Día 11

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Lunes, solía odiar los lunes, la escuela y despertar temprano, pero si que fuese lunes significaba que recibiría un mensaje de parte de Harry, adoraba el lunes, adoraba poder ir a su escuela por su cuenta, para darle un abrazo o una sonrisa en los pasillos.

"por más que la distancia nos separe, siempre te sentiré como si estuvieras aquí a mi lado."

Cerro su laptop al instante, bueno, miente. Releyó aquel mensaje unas cien veces antes de ponerse de pie.

Gritaba en silencio, estaba tan enamorado y no podía decírselo al mundo.

Louis camino hasta la planta baja y suspiro al ver el comedor vacío, su madre ya estaba en el hospital, pero dejo una nota sobre la mesa.

"Ten buen día"

Sonrío.

Hoy había decidido que las notas y los mensajes hacían una gran diferencia a su día.

Tomo una dona glaseada y un vaso con leche, no le importaba lo dulce en el desayuno porque Harry ya había endulzado su mañana.

Estaba siendo cursi, lo sabía.

______

Quizá deberia frenar su intensidad, pero ¿como podría frenar su sentir? Si quería decirle que su recámara le recordaba su "pijamada" lo haría.

No desayunó esa mañana, Harry no quería perder más tiempo lejos de Louis.

Se quedó en la puerta del instituto con mochila en los hombros y ojos soñadores, esperando a que Louis se pusiera frente a él y así fue.

-buen dia- saludo inmediatamente el mayor.

-buen día, Hazz.

Se le fue el aire.

-¿Que tal dormiste?.

-bien.

"Dormí mejor en tus brazos" quiso decir.

-¿Y tú?-agrega Louis.

-no tan bien como cuando estuviste tu.

Valiente, Harry era tan libre, tan valiente, tan abierto de decir lo que quisiera.

Sus mejillas estaban bastante rosadas para ser las 7 de la mañana.

-¿Desayunaste algo?-pregunta Harry haciéndole una seña con la cabeza de que debían entrar al lugar. Louis lo sigue.

-una dona glaseada con leche.

-sano.

Se burla.

-estaba glaseada en maple.

-hoy sin duda amaneciste saludable.

-y extra dulce.

Harry sonríe ante aquello pero el timbre suena antes de que pudieran seguir con su conversación.

-te veo por ahí- le dice Harry.

-te veo por ahí.

Y por ahí era su lugar, aquella enfermería con olor a medicamentos y a utensilios de limpieza.

Pensaba en ellos cuando se estrello contra una chica al caminar.

-una disculpa- dijo Louis cuando sus gafas cayeron al suelo, inmediatamente se agachó por ellos.

-no pasa nada- le dice Heilen. Gracias a Dios que era Heilen, pensó Louis al ponerse sus gafas de nuevo.

-¿Cómo estuvo tu fin de semana?-se atrevió a preguntar Louis. Al parecer ya no quería sentirse solo en clase.

permiso para ir a casaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora