Capítulo 14

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Capítulo 14.

Cursando el penúltimo año de secundaria, fue cuando entendí que era momento para aceptar mi orientación sexual, esa que brotó por completo en el instante que sentí los labios de May junto a los míos por primera vez, todo sucedió un par de meses antes del día que decidí contarle a mi círculo de amigos más cercanos que me gustaban las chicas, por alguna razón esto me aterraba. Hablarles de mi sexualidad también dejaría al descubierto mi enamoramiento por mi mejor amiga, o al menos eso era lo que yo temía.

Después de las clases de música tendríamos el resto de la tarde libre, asi que me armé de valor y decidí que era ahora o nunca. Siempre tuve muy claro todo lo que quería hacer en mi vida: estudiar medicina, ser de las mejores virólogas a nivel nacional y por qué no internacional, sin embargo, cuando se trataba de hablar de sentimientos mi seguridad desaparecida, me dejaba sola y sin apoyo para enfrentar lo que realmente sentía. Les pedí a mis amigos que nos reuniéramos en la Colina Penk, al finalizar el horario académico.

Llegamos a nuestro lugar preferido en la colina, Juampi como conocía al chico que atendía en la licorería del pueblo, lograba convencerlo de venderle una cerveza para cada uno, además, Víctor secuestraba alguna botella de vodka de la casa de sus padres, ya que tenían tantas que nunca lo notaron, aunque a veces creo que sí estaban enterados, pero preferían fingir que no para evitar enfrentar el problema con su hijo. De ese día recuerdo absolutamente todo, porque fue uno de los más importantes de mi vida; Daniela tomaba su cerveza y arruga la cara decía que no le gustaba el sabor amargo, pero eso nunca le impidió tomarse varias seguidas, Juampi a pesar de ser de nuestra edad, se comportaba como un universitario, incluso lo invitaban a fiestas de mayores, la cerveza no solo le gustaba sino que también la bebía como si fuese agua, pero ese día no tomó, ni siquiera un trago, una semana una semana después entendí el porqué. Por otro lado, May sí quiso cerveza y se sentó junto a mí como era de costumbre, decía que no había un lugar mejor en todo el mundo que estar al lado de su mejor amiga, ese día ella llevaba el cabello recogido con un moño tan sencillo y mal hecho que la hacía lucir más hermosa de lo que ya era.

Hacía prácticamente una semana que se lo había contado a mis padres, si ellos lo aceptaron bien, sentí que era el momento de no fingir algo que no era, y empezar a vivir mi vida sin simular o tener que recibir flores de los chicos sin tener ningún interés por ellos. Forside es un pueblo chico, así que los chismes no corren, vuelan cual cohete chino a punto de estrellarse con la tierra, pero eso en realidad me tenía, nunca he sido de las personas que se dejan guiar por lo que digan los demás.

—Oye, Sam. ¿Ya nos vas a contar por qué querías que viniésemos un día como hoy a este lugar? —La voz de Víctor era de curiosidad y también de molestia, siempre le gustó todo a su ritmo, es decir de una vez.

—Sí, amiga. ¿Al fin nos vas a contar si sabes ya quién es tu galán misterioso? —Daniela estaba emocionada, hacia un tiempo alguien me dejaba cartas en mi casillero y ella apostaba por Joaquín un chico mayor que nosotras que siempre intentaba ligar conmigo, pero nunca me di cuenta quién era él que las escribía. Y dejaron de aparecer cuando todo el instituto se enteró que era lesbiana.

—Dale, no los dejes en ascuas, que ya sabes que a esos dos les mata la curiosidad y el chisme —me dijo Juampi riendo.

—Llevo una semana decidiendo si contarles esta parte de mi vida o mejor guardarla para mí y hacer como si nada pasara, pero la verdad es que son mis amigos y si no lo hablo ahora con ustedes no me animaré nunca —les dije y mi voz estaba a punto de quebrarse.

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