Nuestros caminos (Roomie 3)

Capítulo 8 "Espero te guste mi regalo"

JANE

Me sentía tan nerviosa que sentía que iba a morir.

—Cálmate de una buena vez, ni siquiera me dejas arreglarte — dijo una amiga que me estaba maquillando.

Amber me miró mientras bebía de su copa —Para la siguiente vez que

Hoy era el día de la boda de Matt y mía. ¿Cómo mierdas había llegado hasta aquí?

***

— ¡Jane, ¿dónde está mi súper traje?!

Puse una almohada sobre mi cabeza —Si no lo veo, no me ve.

—Jane — dijo sentándose en la cama —mi súper traje.

Quité la almohada de mi cara —Amor, no eres un súper héroe, tu traje del trabajo negro está donde siempre están tus trajes.

Él sonrió y me abrazó —Buenos días.

Recargué mi cabeza sobre su firme pecho —Buenos días.

—Los de la florería dijeron que hoy iban a pasar para confirmar los tonos que quieres.

Suspiré — Hoy iré con Amber a ver también lo de la música, ya que la banda que habíamos elegido dijo que iba a estar ocupada.

— ¿Ya has hablado con tu padre?

Suspiré recordando.

FLASHBACK.

Cuando tenía siete años, mi padre me dejó solo por "un fin de semana" con mi abuela materna, pero supe que no iba a volver cuando cumplí diez años. Mi madre se había ido en cuanto cumplí un año, por lo que la única familia que me quedaba era mi padre. Pero en ese momento, solo era mi abuela.

—Jane, ella es Amber — dijo presentándome a una niña rubia.

Miré a mi abuela y luego a la niña — ¿por qué habla raro? —pregunté mirándola.

—Ella es de Londres, querida, es nieta de mi prima y se va a quedar en Australia con nosotros por un tiempo.

Reí —Así como yo.

Pero la niña rubia no decía nada —Amber, ella es menor que tú así que espero que se lleven bien, como familia. Jane — mi abuela me miró — ¿por qué no le das un recorrido?

Nuestra casa era muy pequeña y rustica, yo dormía en la misma habitación que mi abuela ya que la casa solo tenía una habitación, vivíamos frente a la playa — Ven — dije tomando su mano — deberías de andar más ligera de ropa o te vas a cocinar.

— ¿Dónde va a ser mi cuarto? — preguntó cuando entramos en la habitación de mi abuela.

—Aquí — respondí sentándome en el piso buscando unas sandalias —te sugiero que te quites esas botas, toma estas son mías — le extendí el par de sandalias.

Ella las tomó y se sentó en el piso lleno de arena frente a mí —Gracias.

Sonreí —De nada.

Desde ese momento, Amber y yo fuimos mejores amigas. Cuando su adre vino a recogerla tiempo después, me llevaron a Londres con ellas. Cuando cumplí quince y Amber dieciocho, ella me introdujo al mundo del modelaje, viví casi toda mi vida en Londres junto con ella, pero siempre en vacaciones visitábamos a la abuela. Jamás volví a saber nada de mi padre, tampoco era como que me interesaba mucho en el tema. Tres años después, mi abuela falleció de causas naturales.

Amber y yo pagamos su funeral como ella lo quiso, muy poca gente asistió. —Jane — dijo Amber quitándose sus tacones.

—Solo unos minutos más, te alcanzo en el auto.