Dia 1

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Eran las 10 de la mañana en la secundaria pública de Doncaster, aún cuando era temprano todos hablaban, susurraban entre ellos e incluso unos gritaban, ningún profesor parecía interesado en ellos,en formentar algo de respeto, solo parecían tener la vista puesta en Louis, aquel niño de 15 años, un niño delgado, delicado, un niño que no se metía con nadie y todos se metían con él, pues era abiertamente gay, la gente lo sabía, y si había alguien que no, se lo hacían saber por los pasillos. No solo era acosado por el resto de sus compañeros, si no incluso por algunos profesores, mayormente por el de educación física. Louis solía temblar cuando la clase se acercaba aún más que cuando el receso se hacía presente.

La clase de historia estaba por acabar, Louis lloraba en silencio, no solo por lo que se venía al finalizar la clase, si no porque Ander Thompson el chico tras él estaba jalando su lacio y suave cabello, mientras que Diane su compañera de lado derecho le lanzaba papeles con comentarios hirientes.

-profesor- llamó Louis con la voz quebrada y una mano alzada, el hombre lo miro con molestia al ser interrumpido de su explicación aburrida.

-¿Qué?.

Louis se siente pequeño ante la forma borde en que le respondieron.

-¿Puedo sentarme en otro lado?-pide pero el hombre solo alza una ceja.

-¿Por qué?- Louis traga saliva, no quería decirlo porque sabía que le iría peor pero por un instante se sintió valiente. Ingenuo.

-Ander y Diane están molestándome- confiesa haciendo reír a todos, cada uno de ellos murmuraban lo marica que era al no poder soportar algunos jalones.

-No. Solo ignorarlos y presta atención- ordena el hombre y Louis traga saliva, para abrir paso a sus lagrimas, el chico lloraba,siempre lo hacía, lloraba sin tratar de detenerse.

Nunca a nadie le importaba como se sentía, nadie sentía la más mínima pena por él, nadie quería ser su amigo solo porque gustaba de chicos, ni siquiera en su familia podía cobijarse bajo alguien que lo amara.

Su padre era un infiel, quien odiaba la manera en que Louis era, odiaba que fuese tan suave ,odiaba que fuese tan delicado, odiaba simplemente que fuese gay, una noche sin decir nada , tomó sus cosas y no volvió, dejando a Louis con una desolada madre quien culpaba al más bajo de lo sucedido, una madre que jamás estaba en casa y si lo estaba, no había forma de notarla.

Louis entendió que no lo ayudarían en esa escuela, quería ir a su casa, quería irse para no tener a alguien sobre él. Por lo menos ahí estaría solo.

El menor se puso de pie, tomó su cabeza con ambas manos fingiendo el dolor de cabeza más espantoso que alguna vez alguien pudiese sentir, sus compañeros lo miraron y Louis se lanzó al suelo, fingiendo así un desmayó.

El suelo estaba frío, esperaba que pronto lo mandaran a casa. Tenía los ojos cerrados, pero escuchaba como la gente se acercaba, escuchó con claridad como la profesora mandó por el médico y sintió como al minuto este lo tomo en brazos hasta la enfermería.

Louis se mantuvo inmovil hasta que el médico le puso un pedazo de tela con alcohol bajo la nariz para que "despertara".

-Louis Tomlinson ¿Cómo está?-pregunta el médico cuando mira al chico sobre la camilla abrir al fin los ojos.

-yo no me siento muy bien-miente hipando entre lagrimas y el hombre asiente para mirar una vez más las manos del menor. Temblorosas, siempre temblorosas.

El hombre tenía unos 40 y tantos años, pero se veía más joven de lo que era, tenía ojos verdes y un acento británico de norte bastante marcado. A Louis le gustaba escucharlo hablar.

permiso para ir a casaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora