CAPÍTULO 20: La delgada línea entre la vida y la muerte.

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NARRA HARRY:

Las sillas y las luces son mi única compañía en la sala de espera.

Por algún motivo me he quedado pegado en este asiento en una de las esquinas donde la luz casi no llega.

Estoy siendo presa de los nervios y la ansiedad. Mis dedos gimen ante el dolor de sentir mis dientes arrancando cada trozo de uña de ellos.

Mis ojos rojos e irritados no pueden soltar una lágrima más; se han secado. Mis labios arden al igual que mi nariz.

El tic tac del reloj penetra con fuerza mis oídos y me hace desesperar. El murmullo de la gente a lo lejos me hace querer gritar para callarlos.

Mi corazón grita sin sin cesar que vaya por Ali pero la razón me dice que debería estar aquí. La mezcla de sentimientos en mi interior es un completo desastre.

Golpeteo con movimientos rápidos mi pie contra el suelo debajo de mí. Cada dos segundos miro el maldito reloj y suelto un suspiro.

- ¿Es usted el familiar de la señorita Mitz? - la dulce voz de una enfermera me hace salir de mi pequeño bucle ansioso.

- Sí. - me pongo de pie y la miro atento.

- Quiere verlo, sigame. - se da la vuelta y yo la sigo.

- ¿Ella está bien?

- Ella está estable, sin embargo... - se detiene para girar y mirarme a los ojos. - No puedo decir lo mismo del bebé. - me da una palmada en el hombro. - Lo siento. - agrega.

Sé que debería sentirme devastado por lo que acaba de decir pero, ahora mismo no logro entender lo que siento hacia esta situación.

Estoy demasiado seguro de que no tuve relaciones con Rachel hace dos o tres meses. Nuestra última vez fue en estados unidos, un mes antes de venir a México.

Intento pensar y volver a pensar en alguna vez que quizá se me haya ido pero no existe registro alguno de eso en mi memoria.

- ¿Joven? - escucho la voz de la enfermera llamarme y la miro. - ¿Está bien? - cuestiona arqueando las cejas.

- Sí, gracias. - respondo de inmediato.

La enfermera asiente y se da la vuelta para apuntar una puerta.

- Esta es la habitación de la señorita Mitz, tiene media hora.

Miro la puerta con el ceño fruncido, detrás de esa puerta están las respuestas a mis preguntas que llevan resonando en mi cabeza desde hace un rato.

La enfermera abre la puerta y me indica que pase, yo solo asiento para luego entrar la la habitación y encontrarme de frente con la mirada de Rachel.

- Harry... - dice en un susurro.

- Hola. - respondo cerrando la puerta detrás de mí.

- Harry, tengo miedo. - habla y yo me acerco. - Podría perder a mi bebé. - solloza.

- Tranquila Rachel, todo estará bien. - digo y ella toma mi mano.

- ¿Está Allison aquí? - cuestiona con la voz quebrada.

- No.

- Necesito hablar con ella.

- ¿Para qué quieres hablar con ella Rachel? Ya bastante daño le hiciste al decir lo del bebé.

- En ningún momento fue mi intención hacerle daño, estaba a punto de explicarlo cuando los dolores invadieron mi cuerpo. - explica tratando de no llorar.

MATRIMONIO POR CONTRATO 2: Caminos entrelazados.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora