⭒24⭒

174 14 0
                                    

❝No soy monocromática, nadie lo es❞

   Esa noche la habíamos tenido que pasar en una casa abandonada en la mitad de las montañas, porque según sabíamos nuestra casa estaba siendo vigilada por la mafia las veinticuatro horas del día desde hace días

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

   Esa noche la habíamos tenido que pasar en una casa abandonada en la mitad de las montañas, porque según sabíamos nuestra casa estaba siendo vigilada por la mafia las veinticuatro horas del día desde hace días.

Habíamos estado cambiando de lugar cada día para que no nos localizaran con facilidad. 

- ¿Entonces están siguiendo a un blindado? - pregunté ilusionada, mientras que Greco aceleraba a fondo con el patrulla.

- Sí, lo han visto por el norte. Esta es la oportunidad por la que tanto hemos esperado durante todo este tiempo - yo sonreí abiertamente  y miré por la ventanilla.

En unos pocos minutos el paisaje comenzó a cambiar de uno urbano a uno rural. Luego, las sirenas comenzaron a sonar y patrullas aparecieron en frente nuestro.

Un blindado se encontraba aparcado en la cima de una montaña y varios patrullas a su alrededor. Lo policías estaban abajo, apuntando con sus Carabinas al ruso que se encontraba en medio, al lado de su blindado negro.

Greco y yo nos aproximamos y nos paramos en frente de todos, sin sacar nuestras armas, esperando a que el hombre dijera algo.

- Greco tienes que hacerlo tú - dijo con tal tranquilidad que no parecía que estaba siendo apuntado por veinte armas a la vez.

El de barba guardó silencio y yo mire a Fedor fijamente.

- ¿Por qué me dejó ir así como así? - pregunté confundida. Esa sería la última vez de quitarme mis dudas de la cabeza - ¿Por qué no me mató?

- Blanca, yo conocí a tu padre. Era de los mejores haciendo tratos. No podía matar a la hija de una persona que me ayudó tanto a crecer en su momento - me explicó cruzándose de brazos. Yo agaché mi cabeza y seguí escuchando lo que decía - Greco, me lo prometiste.

Miré de reojo qué hacía en respuesta él, pero se quedó impasible mirándolo.

- Si se entrega ahora podemos reducir su condena, Fedor - dijo con una voz más gruesa de lo normal.

- Ya lo hemos hablado, Greco. Yo ya tuve mi redención, es momento de marcharme.

Nadie hizo nada, todos esperamos a ver lo siguiente que sucedía. El ruso, al ver que el de barba no hacía el amago de sacar su arma, sacó la suya y le apuntó.

- ¡Greco!

Sue gritó se vio interrumpido por varios disparos, seguidos del sonido de un cuerpo cayendo sobre la hierba. Nosotros dos miramos al resto de policías acercarse al cuerpo de Fedor para comprobar sus constantes vitales.

- Está muerto - afirmó uno de los de menor rango. 

Dos de los chicos cogieron el cuerpo y lo trasladaron al hospital, mientras que los otros seguíamos patrullando por el norte, en caso de que otros integrantes de la mafia estuvieran buscando al recién difunto.

𝑀𝑜𝑛𝑜𝑐ℎ𝑟𝑜𝑚𝑎𝑡𝑖𝑐 ~ 𝐺𝑟𝑒𝑐𝑜 𝑅𝑜𝑑𝑟𝑖́𝑔𝑢𝑒𝑧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora