permiso para ir a casa

día 10

¿No había sido todo un sueño? Poco podía creerse que verdaderamente todo lo anterior había pasado. Todo había sido tan rápido y sus emociones habían cambiado como si de luces de navidad se trataran, aquellas luces que prendían y apagaban en cuestión de segundos.

No quería ni ducharse puesto que aún olía el perfume de Harry en sus manos, inclusive en su cabello.

Se ducho.

Tenía aún mucho por abrazar a Harry, muchas más oportunidades de oler a él.

Al salir de la ducha no se puso su loción pues quería que el de Harry fuese la única esencia que en él habitaba.

Se sentía feliz, ya ni siquiera recordaba porque había ido llorando a enfermería.

Se mentía.

Recordaba los motivos de aquello, pero en parte agradecía, por eso había tomado la valentía de pedir un beso, y había sido la mejor decisión de su vida.

Al salir de su habitación, limpio, fresco y emocionado por un nuevo día...un nuevo día con Harry, se encontró a su madre, está hacía el desayuno. Olía muy bien, canela dulce. Su madre había hecho pan francés y Louis se sentía confundido, las cosas no podían marchar tan bien de la noche a la mañana ¿No?.

-buen día, mamá- dijo Louis sentándose en el comedor pequeño y circular .

-buen dia- murmuró su madre, poniendo dos panes sobre su plato, la miel estaba ahí sobre la mesa y le puso solo un poco, no quería empalagarse tan temprano, con sus propios pensamientos le bastaba.

-¿Descansas hoy?-pregunta.

-si. Saldré con tu tía Yolanda por la tarde- murmura la mujer- iremos de compras- agrega .

-pues muy bien, hace mucho no sales a despejarte.

Incómodo. Algo. Sentía como su madre lo intentaba.

-¿Ocupas algo?- pregunta y Louis la mira extrañado.

-¿Cómo?

-del centro comercial. Algo como ropa interior, cepillo de dientes nuevo, esa clase de cosas, ya sabes, ropa  y así.

Louis sonríe de lado.

-no, mamá. Creo que todo está bien.

-faltaste a clases el viernes ¿No es así, Louis?.

Era así.

-lo siento.

Murmura el mejor bajando la mirada.

-William, yo lo siento.

Dos cosas llamaron la atencion del castaño, su madre llamándolo William y una disculpa.

Sentía un leve cosquilleo en su nariz, ganas extrañas de llorar.

-¿Por qué?.

-no he sido una buena madre últimamente, no digo que las cosas cambiarán a partir de ahora, no se aún lidiar con lo que sientes, con lo que eres... No sé si estoy utilizando bien mis palabras, creo que no pero lo estoy intentando, Louis.

Lloró.

Pero no de dolor, sentía una liberación enorme al saber que su mamá no lo odiaba, que no lo repudiaba.

Su madre por su parte apartó la mirada, no quería ver a Louis llorar y no quería sentirse tan culpable.

-hablamos después ¿Si? Por favor, come y pon atención en la escuela- dice ella para volver a su recámara.