Toda su vida se ha basado en un blanco y negro. Pero la aparición de un gris hace que todo se de vuelta y que se permita hacer cosas que viviendo en el blanco o en el negro no se le eran permitidas.
ℰ𝓁𝓁𝒶 𝓈𝒾𝑒𝓂𝓅𝓇𝑒 𝒽𝒶𝒷𝒾́𝒶 𝓆𝓊𝑒𝓇𝒾𝒹...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Unos pocos días habían pasado desde su operación, y aún no se había podido reintegrar a su trabajo por el dolor que sentía al forzarse demasiado. Además, el médico le había recomendado a descansar una semana y respetaría sus indicaciones, después de todo él era el especialista y no ella.
Ese día, Greco había salido antes del trabajo para poder pasar algo de tiempo junto con Blanca, aprovechando que Alex se encontraba en la escuela a esa hora.
No hacían mucho, simplemente estaban tumbados en la cama mientras se abrazaban el uno al otro y hablaban de temas banales, sin importancia, provocando la risa de ambos cada cierto tiempo.
El móvil del mayor comenzó a sonar, indicando que alguien lo llamaba, pero él lo ignoró y siguió con las caricias en el cabello de la otra. Sin embargo, cuando sonó otras dos veces, ella le insistió en que cogiera la llamada por si era algo importante. Él lo hizo, sin mirar quién era, y salió de la habitación para no molestar a la mujer.
- ¿Sí? - dijo en cuanto estuvo en la sala, sentándose en el sofá.
- Ay, Grequito, que suerte que me coges la llamada. Te hemos estado buscando toda la comisaría y me han pedido que intente comunicarme. ¿Crees que puedas venir? - dijo rápidamente, y notablemente afectada. Al oírle así, se levantó rápidamente de su asiento.
- ¿Ha pasado algo, Kylie? - sin poder evitarlo, la rubia comenzó a sollozar desesperadamente - Dame cinco minutos y estoy allí.
- Greco - le llamó en un susurro antes de que colgara - Han dejado el cuerpo de Carrillo frente a comisaría.
- ¿El cuerpo? - preguntó en un hilo de voz, sintiendo por un segundo que volvía a vivir la época más oscura de Los Santos - Ya estoy saliendo, Kylie. Todo va a estar bien, te lo prometo - intentó tranquilizarle, queriendo hacer los mismo consigo mismo.
En cuanto apagó su móvil, caminó rápidamente hacia la habitación y comenzó a colocarse una camiseta cualquiera que había cogido del armario bajo la atenta mirada de Blanca. A los pocos segundos, él se volteó a verla y sintió que comenzaba a transpirar al saber que debía decírselo y lo difícil que sería.
- Chiqui... - habló en un susurro, sentándose a su lado y cogiendo su mano con suavidad.
- ¿Está todo bien? - preguntó extrañada y preocupada, apretando más el agarre que había comenzado el de barba, demostrándole que podía contar con ella. Él la miró a los ojos, sintiendo sus ojos escocer levemente al saber que se vería muy afectada por lo que su amiga le había dicho - Cari...
Al escuchar este apodo, el interior de Greco se ablandó y no pudo evitar que una lágrima resbalase por su mejilla. Se acercó a ella y dejó un beso en la frente de ella, para luego dejar su cabeza apoyada allí.
