-¿Estás nerviosa?-Me preguntó Egan cogiéndome de la mano en la sala de espera del ginecólogo.
-¡Claro que estoy nerviosa! No todos los días te dicen el sexo de tu bebé... Estoy muy nerviosa...
Una mujer salió de la clínica junto con la doctora.- ¿Alba Yepes?- Anunció esta.
-¡Si! ¡Yo!.- Dije yo.
Ya mi barriga se notaba bastante, llevaba cinco meses de embarazo y estaban a punto de conocer cual sería el sexo de mi bebé. Me estaba muriendo de nervios.
El embarazo había pasado normal durante todos estos meses, había tenido mis malestares, me había encontrado fatal porque cada vez estaba más gorda. Pero cada mes que pasaba tenía más ganas de tenerlo a mi lado.
-¿Qué tal este mes? ¿Mucho malestares?-Me preguntó la ginecóloga mientras se preparaba para hacerme la ecografía.
-No, osea, normal. Ya sabes, a veces mucha flojera, antojos, arcadas de vez en cuando y eso... Pero todo normal.
-De acuerdo, pues, ¿preparados?
Egan y yo nos miramos, entusiasmados, el corazón se me iba a salir del pecho.
Primero, la ginecóloga paso la crema sobre mi barriga, y a continuación, empezó pasar la máquina sobre esta.
-Es una niña.
Y ahí empecé a llorar, por dios, ¿esto era real? ¡Iba a tener una niña! Miré a Egan, me agarraba de la mano y miraba la pantalla con los ojos llorosos, vi una lágrima caer por su mejilla.
........
-No puedo andar más dios mío, vámonos a casa Luna por favor. -Mi barriga cada vez era más grande, de hecho ya estaba de nueve meses y mi parto sería inminente.
-¿De verdad, Alba? Me has hecho venir hasta el centro para comprar y hemos andado dos calles y ya quieres irte.
-¡Carga tu con una barriga de tres kilos! ¡Ah, Ah! Que me duele.-Tuve que sentarme en un banco que estaba cerca.- ¡Por dios, Luna! ¡Odio estar embarazada!
-¿Te duele mucho Alba?
-Vámonos a casa, por favor.
Con todo el dolor de mi corazón, nos fuimos a casa, me sentía un poco mal porque había hecho que Luna me recogiera para ir al centro. Cuando mi trasero tocó el colchón blandito del sofá no pude agradecer más.
-¿Ya estáis aquí?- Egan bajó de la escalera vestido con su uniforme de camarero.
-Si, Alba no aguantaba más y le ha empezado a doler el abdomen. ¿Estás mejor?
-Si... Creo. ¡Ay, ay! ¡No! ¡Me duele más!
-Alba...¿No has pensado por casualidad que pueden ser contracciones de parto...?
Luna me miró, yo miré a los dos hermanos y empezó a entrar calor, me comencé a sofocar.
-¡AAAA!- El dolor cada vez era más fuerte y entre que yo también soy una dramática de categoría.
-¡Cariño! Tranquila... respira, todo va a pasar.
-¿¡Cómo quieres que me tranquilice, Egan!? ¡Me va a salir un niña por el..! ¿¡De verdad quieres que me tranquilice!?
-Vale tienes razón esto...
-¡Pero vámonos ya al hospital!
Estar allí tumbada en aquella camilla se me hizo eterno, cada vez el dolor de las contracciones era más intenso.
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QUERIDA NIÑA INMADURA
Non-FictionAlba ha crecido, Alba ya no es aquella tonta niña inocente e inmadura. Alba quiere expresarse, contar su historia. Ha vuelto para reencontrarse con el mundo y sobre todo para encontrarse a si misma. Pero habrá muchos obstáculos en el camino. Pero si...