Salgo del salón y busco con la mirada a Mike. Ya debemos irnos al lugar donde será la sesión y no logro encontrarlo.
- ¿Me buscabas, muñeca? - escucho la voz de Mike detrás de mí y doy un pequeño salto pues me ha asustado.
- ¿Ya viste la hora que es? - cuestiono y él sonríe apenado.
- Lo siento, fuí a mi auto por mi equipo. - se justifica y yo hago una mueca.
- Está bien. Vámonos o llegaremos tarde. - respondo comenzando a caminar hacia la salida y él comienza a caminar detrás de mí.
- Y... ¿dónde será la sesión? - cuestiona para romper el silencio.
- En una hacienda a unos treinta minutos de aquí. - respondo seria y él me empuja un poco.
- ¿Nunca has ido a una hacienda?
- No. ¿Tú si?
- Mis abuelos tienen una, cuando era pequeño íbamos casi todas las vacaciones a visitarlos.
- Es interesante. - respondo realmente asombrada.
- ¿Qué?
- Que tus abuelos tengan una hacienda y nunca me hayas invitado a ir.
- Emm... - comienza a reír y me empuja de nuevo. - Hay que ir, el próximo fin.
- Está bien, le diré a Monsse. - sonrío y él se pone serio. - Sube. - le indico para que entre al auto y podamos irnos de una vez por todas.
[...]
- Aquí dice que demos vuelta a la derecha y habremos llegado. - me indica Mike mientras sostiene el celular con la mano derecha y con la izquierda hace señas.
- Ya entendí pero baja el brazo, casi me picas un ojo. - digo riendo y él también lo hace.
- Lo siento. - se disculpa y yo doy vuelta a la derecha.
Luego de avanzar aproximadamente dos kilómetros logramos ver a lo lejos un gran portón dorado.
- ¿Es aquí? - pregunta Mike y yo me encojo de hombros.
Al estar a unos diez metros de distancia logramos leer un letrero que pone "Bienvenidos a la Hacienda La Paz".
- Si, es aquí. - le respondo a Mike y él me mira con obviedad.
Estoy tentada a presionar el claxon del auto pero justo cuando mi mano está a unos centímetros mi teléfono suena y yo respondo sin ver quién está llamándome.
- ¿Vienes en un auto negro? - cuestiona Dave del otro lado del teléfono.
- Si.
- Enseguida se abre el portón. Por cierto, bienvenida. - habla y yo ruedo los ojos.
- Gracias. - respondo a secas y de inmediato cuelgo.
El portón comienza a abrirse y cuando está completamente abierto avanzo lentamente hasta rodear una hermosa fuente y llegar a la puerta. Ahí nos espera Dave quien mira fijamente el auto y esboza una gran sonrisa.
Me estaciono y al bajarnos uno de los empleados me pide la llave del auto para así llevarlo al estacionamiento. Yo sé la doy y después camino hasta donde están Dave y Mike.
- Buenas tardes señorita Brown. - me saluda Dave con una enorme sonrisa.
- Buenas tardes, ¿dónde será la locación? - cuestiono sin responderle la sonrisa.
- Bien, siganme. Primero necesito presentarles a mi amigo. - nos hace señas para que lo sigamos, Mike frunce el ceño e imita a Dave de una forma muy graciosa y yo no puedo evitar sonreír.
ESTÁS LEYENDO
MATRIMONIO POR CONTRATO 2: Caminos entrelazados.
RomanceUna vez escuché que todo lo que está destinado a ser, será. También escuche que no existe el destino, que es solo una mentira creada en nuestras mentes para justificar nuestras decisiones. En mi opinión creo que algunas personas tenemos caminos haci...