A menudo se cuenta la historia de como el chico malo es quién termina con todo a su alrededor. Usualmente se narra como la víctima es la persona cálida, la que aparece como pura y cauta. Que se cree capaz de poder salvar el alma de ese pobre condena...
—No dije nada que no fuera cierto. Te estoy follando.—Dijo mientras mantenía sus manos en mi cuerpo.
Hace horas habíamos llegado a Daegu, tras recoger precipitado algo de ropa en nuestras casa y salir por las mismas.
Habíamos terminado de arreglar nuestras mochilas de equipaje cuando Yoongi empezó a besarme y terminamos en la cama.
Y aunque si bien , es cierto, me había gustado seguirlo y montarlo, no podía disfrutado plenamente tras recordar el rostro magullado de Jimin, la expresión que había puesto cuando Yoongi le había dicho que nos acostábamos. Y como una parte de mi estaba reacio a estar con Yoongi.
—¡Ah!—Me quejé cuando su tacto fue brusco.—Idiota, ten cuidado, tengo todo el cuerpo golpeado>.
—Entonces, hazme caso. Me estabas ignorando cuando te estaba diciendo que si te gustaría que vayamos a pasear.
—No me quiero mover ahora mismo. Me duele el culo y el resto del cuerpo. Has sido un poco brusco...Yoongi~
—¿Enserio? Fui a tu ritmo, me dijiste que querías más...—Tapé su boca y ablandó su ceño fruncido para sonreír y besar mi mejilla. —No me creo que seas mío...
—No soy de nadie>.—Dije y él se rió.
—Mío. Sí. Que. Eres. —Me acostó y empezó a poner mis manos sobre mi cabeza.—¿Te estas sonrojando?
—Déjame...~
—Voy a limpiarte las heridas por si se han infectado durante el sexo.
—Estas tardando >.
Yoongi me sacó el dedo del medio y yo lo hice igual.
Me quedé en la cama escuchando música mientras abrazaba una almohada cuando la pantalla se iluminó.
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