⭑21⭑

184 14 10
                                    

❝Estoy sobre mis rodilla y necesito que seas mi Dios, que seas mi ayuda...❞

   Habían pasado unos cuantos días desde la muerte de Enzo y no habíamos avanzado nada en el tema de la mafia

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

   Habían pasado unos cuantos días desde la muerte de Enzo y no habíamos avanzado nada en el tema de la mafia. Todos estábamos muy afectados y ninguno parecía poder seguir.

Yo me encontraba en casa descansando, ya que no había dormido nada en esa semana, mientras que Greco salió a hacer algo con Tarantino. No me había dicho qué, pero parecía ser importante, así que no le cuestioné.

Había llegado una carta hace unos pocos minutos de Los Santos, ciudad en la que había vivido él hace ocho meses. Le dejé cobre la mesa de luz, pues no quería invadir su privacidad.

Estuve intentando desviar mi mente de toda la mierda hasta que llegó con una cara de aflicción profunda. Lo miré con preocupación y le abracé.

- ¿Todo bien? - pregunté en un susurro. Él se aferró a mí como si fuera un salvavidas.

- ¿Recuerdas que te había dicho que estuve casado, pero que ella me dejó? - yo asentí levemente en su pecho - Pues me he enterado que tenía cáncer de páncreas y que por eso me dejó. Que se fue a Madrid y que allí dejó a nuestro hijo.

Me aparté un poco de él, estando en completo shock. Vi una mirada esperanzada y una pequeña sonrisa en sus labios.

- Quiero ir a buscarlo, luego de todo esto...

- Claro que sí, yo voy contigo - dije abrazándolo lo más fuerte que podía. Él rio - Por cierto, te ha llegado una carta de Los Santos, no la he abierto.

Greco fue hacia la habitación y se sentó en la cama a leer la carta. Por mi parte, me quedé en la puerta, viendo su cara cambiar a medida que avanzaba en su lectura.

- Lemar, el chico del que te hablé, falleció hace unos meses en prisión. No me habían podido encontrar hasta ahora - suspiró pesadamente y se tapó la cara con las manos.

Me acerqué a abrazarlo nuevamente, y lo escuché llorar por horas como un niño.

Me acerqué a abrazarlo nuevamente, y lo escuché llorar por horas como un niño

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
𝑀𝑜𝑛𝑜𝑐ℎ𝑟𝑜𝑚𝑎𝑡𝑖𝑐 ~ 𝐺𝑟𝑒𝑐𝑜 𝑅𝑜𝑑𝑟𝑖́𝑔𝑢𝑒𝑧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora