CAPÍTULO 2: Te extrañé.

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Salgo del salón y busco con la mirada a Mike. Ya debemos irnos al lugar donde será la sesión y no logro encontrarlo.

- ¿Me buscabas, muñeca? - escucho la voz de Mike detrás de mí y doy un pequeño salto pues me ha asustado.

- ¿Ya viste la hora que es? - cuestiono y él sonríe apenado.

- Lo siento, fuí a mi auto por mi equipo. - se justifica y yo hago una mueca.

- Está bien. Vámonos o llegaremos tarde. - respondo comenzando a caminar hacia la salida y él comienza a caminar detrás de mí.

- Y... ¿dónde será la sesión? - cuestiona para romper el silencio.

- En una hacienda a unos treinta minutos de aquí. - respondo seria y él me empuja un poco.

- ¿Nunca has ido a una hacienda?

- No. ¿Tú si?

- Mis abuelos tienen una, cuando era pequeño íbamos casi todas las vacaciones a visitarlos.

- Es interesante. - respondo realmente asombrada.

- ¿Qué?

- Que tus abuelos tengan una hacienda y nunca me hayas invitado a ir.

- Emm... - comienza a reír y me empuja de nuevo. - Hay que ir, el próximo fin.

- Está bien, le diré a Monsse. - sonrío y él se pone serio. - Sube. - le indico para que entre al auto y podamos irnos de una vez por todas.

[...]

- Aquí dice que demos vuelta a la derecha y habremos llegado. - me indica Mike mientras sostiene el celular con la mano derecha y con la izquierda hace señas.

- Ya entendí pero baja el brazo, casi me picas un ojo. - digo riendo y él también lo hace.

- Lo siento. - se disculpa y yo doy vuelta a la derecha.

Luego de avanzar aproximadamente dos kilómetros logramos ver a lo lejos un gran portón dorado.

- ¿Es aquí? - pregunta Mike y yo me encojo de hombros.

Al estar a unos diez metros de distancia logramos leer un letrero que pone "Bienvenidos a la Hacienda La Paz".

- Si, es aquí. - le respondo a Mike y él me mira con obviedad.

Estoy tentada a presionar el claxon del auto pero justo cuando mi mano está a unos centímetros mi teléfono suena y yo respondo sin ver quién está llamándome.

- ¿Vienes en un auto negro? - cuestiona Dave del otro lado del teléfono.

- Si.

- Enseguida se abre el portón. Por cierto, bienvenida. - habla y yo ruedo los ojos.

- Gracias. - respondo a secas y de inmediato cuelgo.

El portón comienza a abrirse y cuando está completamente abierto avanzo lentamente hasta rodear una hermosa fuente y llegar a la puerta. Ahí nos espera Dave quien mira fijamente el auto y esboza una gran sonrisa.

Me estaciono y al bajarnos uno de los empleados me pide la llave del auto para así llevarlo al estacionamiento. Yo sé la doy y después camino hasta donde están Dave y Mike.

- Buenas tardes señorita Brown. - me saluda Dave con una enorme sonrisa.

- Buenas tardes, ¿dónde será la locación? - cuestiono sin responderle la sonrisa.

- Bien, siganme. Primero necesito presentarles a mi amigo. - nos hace señas para que lo sigamos, Mike frunce el ceño e imita a Dave de una forma muy graciosa y yo no puedo evitar sonreír.

MATRIMONIO POR CONTRATO 2: Caminos entrelazados.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora