dijo entre risas Egan.- Y no estamos de celebración aún, estás a la espera de los resultados en la gala

-¡AAAA! ¿Es obligatorio que me lo recuerdes?- He hundido la cabeza bajo un cojín.

Efectivamente, es nuestro último fin de semana antes del veredicto. Al mencionar los resultados que se expondrán en esa gran gala el próximo lunes, se me ha encogido el estómago. Después de la fiesta sorpresa, pasamos el máximo de tiempo posible juntos. Pero no hemos hablado de lo que va a pasar después...

-¡Vas a asfixiarte debajo del cojín, levántate!- Ha levantado el cojín y ha depositado en mis labios un beso.

-¿Piensas dejarte el pelo azul por mucho más tiempo?

-¿Qué? ¿No te gusta?

-Mmmm... Yo... Argh, tengo carraspera, no puedo hablar.- Empecé a toser de forma falsa, mientras lo miraba con una sonrisa.

-¡Venga ya! ¡Pero si está chulísimo! ¿A qué ahora te pongo más que antes? ¿Verdad que sí?- Me ha mirado con ojos de cachorrito.

-No, en realidad, no. Tengo algo para tu pelo azul.

-Voy a dejarlo por ahora así...- Me ha besado con ternura.- ¿Te levantas? Habrá que aprovechar la mañana juntos...Además, tengo previsto algo para más tarde.

-Ah, ¿sí? ¿Dónde vas?

-Aún tengo cosas que aclarar con Richard.

-No puedo creer que haya conseguido sacarte de todo eso.

-Sí, sin él,ya estaría en la cárcel.

-Aún no entiendo cómo...

-Solo tiene influencia en la policía y ha respondido por mí. Ha apoyado mi inocencia y ha insistido en el hecho de que desde hace ya varios meses intentaba salir de ahí. Mi pasado familiar algo convulso también ha ayudado... Richard ha sabido tirar de los hilos correctos y le debo mucho...

-Menos mal que está ahí...

-Sí... Y además... se trataba de un pequeño cártel de la droga, gestionado por tipos peligrosos, pero afortunadamente, principiantes... De lo contrario, sinceramente... Creo que no hubiera podido salir con vida.

Hemos permanecido en silencio durante un instante, ese pensamiento me da ganas de vomitar.

-¡Fuera lo que fuere, tienes que levantarte ya!- Egan cortó el momento serio para que no fuera una pesadilla para ambos.

-¡Agg! ¿¡Para qué!?

-¡Para que vayamos a comer y no llegue tarde después.

Le he lanzado un cojín a plena cara. Ha recibido el cojín de una manera casi improbable de que ocurriese. Con el objeto en la mano, me ha sonreído y ha arqueado su ceja.

QUERIDA NIÑA INMADURADonde viven las historias. Descúbrelo ahora