CAPÍTULO 4: creo que te conozco.

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Megara terminó de hacer su maleta y la de su hija Alba, que tenía seis años entonces. 

Cogió las llaves de su coche, agarró a Alba de la mano. En la puerta de su casa miró a ambos lados para confirmar que no había nadie rodando por allí; todos los vecinos estaban trabajando en ese momento. 

-¿Mamá?

-Tranquila Alba, estaremos una salva ...

La mujer montó a su hija en la parte trasera del coche. 

Con dolor en su corazón y lágrimas derramadas por su bello rostro, miró hacía atrás, a su hogar, en el que un día fue feliz. 

Arrancó su Citroen y se fue de allí. Dejándolo todo. Dejándolo a él ...

Mientras que Megara conducía todo pasaba por su cabeza, pasó frente aquel bar y por un momento consideró cogerle de los pelos a esa estúpida mujer.

Alba mientras miraba por la ventanilla. Pero ya empezaba a entender la situación. Alba comenzó a comprender la vida demasiado rápido ...

.......

Megara sacó del maletero la maleta donde estaban todas sus pertenencias y las de Alba. 

Respiró hondo. La pequeña niña se bajó solita del auto y agarró la mano de su madre, después se dio cuenta de donde estaba; conocía a la perfección aquel lugar ...

-¿Por qué estamos en la casa de la tía Annya, mamá? - preguntó mirando con esos ojos de cachorritos a su madre.

-Nos quedaremos durante un tiempo aquí cariño ... O eso espero.- susurró eso último.

Con toda su dignidad por el suelo. Megara tocó el timbre de la casa de su hermana. 

Que curioso era que aquella casa era de ella, Annya era inquilina de su hermana y pagaba mensualmente un alquiler a su hermana Megara.

La voz de Annya se escuchó tras la puerta.

-¿Quién es? - preguntó aquella voz tan amable.

-Somos Alba y Megara ...- la voz triste de Megara se notaba desde lejos.

Annya abrió la puerta. Y se dio cuenta de inmediato de todo lo que sucedía.

-¿Qué ha pasado? - preguntó Annya preocupada.

                                                           * * * * * * * * * * * * * * * * ****

Aquella tarde con Renée me hizo reflexionar, tanto ha pasado mi pobre amiga, tanto que yo no sabía.

Por una parte me sentí traicionada, a mi me hubiera dado igual que hubiera sido mi primer curso en la universidad, ella siempre ha sabido que he estado para ella: para sus momentos de victoria y para sus caídas, yo la levantaba joder. 

Estuve toda la tarde con mi vieja amiga, y tuve que volver sola y andando a mi casa. Que la verdad es que había un gran camino, pero era tarde, las 23:00, es tarde para llamar a nadie, así que esta es mi única opción.

Miraba mi ciudad con una sonrisa nostálgica, echaba de menos todo esto. 

Cuando iba por la barriada de Alessia, llegando a mi casa, iba distraída, mirando a mi teléfono móvil. No me di cuenta de los obstáculos de mi camino, pero menuda sorpresa me llevé cuando choqué con el ....

-¡Auch! - me quejé al darme al chocarme con alguien- Perdone esto ...- miré hacía arriba, pues era un hombre alto. 

-No te ...- quedó impactado- ¿Te conozco de algo ...? ¿Verdad? - dijo seguro de sí mismo.

QUERIDA NIÑA INMADURADonde viven las historias. Descúbrelo ahora