Capítulo 7: Valle

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See I have charm and I have sight

And I always try and do what's right
But I have faults you know it's true
Especially when it comes to treating you well

                                                                  Julia Jacklin (Motherland)

Brand terminó la última embestida con un suspiro de satisfacción, mientras las gotas de sudor resbalaban a través de su frente

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Brand terminó la última embestida con un suspiro de satisfacción, mientras las gotas de sudor resbalaban a través de su frente. Se dejó caer a un lado del colchón, respirando con dificultad, y posó una mano sobre la rodilla de su acompañante antes de preguntarle: —¿Qué? ¿Te ha gustado?

La aludida, que era unos cuantos años menor que él, pareció volver a la realidad al escuchar la voz del hombre, pues hacía un rato que la actividad realizada por ambos había cesado de resultarle especialmente excitante o placentera. Abriendo los ojos y volviéndose a un lado, dijo: —Oh, sí, sí; magnífico, Majestad.

Su acompañante, creyendo plenamente que las palabras de la mujer eran ciertas, se levantó de la cama con una sonrisa de satisfacción en el rostro y se aproximó a la silla donde había dejado colgada su ropa.

—Bueno, Frella —continuó hablando mientras pasaba una pierna por el agujero derecho de sus calzones—; no es que sea mi intención desanimarte, pero algún día este jueguecito que hay entre ambos deberá acabar.

La aludida alzó entonces una ceja, aún completamente desnuda, y señaló: —Es lo que lleváis diciendo los tres últimos meses, mi Señor.

—Cierto —volvió a sonreír el Rey, ya calzado de cintura para abajo, mientras se aproximaba al lado de su compañera de aventuras para acariciarle las mejillas con un intento de cariño: —Pero vuestra belleza me lo impide, querida.

La mujer hizo el esfuerzo para que su sonrisa no resultara irónica. No se creía en absoluto toda la palabrería del monarca: de hecho, llevaba ya algún tiempo pensando en cortar aquella relación por su cuenta; pero conocía el brusco genio del rey, y temía que pudiera tomar alguna represalia contra ella si se sentía ofendido. Además, debía admitir que se sentía muy atraída por aquel hombre que, aunque mayor, conservaba un físico nada desdeñable. Por eso, llegaba siempre a la conclusión de que era mejor esperar a que fuera Brand quien se cansara de ella; lo cual suponía no debía ser dentro de mucho, pues era evidente que no era la única mujer en la ciudad que compartía su tiempo con el heredero de Bardo.

—Guardáis muchos secretos ante mí, no obstante —paladeó Frella con aire místico, mientras paseaba la mano por el torso desnudo del rey, pues se divertía sonsacándole cotilleos de la Familia Real y jugando con su temple—. Como, por ejemplo, el que encierra este colgante...

Nuevas Oportunidades (NEW EDITION)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora