Mi Diosa

capítulo 35

Irina Vacolov.

Me estoy asustando, no me acuerdo de nadie menos Sitran y el doctor.

Y para que mentiros si se me está olvidando muchas cosas.

Necesito salir de esta pesadilla.

Si nadie me ayuda me ayudare a mi misma.

- Laura - llamo a la enfermera.

Veo como entra y se acerca a mí.

- Señorita en que la puedo ayudar - dice y me mira con asco.

Y se por que, ella quiere algo con Adriano.

- Llama a Adriano - le ordeno y me mira sorprendida.

- Pero señ....

- Es una orden ya - le digo y se da la vuelta para irse.

Necesito convencerlo de que me quite está mierda de anestesia.

Miro a la ventana ya serán las once de la mañana o por lo menos

Escucho como se abre la puerta y miro.

- Me han dicho que me has llamado reina - dice con coqueteo.

Lleva puesto ropa deportiva y un chaleco antibalas se ve que ha estado practicando.

- Si - digo sin más.

Camina hacia mí y se sienta en el borde de la cama.

De repente entra una ola de viento que mueve la sábana dejando mis pechos al aire.

Mira mis tetas y por el frío se me endurecen.

- ¿ Que quieres ? - dice mientras se muerde el labio.

- Necesito que me quites está mierda - le digo y su mirada vuelve a mi.

- ¿ Que gano yo haciendo eso ? - me pregunta con los ojos fijos en los míos.

Me da miedo decirle lo que quieras por qué no se qué piensa esa cabeza enferma.

Miro a la ventana y joder que hago.

- Bueno se ve que aún no tienes las cosas claras - dice y se levanta yendo a la puerta.

Lo miro y cuando está apunto de abrirla.

- Lo que quieras - digo y para en seco.

Se da la vuelta volviendo hacia mí.

Se sienta otra vez en la cama y su mano viaja a mi pezón que lo pellizca.

- ¿ Segura ? - dice y asiento.

Se vuelve a mi y me besa sus besos son casi parecidos a los de Sitran.

Posesivos, hambrientos y animales.

Siento como mueve su otra mano y la pone encima de mi muslo apretándolo pero sin hacerme daño.

Empieza a subir pero cuando está apunto de llegar.

- Para - le digo y me hace caso.

- ¿ Que pasa ya te has arrepentido ? - dice con una sonrisa.

- Nunca me arrepiento de mis decisiones - digo y su sonrisa se estrecha más.

- ¿ Entonces ?

- No se si sabes pero esto se llama sexo y las dos personas lo tienen que disfrutar así que quitame está mierda y juro que te daré el mejor sexo que todas tus putas - digo y sonríe.

- ¡ Laura ! - le llama mientras me mira fijamente a los ojos.

Y ella como perro faldero viene corriendo.