Capítulo 31

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Me siento en una silla enfrente de May y el niño, observo una de las escenas más bellas que he visto en mi vida. May juega con el niño y él le regala sus sonrisas más sinceras. Si es así con un niño que no es su hijo, no me puedo imaginar lo maravillosa madre que es. Siempre creí que si tenía llegaba a tener un bebé no habría nadie más con quién deseara compartir esa etapa. 

Ver a Steve con más energía que todos los días atrás me hace muy feliz, saber que todo el esfuerzo está valiendo la pena, no me importa quedarme sin el puesto de encargada en pediatría en el Hospital Central de Cambridge o incluso si pierdo mi trabajo, porque lo más importante es saber que estas personas se recuperen y puedan volver a su vida normal.

Los nenes empiezan a llegar uno a uno, algunos caminando por sí solos y los que están más débiles, pero aun consientes los traen en silla de ruedas. Me parece extraño que Ashley no haya llegado, es de las madres más puntuales de Forside.

—Sam, ¿la señora Brown confirmó asistencia? No tengo problema en seguir cuidando al niño, pero ya está empezando a preguntar por su mamá.

—Sí, ayer cuando le mencioné que planeábamos realizar una función de títeres estaba súper animada y hasta me dijo que si necesitaba ayuda con un personaje ella lo interpretaría con gusto.

—Claro, todo sea por ayudar a su doctora.

—Por favor, de nuevo con eso no, Bonita.

—Es broma, ya sé que eres solo mía —dice con una sonrisa y me roba un beso, no sé si lo hizo para disculparse por su escena de celos poco creativa o porque Allison estaba cruzando la puerta justo en ese momento.

No sé por qué lo haya hecho, pero esa versión no se le da bien, marcar territorio no le queda a alguien como May, porque cualquiera debe sentirse afortunada de estar con ella y no darle razones para que sienta que debe exigir su lugar.

—Voy a marcarle, mientras quédate un rato más con él por favor —Ella asiente y yo marco el número de Ashley, pero no responde, lo intento dos veces más y obtengo el mismo resultado.

De lejos le hago una seña a May para indicarle que la señora no responde y así se quedé junto a Steve. La función inicia y a todos los chicos parece gustarle, incluso algunas de las madres que lograron venir aplauden durante la obra.

Terminamos la actividad y me coloco junto a la puerta para obsequiarles a los niños una paleta y un tierno títere de cada uno de ellos. En estas situaciones lo principal es hacerles saber que no están solos y que todos estamos para ellos y para ayudarles a salir de lo que están enfrentando.

Por alguna extraña razón, Steve viene de la mano de Allison y no logro ver a May por ningún lugar de la sala. El niño parece muy feliz con su nueva compañía.

—¿Dónde está May? —le pregunto a Allison porque me resulta muy extraño que haya dejado el niño a su cargo, no es que tengan un amplio historial como amigas ni nada por el estilo.

—Parece que algo sucedió, le informaron de una emergencia y salió corriendo a atenderla.

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