Jeongin, dueño de una veterinaria y un refugio de animales casi en quiebra, se ve obligado a asistir a una cita a ciegas por parte de uno de sus mejores amigos, Hyunjin.
Pareja principal: Chanin
Pareja secundaria: Hyunmin
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Jeongin se observaba nervioso frente al espejo, no entendía porque su estómago no paraba de hacerlo sentir como si tuviera un zoológico dentro suyo.
Definitivamente mi sistema nervioso parasimpático no está haciendo un buen trabajo al intentar tranquilizarme.
Se acomodaba su camisa blanca una y otra vez, ¿quedará mejor fuera o dentro del pantalón? Se arremangaba y bajaba las mangas de su chaqueta de mezquilla preguntándose de cual manera se vería mejor. Giraba frente al espejo para ver si su redondo trasero se veía lo suficientemente bien dentro de aquellos jeans negros que llevaba. Si, seguramente Hyunjin lo felicitaria por ponerse aquel pantalón que se aferraba con tanta elegancia y gracia a sus piernas y glúteos.
Escucho su celular vibrar sobre la cama y rápidamente se acercó a ella para confirmar que era un mensaje de Christopher avisando que ya se encontraba en el edificio donde Jeongin rentaba su departamento.
Bajó mientras con una de sus manos ordenaba y, a su vez desordenaba, sutilmente sus cabellos azules, Chan mentiría si dijera que no se sentía hipnotizar por tal simple acción.
Al ingresar al auto, Jeongin se pudo sentir embriagar por la exquisita fragancia que Chan llevaba esa noche, y su atuendo no le envidiaba nada a aquel extravagante y dulce aroma que estaba logrando acaparar toda su atención.
—Hey, ¿cómo estás?—Chan rápidamente acarició brevemente los cabellos del menor, se encontraba con ganas de tocarlos desde que vió como los delgados dedos del menor se deslizaban por estos con tanta facilidad.
—Bien, solo un poco cansado, ya sabes, el trabajo, ¿tu cómo has estado?
—Bien, ya sabes, lidiando con personas que son algo necias a veces.—Chris lanzó una pequeña risita que para nada hizo sonreir a Jeongin, ya que ya se imaginaba por dónde venía el comentario del castaño.
—Chan si esto es por lo de la donación yo-
—Tranquilo, Jeongin, la noche es joven y aún no hemos ni cenado, ya tendremos tiempo para hablar sobre eso.
Jeongin asintió y se colocó el cinturón de seguridad antes de que Chan ponga en marcha el vehículo.
Chris estacionó fuera de un restaurante de bastante alto rango según por lo que Jeongin podía observar desde afuera, había agradecido decidirse usar su par de zapatos caros.
—Pensé que iríamos a tu departamento nuevamente.
—Y yo pensé que te haría bien despejarte un poco después de tanto trabajo y estrés por el que estás pasando.
—Eso también debería decirte a ti, aunque ambos llegamos tarde a trabajar hoy.
Chris rascó suavemente su nuca.
—Supongo, aunque cuando amas lo que haces todo se vuelve menos pesado.
Jeongin rodó los ojos antes de responder y una sonrisa cansada se posó en sus labios.
