Tal vez el exceso de cordura me había enloquecido o quizás siempre fui una loca, fingiendo cordura.
Arrebatadamente saboree sus labios, como quién tiene una sed inconmensurable, no podía permitirme si quiera respirar. Para qué, si mi cuerpo lo que menos necesitaba era oxígeno, no quería que mi cerebro tuviese la fuerza suficiente como para pensar, para detenerme.
Su devoción, pasión y desespero eran como un huracán y era justo el desastre del cual no tenía intenciones de huir.
Cadie se detenía de vez en cuando para mirarme y sonreía con emoción, como si estuviera realizando el más grande de sus sueños. Acariciaba con cuidado mi rostro y al segundo volvía a besarme con más fuerza; ella tampoco tenía intenciones de parar. Recorría mis hombros con delicadeza, desde mi brazo derecho, hasta el borde de mi cintura y se detenía al llegar a mi pierna, volvía a mirarme y a sonreír con amor. Creo que en el fondo ella tampoco podía creer que aquello estuviese sucediendo.
No iba a excusarme con el alcohol, no estaba tan ebria como hacerme la tonta, pero, jamás planeé besarla; fui débil. Su mirada confusa y el llanto me conmovía tanto, no soportaba la idea de hacerle daño y algo me empujaba a consolarla.
Ella repitió varias veces aquellas tiernas y torpes caricias, se dejó caer con cuidado sobre mi pecho y suspiró por fin. Besó con ternura una y otra vez mi piel desnuda, y jugaba con sus largos dedos a deslizarse por caminos imaginarios que ella misma inventaba. Quisiera decir que estaba pensando en sus acciones, pero mentiría. Mi cuerpo solo se sentía acalorado y totalmente consumido por alguna droga de la alegría. No pensaba en nada, solo reaccionaba a sus caricias y a sus besos. Ambas flotábamos sobre una nube de algodón y nos dejábamos mover por ella sin conciencia alguna. No me había sentido así desde hace mucho tiempo, no desde que era joven. Tanto placer desmedido, no creí que fuese posible a mi edad.
—Te amo–La escuché susurrar—Te amo, te amo mucho, mucho, demasiado—Alzó la vista para mirarme; sus enormes ojos avellanados, ahora estaban consumidos por su oscura pupila y brillaban tanto como la primera vez. Cómo aquel día en que la conocí…
《Buenas tardes》
《Lo siento. Creí que tú…》
《¿Qué era su hija?》
—¡Oh, carajo, mi hija!—Negué violentamente y me aparté de ella.
—¿Qué pasa?—Preguntó asustada.
—Nada es solo que…—Traté de incorporarme.
—Por favor—Me detuvo como si adivinase ya lo que quería decir. —No me digas que esto es un error o una locura, por favor—Me tomó de la mano con miedo y al borde otra vez del llanto—No sé… No sé cuánto tiempo pueda seguir aquí y yo no…
—¿De qué hablas?—Interrumpí—¿A caso ella pensaba en mudarse?
—¿Me quieres, Cate?—Preguntó con los ojos cristalinos e ignorando por completo mis dudas.
—¿La quería? ¿Tendría el valor de admitirlo?
—¿Cate… me quieres?—Volvió a insistir.
—Sí, sí te quiero—respondí con valentía.
—Entonces, qué necesidad hay de que me digas que no puedes. Que eres mayor y todas esas tonterías. Si tú también me quieres, Cate…. Si me quieres, no tienes que lastimarme con esas dudas, con el miedo. Te juro…—Tomó mi mano y la besó con cariño—Eres mi mayor sueño en la vida y soy consiente de que quizá, no dure para siempre, así que te pido por lo que más quieras que no hagas mi agonía más larga. Yo estoy dispuesta a hacer lo que tú me pidas y llevaré el ritmo que tú desees. No voy a pedirte nada, no quiero nada más que tus besos.
Sonreí inconscientemente, ella me hablaba como si yo fuera alguna una clase de deidad; con respeto, sobre todo con amor.
—Deja de ser tan tierna—Pedí y acaricié su mejilla.
—Por favor, Cate…—Sostuvo mi mano y ladeó su cabeza sobre esta—No quiero ningún título, ni que me reconozcas nada, solo no quiero que se arruine esto, por favor vuelve a besarme. Bebe el vino que quieras, si es que lo necesitas, pero vuelve aquí, a nuestra nube—Suplicó.
—¿De verdad estaba pidiéndome que me embriagara con tal de volver a besarla? No había tomado por eso, lo había hecho para callar la culpa, para tener una excusa a mis bajos deseos, para no enfrentar a la realidad—Suspiré y me tiré sobre la cama—¡Dios, Cadie! ¿Qué voy a hacer contigo?—Cubrí mi rostro con mis manos.
—Por ahora solo déjame abrazarte—Pidió—Mañana si lo deseas me puedes echar a la calle, pero ahora quédate aquí conmigo—Musitó.
¿Por qué no podía dejar de sonreír ante sus palabras tan trilladas y sacadas de alguna trágica historia? Su forma tan seria de decirlo me perturba como si realmente fuera yo lo único que desease.
