CAPÍTULO 3: Comenzar de nuevo.

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Estoy sentada en uno de los muebles de mi casa y aunque estoy en mi casa me siento extraña ya que en la cocina, justo frente a mí se encuentra Harry cocinando.

- Déjame ayudarte. - pido y él niega.

- Antes, cuando vivíamos juntos, nunca tuve la oportunidad de cocinar para ti. - dice y siento que mi corazón se estremece.

No puedo decir nada ya que siento que si hablo comenzaré a llorar y nadie podría pararme.

- Ven, prueba esto. - vuelve a hablar y yo me levanto para ir hasta donde está.

Harry sujeta una cuchara con la mano derecha y la izquierda la pone debajo para evitar que se derrame. Me acerco un poco y él lleva la cucharada hasta mi boca.
Lo que me da a probar es una crema de champiñones y la verdad está deliciosa.

- Mmmm... - hago poniéndole suspenso al asunto. - Creo que le hace falta algo. - sugiero y él me mira curioso.

- ¿Qué le hace falta?

- Que me la coma. - respondo y le sonrío, él comienza a reír y le da un pequeño empujón a mi frente con dos de sus dedos.

Después de reír por algunos minutos ambos nos miramos a los ojos y la seriedad llega a nuestros rostros.

- Hay algo que debes saber. - dice y yo siento que mis pulsaciones se elevan. - Camila... ella despertó. - mis ojos se abren a su máxima capacidad y pequeños fragmentos de lo que ocurrió aquel día vienen que mi mente.

- ¿D-dónde... D-dónde está? - tartamudeo y él toma una de mis manos.

- La ingresaron a un hospital psiquiátrico. Un psiquiatra la valoró debido a que ella no habla y tampoco se mueve. Los estudios médicos indicaron que su cuerpo estaba estable y que el no hablar y no moverse eran condiciones cerebrales o mentales. Después de estudios neurológicos y la valoración psiquiátrica, la decisión argumentada del psiquiatra fue que no es un problema cerebral, sino que ella está completamente inestable y es incapaz mentalmente para enfrentarse a un juicio o a la cárcel. Por eso ahora está internada por tiempo indefinido en un hospital psiquiátrico donde podría recuperar su estado mental normal o al menos algo cercano a eso.

Miro a Harry terminar de hablar y de verdad siento lástima por ella.Tal vez si hubiese tomado tratamiento antes esto no estuviese pasando y ni ella, ni nosotros sufririamos tanto.

- No sé si me hace sentir mejor o peor todo esto. - respondo y Harry carraspea.

- Lo siento, supongo que ya habías superado esto y yo vengo a remover todo de nuevo. - habla y yo suelto su mano para colocar mi mano en su mejilla.

- Si te refieres a ti... - hago una pausa y él me mira directamente a los ojos. - Harry, no te he superado. Cada fin de semana te llamaba para rogarte perdón, pero jamás respondiste. Me estaba volviendo loca extrañandote, Harry. - digo y mi voz termina quebrandose. - Te extrañé cada día, cada hora, cada minuto de mi vida y no he sido feliz porque me arrepiento una y otra vez por haberte dejado. - confieso llorando y Harry me mira a los ojos mientras unas lágrimas comienzan a abrirse paso sobre sus mejillas.

- Lo siento. - dice y sorbe su nariz. - Las tres semanas después de que te viniste me la pasé bebiendo y en una de mis borracheras me peleé con alguien fuera del bar y debajo de la lluvia, mi celular se estrelló y se mojó. No volvió a servir y tuve que cambiar de teléfono y de número, por esa razón no te respondía. - explica y yo me siento como una tonta por todas las películas que me hice en la cabeza cada vez que él no respondía.

- Soy una estúpida. - me regaño mientras cierro con fuerza mis ojos y con ambas manos sujeto mi cabeza.

- El estúpido soy yo porque honestamente creí que me habías olvidado, que habías hecho tu vida y que ya eras feliz sin mí y me propuse hacer lo mismo, olvidarte. Un reto que jamás pude cumplir ya que en la primera oportunidad que tuve me vine a México. Sabía que estando aquí tendía altas posibilidades de encontrarme contigo. Ya he recorrido varias ciudades del país y justo cuando parecía desaparecer mi última gota de esperanza apareciste, en el lugar menos esperado y de la forma más sorpresiva. Como si fuese el destino el que nos volvió a unir. - termina de hablar y pone su mano sobre la mía que reposa sobre su mejilla.

MATRIMONIO POR CONTRATO 2: Caminos entrelazados.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora