Jeongin, dueño de una veterinaria y un refugio de animales casi en quiebra, se ve obligado a asistir a una cita a ciegas por parte de uno de sus mejores amigos, Hyunjin.
Pareja principal: Chanin
Pareja secundaria: Hyunmin
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Seungmin se vestía nervioso, para ser honestos no recuerda la última vez que tuvo una cita.
—¡Solo ponte lo que sea! Con todo te ves hermoso y Hyunjin babeara por ti de todas formas, así fueras vestido de cura.—gritaba su amigo desde el otro lado del celular.
—No se trata solo de él Jeongin, también se trata de como yo me sienta cómodo.
—Si si, como sea, sabemos que en este momento te estás imaginando las diferentes reacciones que podrías conseguir de él al verte, pero si quieres mentir y decir que es sobre ti te seguiré el juego.
—¡Oye!
—¿Quién soy yo para juzgar?
—No tienes derecho a hacerlo, tu sales con un treintañero.
—¡Hey! Chris no tiene treinta...tiene veintisiete y aún no salimos, solo tuvimos un par de citas.
—De las cuales en una casi llegan a más si no fuera por la repentina llegada su amigo.
—¡No me cambies el tema jovencito!—¿jovencito?—¿ya decidiste que vas a ponerte para tu galán?
—Mmm, si, creo que si. Aguarda que te envío una foto para que veas mejor.
Y así lo hizo, se colocó frente al espejo de su habitación y seguido de eso se sacó una foto que rápidamente se la envió a Jeongin para ver qué tal lucía.
—Wow Seungmin...
Seungmin espero y espero, pero nada salía de Jeongin.
—¿N-no te gusta? aún tengo tiempo de cambiarme o de ir a comprar otra cosa—¿por qué de repente se sentía tan nervioso?
—No es eso, te ves precioso. Aish, ¿es muy tarde para dejar a Christopher? Creo que intentaré conquistarte, ¡olvídate de Hyunjin! Seamos solo nosotros dos, el poliamor no es lo mio.
Seungmin sonrió aliviado, esa era la ola de confianza que necesitaba, ¿y quién más se la daría si no era Jeongin? el menor era su alma gemela y bastaba con solo hablar con él para que una paz y alegría indescriptible se alojara en él.
Se despidió de Innie cuando escuchó el timbre de su departamento, al bajar del edificio se encontraba el pelinegro sonriendo de la manera en la que siempre lo hacia.
—Hola Minnie, te ves bien.—Hyunjin le había guiñado un ojo, haciendo que el corazón del rubio se acelere. Aún le costaba creer qué quien había sido su amigo y amor secreto durante años ahora estuviera frente a su puerta y estaba por salir con él. Aunque quizás por lo mismo es que de repente se le hacía algo incómodo.