—Ven—Abrí mis brazos y dejé que se recostara de nuevo sobre mi pecho. Comenzó a tararear una extraña canción y los latidos de mi corazón parecían danzar, encantados junto a su voz. —Tendremos que salir o sospecharan algo si no nos ven—dije, después de un rato, sin retirar mis dados de su cabello.
—Por supuesto—respondió y se alejó con tristeza. Me recompuse y fui la primera en levantarme. —¿Me puedes dar otro besito?—Preguntó tímida.
—¿Un besito?—Reí por bajo—¿Te parece si dejas de pedirme los besos como si tuvieras dos años?—Me crucé de brazos, frente a ella.
—¿Puedo besarla yo, entonces Mrs. B?
—¿Mrs. B?—Alcé una ceja, al escuchar el apelativo.
—Así me gusta llamarla—dijo con orgullo.
—Puedes—Acepté, al borde de un ataque de risa.
Sin esperar nada más se lanzó a mi boca, me besó con fuerza y pasión. Entrelazó sus dedos en mi cabello y jaló con delicadeza hacia atrás; haciéndome gemir. Me miró con una sonrisa divertida y sin decir una palabra mordió con fuerza mi labio inferior; ya no era tan tímida.
—Haré lo que tú me pidas, siempre que no me digas que parezco de dos años—habló, firme.
Comencé a reír y la agarré con fuerza de la cintura.
—La señora de las plantas acaba de surgir—Bromeé y besé su mejilla—Sal tu primero e inventa algo—Ordené, dando un pequeño golpe a su glúteo, derecho.
—Primero, dame otro beso—dijo con el ceño fruncido y se cruzó de brazos.
Reviré los ojos y la miré fijamente. —¿No se supone que harías lo que yo pidiera?—Ladeé la cabeza y sonreí a medias.
—No me negué. Solo quiero más besos—refunfuñó y agachó la cabeza.
—Te daré más luego. Anda, sal ya—Volví a ordenar. Quería que se fuera antes de volver a perder los estribos, sin siquiera haberme repuesto aún de sus besos. Salió casi a la fuerza y yo volví a negar divertida por su actitud. Me di una ducha y me coloqué la pijama. Estaba por salir de la habitación cuando escuché un fuerte golpe en la puerta.
—¿Mami?—Escuché a mi pequeña llamándome.
Abrí con rapidez y la encontré a mi pequeña con su rostro asustado.
—¿Pasa algo, mi amor?—Su infantil rostro reflejaba miedo.
—Sí mami, la tía Sari estaba jugando con Cadie y se han bebido una botella de vino, cada quien—habló con preocupación.
—¿Acaso tu tía está loca?—Alcé la voz.
—Sí lo está. En cuanto se acabó la botella cayó al suelo y creo que se desmayó.
—¿Qué? ¡Carajo Sarah, voy a matarte!—Maldije. Tomé a mi hija de la mano y ambas corrimos de vuelta al jardín.
—Estoy bien, estoy bien—Escuché balbucear a Sarah.
Cadie estaba a un lado y tocaba su frente con preocupación.
—¿Qué ha pasado?—Pregunté asustada y molesta a la vez.
—Nada—Negó Cadie con miedo.
—Sé que dijiste que no le diera de tomar nada más, pero ella me retó— siguió balbuceando Sarah.
Miré a Cadie con decepción y ella con vergüenza agachó la cabeza.
¿Cómo es que podía beber tanto y por qué ella no se veía afectada?—Vamos, te llevaré a tu habitación—Sentencié. Tomé con fuerza a la ebria de mi amiga y con ayuda de Cadie, pude llevarla hasta su cuarto—Vivian, cariño puedes pedirle a Diana que preparé un café, ¿por favor?
—Sí, mami—Asintió mi pequeña y salió con prisa.
—Deberíamos darle una ducha—Sugirió Cadie.
Por alguna razón lo que yo menos necesitaba era oír su voz en este momento. Volteé a mirarla fijamente y se sorprendió, casi la sentí temblar del miedo.
—¿Por qué la retaste?—Pregunté con molestia.
—Ella… ella se dio cuenta de que estuvimos solas y yo solo quería distraerla. No fue idea mía tomar tanto—respondió con nerviosismo.
Asentí pensativa.
—Ve a ducharte, al rato bajo a prepararles la cena.
—Cate, yo…—Intentó protestar, pero se lo impedí.
—Haz lo que te digo—Espeté.
—De acuerdo. Ayudaré a Vivian también—dijo en voz baja.
—Gracias—respondí sin mirarla y solo escuché cuando la puerta se cerró. Odiaba ser tan fría con ella, pero lo que hizo no fue correcto. Pudo haber sucedido un accidente con ella o con Sarah; ambas parecían un par de adolescentes tontas… Sólo que Cadie, sí lo era.
