Nuestro Infinito [Renga / Lanki] |Langa x Reki|

Día 2: Primeras veces

Pareja: Langa x Reki (Renga / Lanki)

Sinopsis: Tras mudarse a una nueva casa, Reki empieza a empacar sus cosas con ayuda de Miya, encontrándose con un viejo albúm, por lo que deciden hojear aquel libro grueso lleno de imágenes, recordando su noviazgo con Langa Hasegawa. Miya, tras escuchar los relatos del pelirrojo mencionó que, sin duda, Reki era un ladrón por haberse robado todas las primeras veces de Langa.

—¿Reki, dónde dejo este libro? —Preguntó Miya, caminando hacia Reki para mostrarle aquel viejo álbum. —No sabía que tenías un álbum.

Reki miró con asombro aquel libro.

—Vaya, hace mucho que no veía aquel libro. —dijo Reki, tomando aquel libro grueso para empezar a hojearlo, sonriendo tras ver aquellas fotos.

—Son fotos de ti y de Langa. —Reki suspiró. —¿Son fotos de su noviazgo? —Reki asintió con melancolía. Sinceramente, Reki extrañaba esos tiempos en los que se divertía con el Hasegawa y patinaban juntos.

Miya se sentó a lado del pelirrojo, esperando que éste hablara.

—Las primeras fotos las tomé yo con mi celular, fue cuando apenas le estaba enseñando skate a Langa.

—Puedo tomarte de la mano si tienes miedo. —Le había dicho Reki mientras dejaba de grabar, pero aún sin guardar su celular.

—No te preocupes, yo puedo. —Había dicho Langa para después intentar subirse en la patineta y terminar golpeándose contra el suelo por doceava vez en solo media hora.

—...

—¿Puedo tomar tu mano? —Preguntó Langa, a lo que Reki asintió.

—Y esta foto —Reki apuntó hacia la segunda fotografía —, fue cuando durmió por primera vez en mi casa. Tenía miedo porque, según él, se escuchaban ruidos extraños.

—¡Te lo digo en serio, Reki! ¡Hay algo que hace esos ruidos! —Reki, como estaba medio dormido, movía su cabeza de un lado a otro, aguantando las profundas ganas de dormir. —¡Reki, escúchame!

—Langa, solo es tu imaginación.

El canadiense negó repetidas veces con su cabeza.

—Se escuchan gruñi...—De repente, un gruñido lo estremeció de pies a cabeza, abrazándose fuertemente de Reki, a lo que el pelirrojo, a punto de caer dormido, le dio suaves palmaditas en la espalda del mayor, esperando que se tranquilizara.