𝙛𝙖𝙠𝙚 𝙞𝙙𝙚𝙣𝙩𝙞𝙩𝙮

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LA CARROZA ERA UN POCO DEMASIADO, LO ADMITÍA, PERO AMABA UNA ENTRADA A LO GRANDE.

Bajó con ayuda de su ilusión, que era Herbert Spencer, su cochero, a la calle. La estación de trenes era linda pero su mirada se mantuvo desinteresada, soltó la mano del hombre y se la limpió en su vestido.

—Gracias, Herb, puedes tomar mi baúl y llevarlo a un carrito — ordena sin mirarlo, colocándose unas gafas oscuras. El hombre asiente y de manera presurosa camina a la parte trasera de la carroza para sacar el baúl, y también a su precioso gato, Loki.

—La entrada es por allí, señorita Salvatore — indica el hombre con voz temblorosa, ella se gira a mirarlo con molestia y él se encoge, su vista capta a un azabache junto a una mujer pelirroja con raíces canosas y un hombre igual a el menor.

James Potter en carne y hueso.

—Ya lo sé, Herb.

Ella deja salir un suspiro y toma a Loki, que ronronea con regocijo al estar entre los brazos de su ama. Avanzan hasta la entrada que lleva hasta el andén nueve y tres cuartos y ella mira al hombre.

—Su madre me temo, dijo que no podría venir a despedirla, señorita — dice el hombre con miedo, ella baja la vista y finje brevemente estar triste.

Se recompone y rueda los ojos —Claro, siempre es más importante cualquier cosa que no sea su hija o su marido muerto — deja escapar con tono desdeñoso.

Loki sisea y ella se gira para ver porque su gato de repente se había tensado. Un pelinegro que podría tener una gran sonrisa caminaba al lado de un chico igual a él, los hermanos Black se hacían presente ahí.

Murmura algo a la ilusión y él asiente, le deja el paso a Elle y luego pasa él corriendo. Herb era su mejor trabajo.

Una vez sentada en un compartimiento, ella deja de tensarse, Loki ronronea y se acuesta en el asiento contrario, ella le sonríe y luego mira el paisaje. Ya el tren estaba avanzado.

—Te lo digo, es la hija de Stefano Salvatore, un descendiente de Slytherin... ¿acaso no viste su mirada altiva y como trato a su....? — la voz de James se ve interrumpida al ver quién era la persona dentro del vagón, más Elle no se inmuta.

Es más, presta más atención a su libro que a los dos de la puerta, pero Loki se ve inquieto. Les sisea y hace que los dos leones se tensen.

—Me temo que mi gato no los quiere aquí — dice, girándose por fin a verlos —. Y por lo menos deberían fingir mejor, sus palabras no me causan nada más que gracia.

Ella alza la mano y se despide con burla, cerrando la puerta en sus narices.

Bien. Su reputación la procedía, o por lo menos la de su familia. Su identidad falsa ya estaba más que implantada en los cerebros de los demás.

Lo único que podía hacer era esperar a llegar a Hogwarts. Su estómago dolía al pensar que los Merodeadores ya la odiaban, o por lo menos parte de ellos.

••••••

Se puso el gorro de su capa y le dió una sonrisa amistosa a Hagrid, el semigigante la correspondió con algo de sorpresa. No era para nadie un secreto como eran los Salvatore respecto a la supremacía de sangre.

—Tu debes ser Hagrid, es un gusto conocerte — saluda —. Soy Eleanor Salvatore, pero prefiero que me digan Elle. He oído que tu té es estupendo.

Eso logra sacar una sincera sonrisa del semigigante y comienzan una charla amena. Elle trató de no gritar de alegría al ver que alguien ahí le sonreía tan cálidamente.

Fue maravilloso tener la vista al gran castillo, los ojos verdes de Elle quedaron embelesados con aquella visión encantadora. Hogwarts era un
lugar mágico, literalmente.

Luego esperó a que Hagrid golpease la puerta, y ahí apareció McGonagall. Eleanor esperaba verse lo suficientemente presentable.

En la fila fue cuando ya se comenzó a desesperar, y la entrada al Gran Comedor no ayudó. Sus ojos se toparon con unos azules en frente, Dumbledore le dió una mirada que a Eleanor le pareció sospechosa.

Una brisa la hizo temblar e instintivamente guardó sus manos en los bolsillos de su túnica, topando con un papel. Con cuidado que nadie la viera lo sacó.

"Él no sospecha nada, querida yo

     igual se precavida, con amor, Ellie S."

Un suspiro abandonó sus labios,  aliviada con esa información. Hasta que escuchó su nombre y todo el Comedor guardó silencio.

Eleanor sonrió, fingiendo confianza. Al estar junto a McGonagall, tomó asiento en el pequeño taburete y la mujer colocó el sombrero en su cabeza.

Ahora, bien, en su test de Pottermore había obtenido resultados diferentes en sus diferentes años que las tomó. Y la última vez que lo dió, le salió Slytherin.

"Ah, esa confianza tan.... estúpida. Y ese orgullo. Seguro que esa ambición lo es todo, pero aquí hay mucho más que eso.... Eres buena para dos casas, ¿cuál prefieres, querida?"

"¿De verdad me preguntas a mí? ¡Tú eres el que debe decirme, sombrero!"

El sombrero se ríe en su cabeza y ella chasquea la lengua exasperada, y ahí es cuando el sombrero grita.

—¡GRYFFINDOR!

Cuando McGonagall le sacó el sombrero y este dejó de cubrir sus ojos, pudo observar las miradas soprendidas de todos los presentes. Eleanor sonrió y caminó a sentarse en la punta más alejada de la mesa de los leones.

—Sombrero de mierda — gruñe entre dientes.


Pero su expresión no se vió alterada, a pesar de la sorpresa que sentía, no iba a dejar que nadie lo supiera. Luego del aburrido y mediocre discurso del director, comenzó a comer con parsimonia.

—Hola — Elle subió su vista de la exquisita pierna de pollo para poner sus ojos en la hermosa pelirroja frente a sus ojos —. Soy Lily, bienvenida a Gryffindor.

—Un gusto, pero no creo que sea muy bienvenida aquí — le dice con una sonrisa amarga, Lily se gira para observar a los otros alumnos que susurraban entre ellos.

—No te preocupes por ellos, no tienen importancia.

La sonrisa de la pelirroja la hace sonrojar y bajar la vista apenada por primera vez, Lily tenía una sonrisa encantadora. ¿Sería real que Lily Evans era su primera amiga en Hogwarts?

𝘾𝘼𝙊𝙎 𝙒𝙄𝙏𝘾𝙃Donde viven las historias. Descúbrelo ahora