Con ayuda de Diana, logré que Sarah se diera un baño y que tomara el café. La dejé arropada y profundamente dormida en su habitación. Al llegar a la cocina junto a Diana, pregunté por Vivian, pero ella me infirmó que ya había cenado junto a Cadie y que ambas se habían ido a dormir. Le agradecí por todo y me dirigí al cuarto de visitas, al entrar las luces estaban apagadas. Caminé con cuidado y al llegar a la cabecera de la cama, prendí la pequeña lámpara sobre el buró. Mi hija descansaba plácidamente y sostenía con fuerza su peluche; no podía dormir sin él. Deposité un tierno beso en su frente y acomodé la cobija sobre su cuerpo. Revisé la habitación, pero Cadie no se encontraba por ningún lado. Entré en pánico al imaginar que quizá se había marchado, debido a la forma tan dura en que la traté. Salí con rapidez de la habitación llena de preocupación por ella y su ausencia. Corrí hasta el patio trasero y por fortuna la hallé sobre uno de los columpios; se veía tan triste y absorta en sus pensamientos, tanto que ni siquiera se percató de mi presencia.
—Deberías estar durmiendo—Susurré.
—¿Sarah está mejor?—Preguntó en voz baja y con la vista en sus pies.
…O quizá sí me había visto venir y aun así, no volteó a mirarme.
—Sí. Logré que se durmiera. ¿Tú, cómo estás?
—Bien—respondió con frialdad.
—¿Cómo bajaste los efectos del alcohol?—Intenté acercarme a ella. Alzó los hombros y se balanceó sobre el columpio. Suspiré y me senté en el segundo columpio, a su lado. —Lamento si te hice sentir mal—Me disculpé con sinceridad.
Ella volteó a mirarme y sus ojos estaban rojos; había llorado.
—¿Podemos dormir juntas hoy?–Pidió con la voz entre cortada. Quedé perpleja ante su pregunta.
Cómo imaginaba ella el dormir conmigo.
—No tenemos que hacer nada—Volvió a hablar. Seguramente se había percatado de mi confusión.—Solo quiero dormir con usted en la misma cama—Desvío la vista avergonzada.
—¿Hace un rato me llamabas Cate y ahora, me hablas de usted?
—Lo siento, es solo que… yo no…
—Sé que fui dura contigo y de verdad, lo lamento, Cadie.
—No me gusta verla tan enojada. No sé cómo reaccionar ante su indiferencia, mucho menos a su decepción.
—No estuvo bien lo que hiciste, sin embargo estoy consiente de que no ha sido todo tu culpa. ¿Me perdonas?—Acerqué mi mano hacia ella.
Asintió y tomó con fuerza mi extremidad.
—¿Confía en mí?—Preguntó de pronto.
—Por supuesto—Aseguré. Me miró y una hermosa sonrisa se dibujó en su rostro—Vamos a dormir, fue un día largo y ambas deberíamos descansar—Le hice un guiño y la animé a levantarse.
—Sí—respondió entusiasmada y se levantó sin soltar mi mano.
Una vez dentro de la habitación Cadie cambio de opinión respecto a dormir juntas y supuse que era por Vivian.
—Aquí cabemos las tres, cómo vas a dormir en el sofá—Negué.
—No quiero incomodar.
—No seas ridícula. Yo dormiré en el medio y cuidaré de ambas—Propuse.
—¿De verdad?—Me miró incrédula.
Asentí y me acomodé justo al lado de Vivian.
—¿Ya ves? Cabemos perfectamente—Sonreí y la animé a que se acostara, con dudas, pero terminó por ceder—No muerdo, acércate—Susurré.
—Mentirosa—dijo y rio por lo bajo.
Se acomodó junto a mí dándome la espalda y se estiró para apagar la luz. Su respiración era pesada y su cuerpo temblaba; evidentemente estaba incómoda.
—¿Necesitas más espacio?—Musité.
—¡No!—Giró hacia mí—Lo que menos quiero es tenerla lejos, si fuera por mí dormiría encima suyo.
—No creo que sea un buen momento para eso—respondí divertida. La escuché suspirar y busqué su rostro con mi mano izquierda—Descansa—susurré y deposité un beso en su mejilla.
—¿Seguirás aquí cuando despierte?—Preguntó llena de miedo.
—Supongo que sí.
—¿Lo prometes?
—Lo prometo. Duerme, seguiré aquí cuando despiertes—Aseguré.
No dijo nada más y se aferró a mi brazo con fuerza.
¿Por qué tenía tanto miedo a no verme al despertar? No es como si yo fuera parte de un sueño, para ella.
___________________________________
🌸
![](https://img.wattpad.com/cover/267844655-288-k628818.jpg)
ESTÁS LEYENDO
𝑻𝒂𝒏 𝒄𝒆𝒓𝒄𝒂... (TERMINADA PRIMERA PARTE)
ChickLitConstruiré un lugar en donde podamos estar juntas... ✨ ___________________________________ 𝕴'𝖒 𝖓𝖔𝖙 𝖕𝖊𝖗𝖋𝖊𝖈𝖙 :v (lamento de ante mano si encontráis alguna falta de ortografía ^.^