Una tormenta toma el cielo de Múnich y decidimos poner fin al día de compras.
Cuando a las seis de la tarde Chungha me deja en la casa, Taehyung no está. Sarah me indica que ha ido a la oficina, pero que no tardará en llegar. Rápidamente subo las compras a la habitación y las escondo en el fondo del armario.
No quiero que las vea.
Pero antes de cambiarme miro por la ventana. Diluvia y recuerdo haber visto junto a los cubos de basura al perro abandonado.
Sin pensarlo dos veces, voy a la habitación de invitados y cojo una
manta.Ya compraré otra.
Bajo a la cocina, cojo un poco de estofado de la nevera, lo pongo en un recipiente de plástico, lo caliento en el microondas y salgo de la casa. Camino con gusto entre los árboles hasta llegar a la reja; la abro y me acerco a los cubos de basura.
—Susto… —Le he bautizado con
ese nombre—. Susto, ¿estás ahí?La cabeza de un delgado galgo color
canela y blanco aparece tras el cubo.Tiembla.
Está asustado y, por su aspecto, debe de tener hambre y mucho…, mucho frío. El animal, receloso, no se acerca, y dejo elestofado en el suelo mientras lo animo a comer.
—Vamos, Susto, come. Está rico.
Pero el perro se esconde y, antes de
que yo le pueda tocar, huye despavorido.Eso me entristece. Pobrecito. Qué miedo tiene a los humanos. Pero sé que va a volver. Ya son muchas las veces que lo he visto junto a los contenedores de basura, y dispuesto a hacer algo por él, con unas maderas y unas cajas, levanto una especie de improvisada caseta en un lateral. En el centro de la caja meto la manta que llevo y el estofado, y me voy.
Espero que regrese y coma.
Ya en la casa, subo de nuevo a mi habitación, me cambio de ropa y regreso al salón con la caja del árbol de Navidad.
Yong ho está jugando con la
PlayStation. Me siento a su lado y dejo
la enorme y colorida caja ante mis
piernas. Seguro que eso llamará su
atención.Durante más de veinte minutos lo
observo jugar sin decir una sola palabra, mientras la pinche música atronadora del videojuego me destroza los tímpanos. Al final, claudico y pregunto a voz en grito:—¿Te apetece poner el árbol de
Navidad conmigo?Yong ho me mira ¡por fin! Para la música.
¡Oh…, qué gusto! Después observa la caja.
—¿El árbol está ahí metido? —
pregunta, sorprendido.—Sí. Es desmontable, ¿qué te
parece? —contesto, abriendo la tapa y
sacando un trozo.Su cara es un poema.
—No me gusta —afirma rápidamente.
Sonrío, o le doy un manotazo.
Decido sonreír.
—He pensado en crear nuestro
propio árbol de Navidad. Y para ser
originales y tener algo que nadie tiene, lo decoraremos con deseos que
leeremos cuando quitemos el árbol.
Cada uno de nosotros escribirá cinco
deseos. ¿Qué te parece?Yong ho pestañea. He logrado atraer su atención, y enseñándole un cuaderno, un par de bolígrafos y cinta de colores, añado:
—Montamos el árbol y luego en
pequeños papelitos escribimos deseos. Los enrollamos y los atamos con la cinta de colores. ¿A que es una buena idea?
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Voyeur² +18 ᵗᵃᵉᵏᵒᵒᵏ
Fanfiction-Kook, te quiero. -Pues, peor para ti. ... >>Ganador del concurso Jeon's Fanfic Awards<< 🌹 •Th top - Jk bottom •Mpreg