Prometí no enamorarme {Drarry}

Prometí no enamorarme

HARRY

Si, estaba jodido, hasta el fondo. En las últimas semanas, había pasado mas tiempo con Draco, tuve mas contacto con el y eso, y por eso, cuando Ginny me preguntó la semana pasada si había alguien de mi interés solo me vino un nombre.

Un maldito nombre.

Draco Malfoy.

Me había dado cuenta de que sentía cierta atracción hacia ese lindo rubio hace cosa de un mes. Pero, ¿y si ya no es solo atracción? ¿Y si Draco en verdad me gusta? 

Me quité esos pensamientos de la cabeza, ya que no me libraba de ellos durante los últimos días, y me preparé para un pequeño picnic que tenía con Draco junto al lago.

El ayer tuvo un ataque de ansiedad, es la tercera vez del mes, así que le propuse hacer un picnic los dos para librarnos un poco de todo el tema de los exámenes, a lo que el, encantado, accedió.

Llevé unas magdalenas, una tarta y dos jugos de calabaza que sobraron del desayuno en una cesta de mimbre, y me puse en marcha hasta llegar al lugar de la quedada.

Tardé bastante, ya que Hogwarts era terriblemente extenso, pero valió la pena al ver a Draco sonriendo con la cabeza arriba mientras cerraba los ojos y tarareaba una dulce melodía.

Me acerqué sigilosamente para no asustarle y me senté a su lado.

-Bonita canción.- El abrió los ojos de golpe al ver que yo estaba presente.

-Oh, hola Harry- dijo sonriendo.

-¿De dónde es?- No sé porque, pero la canción me había hipnotizado, y quería saber más de ella.

-Es una canción de cuna que me cantaba mi madre de pequeño, siempre que tenía un ataque de ansiedad ella me la cantaba y se me pasaba, pero al crecer el truco dejó de funcionar, y tristemente ahora el remedio son las pastillas, aunque prefiero hacerlo solo, me siento mas valiente, aunque soy un cobarde.- Fruncí el ceño ante eso, cosa que el notó.- Oh, lo siento, no quería hablar tanto, solo que contigo me siento cómodo y...-Le corté antes de que pudiese continuar.

-No eres ningún cobarde, deja de decir idioteces, eres la persona mas valiente que conozco.

-¿Y luego soy yo el que dice idioteces?- Cuestionó con una mueca triste. Era increíble el muy poco amor que se tenía, yo le admiraba por seguir adelante después de tanta mierda.

-Si, si lo eres, porque no dejaré que te menosprecies de esa manera, el que hayas tenido tu pasado no significa que eso describa tu presente o tu futuro, y además, en tu pasado también fuiste una buena persona, Draco. Valiente, sin duda alguna, pero tan solo eras un niño, no merecías todo eso.- El me miró con unos ojos cristalizados, y antes de que se diese cuenta, un par de lágrimas resbalaron por sus pálidas mejillas. Yo llevé mis pulgares a su cara y sequé esas lágrimas traicioneras.

-Gracias, Harry. Todo el mundo se ocupa de juzgarme, pero pocas personas se han puesto en mis zapatos. En verdad necesitaba escuchar eso, eres un gran amigo.- Yo sonreí y le revolví el cabello. Si hace un año hubiese hecho este último gesto, seguramente no seguiría en este mundo, pero ahora cada vez que lo hacía el sonreía y se reía.

-De nada, hurón albino, para eso están los amigos.- El sonrió y sin previo aviso le abrazó. Ya no era tan raro como antes el que nos abrazáramos, pero aún así no pude evitar sonrojarme.

Mierda, ¿en qué estaba pensando?

En ese momento me vino a la mente un recuerdo de hace tiempo.

Prometí no enamorarme.

DRACO

Harry se sonrojó por el abrazo, cosa que yo noté pero decidí ignorar y comenzar con el picnic.

-¿Qué has traído tú?- Pregunté mirando a la cesta que el azabache tenía a su lado.

-Pastel, magdalenas y jugo de calabaza- contestó mientras removía el contenido de la cesta.- ¿Y tú?

-Yo he traído ranas de chocolate, manzanas, grageas de sabores, meigas fritas, plumas de azúcar...

-Pero- si te has traído toda una tienda de dulces. Me siento mal por traer tan pocos.- Dijo con un puchero divertido, yo reí por su preocupación.

-Bueno, es que yo soy millonario cielo.- Dije con un tono de superioridad fingido. El se carcajeó y sacó lo que había en su cesta para ponerlo sobre la toalla en la que estábamos sentados. Yo imité su acto poniendo mi comida en la toalla y empezamos a comer.

-Oye, ¿qué tal con Ginny?- Desde hace un tiempo me pregunté sobre la relación entre el azabache y la pelirroja, no se porque, pero el simple pensamiento de que volviesen a tener una relación me molestaba.

-Bueno, creo que somos amigos, y la verdad estamos mejor así, nuestra relación empezó a ser tóxica, y Luna y ella son una pareja muy tierna, el otro día las vi paseando por el pasillo, Luna le hablaba sobre los nargles mientras se tomaban de la mano, y Ginny la miraba como si fuese todo su mundo. Definitivamente están muy enamoradas.- El sonrió mientras miraba al lago, yo me alegré por ellas, bueno, mas que por la pelirroja por Luna, tengo el recuerdo de que una vez que tuve un ataque y había peleado con Pansy, la rubia pasaba por ahí dando saltitos y tarareando una canción cuando me vio. 

Se quedó conmigo tarareando la canción mientras me abrazaba, después de todo lo que le hice. 

Luna era muy buena.

-¿Y tú qué tal con Pansy?

-Oh, muy bien, volvemos a ser como hermanos, ella me cuenta sobre Hermione todos los días, creo que se está enamorando.

-Yo creo lo mismo sobre Hermione. 

-Se merecen ser felices.- El asintió con una sonrisa en su rostro. En verdad Harry quería a Hermione, eran mejores amigos desde niños, yo me sentía también muy feliz por Pansy, sobre todo los días en los que ella volvía de una cita con la castaña sonriendo y corría a mi cama para sentarse conmigo y contarme todo lo ocurrido.

-Oye Draco, tenemos que seguir con el trabajo, podemos poner bastantes avances, ahora somos amigos, cosa que teniendo en cuenta todo nuestro historial, podría suponer un diez, en fin, no nos hemos matado.- Yo reí de su mala broma, en verdad Harry era divertido. Y guapo, valiente, ambicioso, buen jugador del Quidditch, buena persona... Yo asentí ante lo del trabajo y me quedé callado, pensando, con Harry al lado mientras comía.

Mierda, ¿en qué estaba pensando?

En ese momento me vino a la mente un recuerdo de hace tiempo.

Prometí no enamorarme.