PRÓLOGO

229 16 3
                                    

Notas iniciales:

*Los hechos acaecidos en este capítulo se desarrollan en el año 2951 de la T. E., diez años después de la muerte del Dragón Smaug y de la Reconquista de Erebor por parte de la compañía liderada por Thorin Escudo de Roble.

*En esta versión de la historia, Thorin logra sobrevivir tras la Batalla de los Cinco Ejércitos. Una vez coronado Rey Bajo la Montaña, desposa a la que dejó como su prometida en las Ered Luin: la joven enana Graella, hija de Brab. Recomiendo leer el one-shot «Un nuevo comienzo» si no estáis familiarizados con la historia, para así tener un poco de contexto anterior a la lectura.

*Fíli y Kíli, los sobrinos del Rey, sí perecieron durante la batalla, por lo que la línea de sucesión a la corona está interrumpida. Ante la falta de herederos directos al trono, siguiendo la tradición de los Khazâd, el próximo aspirante para convertirse en sucesor sería Dáin, Señor de las Colinas de Hierro; y después de éste, su primogénito, Thorin. Aunque no hay ninguna ley explícita que impida a las mujeres enanas gobernar, sus costumbres dictaminan que sean los varones los encargados de la batalla y de ostentar los puestos de poder y liderazgo, mientras que las féminas suelen realizar las labores domésticas, tanto las livianas como las pesadas.

Aun así, el nacimiento de una niña en el seno de un hogar de los Enanos es un acontecimiento poco habitual y especial, y más aún en la casa del Rey...

 ☙


«Tú apareces en todas las líneas que he leído en mi vida».

                                                                                                Charles Dickens

                                                                                                Charles Dickens

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

PRÓLOGO

Era una soleada mañana de julio

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Era una soleada mañana de julio. Los pobladores de aquel reino construido dentro de la misma montaña tal vez no eran del todo conscientes de este hecho, pues eran felices entre la roca y usualmente sentían una relativa indiferencia hacia el clima exterior si no dependían de éste para valorar el crecimiento de sus cosechas o para cuidar sus escasos ganados. Los Khazâd, como se llamaban a sí mismos, constituían un pueblo que vivía de la minería y de la metalurgia, y la humedad y la calidad de las piedras bajo tierra era casi lo único que les influía en su modo de vida. Sin embargo, aquella mañana el sol penetraba a través de los miradores y los puestos de vigilancia situados en la cara sur de la montaña, y la brisa soplaba leve, juguetona y cálida; y aquello fue tomado como una buena señal.

Nuevas Oportunidades (NEW EDITION)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora