Toda su vida se ha basado en un blanco y negro. Pero la aparición de un gris hace que todo se de vuelta y que se permita hacer cosas que viviendo en el blanco o en el negro no se le eran permitidas.
ℰ𝓁𝓁𝒶 𝓈𝒾𝑒𝓂𝓅𝓇𝑒 𝒽𝒶𝒷𝒾́𝒶 𝓆𝓊𝑒𝓇𝒾𝒹...
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Abrió levemente los ojos con lentitud, pestañando repetidamente para poder adaptarse a la luz que entraba por la ventana debido al sol y al cielo despejado que había esa mañana. Con su dedo índice apagó su móvil, que sonaba con el mismo tono apaciguador ‒pero que aún así lograba despertarla siempre‒ que todas las mañanas.
Dio una vuelta en su cama para quedar mirando hacia el lado contrario al que se encontraba el aparato que acababa de despertarla, intentando volver a conciliar el sueño luego de esa breve interrupción. Sus párpados pesaban y sentía que la había arrollado un tren, pero su cerebro ya estaba despierto y le decía que no podía perder ni un solo minuto más.
Volvió a girarse sobre la superficie, esta vez mirando hacia el techo con sus ojos ligeramente hinchados. Estiró todas sus extremidades, oyendo algunos de sus huesos crujir, y se sentó en su cama un poco más despierta. Miró hacia abajo, y se encontró con que había dormido con la misma ropa que había utilizado la noche anterior, pero estando esta manchada y mucho más arrugada de como la recordaba.
- Joder - susurró para ella misma, mientras que con las palmas de sus manos refregaba sus ojos para ‒como si fuera magia‒ intentar deshacerse del cansancio que abundaba en su cuerpo.
Se incorporó completamente, quedando de pie, y con pasos tontos y los ojos medio cerrados comenzó a caminar hacia el baño que era exclusivo de su habitación. Una vez que llegó le puso tranca a la puerta ‒como si alguien pudiese entrar en cualquier momento, a pesar de que vivía completamente sola‒, se recargó en el mueble y comenzó a lavarse la cara con el agua que salía del grifo. Una vez que su cara estuvo completamente limpia y seca, se puso todas las cremas que usaba para tener un cutis bien cuidado.
Levantó la vista al espejo y cogió un cepillo del cabello que se encontraba en un mueble cercano y comenzó a pasarlo por su cabello, dejando unas suaves y sutiles ondas en el mismo. En cuanto terminó, dejó el objeto a un lado y miró sus ojos en el espejo, deseando poder cambiarlo solo con pensarlo... Odiaba ese color.
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Entró de servicio, se vistió adecuadamente y se armó con lo necesario para ese día de trabajo, que probablemente sería diferente a los demás. Según le había informado su superior, habría varios agentes nuevos debido a la gran ola de renuncias que hubo hace algún tiempo.
Entró al despacho del comisario no sin antes haber golpeado la puerta y esperar a que le dieran el permiso de entrar. Allí se encontraban García, Montoya y Cano hablando tranquilamente acerca de algo que parecía bastante privado ‒ya que cuando la chica entró, los tres callaron‒.
- ¿Está lista? Ya nos están esperando en la sala de meeting - preguntó el jefe con una cara neutra que era vista a diario por la mujer.
Ella solo se limitó a salir de la sala luego de asentir reiteradamente. Esperaba profundamente que la entrada de nuevos miembros al cuerpo hiciera que Montoya se ablandara un poco con ella y entendiera que solo era una agente más, nadie a quien debiera tratar diferente.
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⁕ Usaré separadores como el que dice "Minutes" para que puedan saber cuánto tiempo pasa entre una escena y otra. Si dice "Hours" habrán pasado horas y así. También usaré unos separadores blancos con una franja negra o viceversa para que sepan que solo se cambia el espacio y no el tiempo.
