Nuestro Infinito [Renga / Lanki] |Langa x Reki|

Día 6: Patinaje en hielo

Pareja: Langa x Reki (Renga / Lanki)

Sinopsis: Langa Hasegawa, un joven de 25 años, fue el campeón mundial de patinaje en hielo por 10 años consecutivos, nombrándolo como el Rey del hielo y alzando a Canadá a la gloria con sus múltiples triunfos en cada una de las competencias en las que el peliazul competía. Pero Langa, desde hace tiempo, comenzó a sentirse vacío cada que tocaba el hielo, llevándolo a una profunda depresión donde, ni su propio entrenador Ainosuke Shindo, lograba sacarlo. Fue ahí que, ante ellos, se presentó la salvación, no solo de Langa Hasegawa, sino de todo Canadá.

Con esta competencia, el príncipe del hielo finalmente se convierte en rey tras derrotar al indestructible Adam.

¡Canadá continuará en la cima del patinaje gracias a Snow!

Las voces de los comentaristas del vídeo se detuvieron en cuanto la castaña tomó el control remoto de la televisión y puso en pausa aquella cinta de vídeo que contenía la grabación en dónde su hijo se coronaba como el sucesor de Adam y nuevo rey del hielo.

—Deja de ver ese vídeo. —dijo la castaña, encendiendo la luz del oscuro cuarto. —Lo único que logras hacer es lastimarte más.

Langa no respondió, dejando aún más dolida a su madre al ver la situación en la que se encontraba su hijo desde hace unos meses. Daría lo que fuera por ver sonreír de nuevo a su único hijo.

"Oliver, ya no sé qué hacer". La madre de Langa rezaba por su hijo todas las noches, esperando que algún dios o su difunto marido los ayudaran, pero ningún milagro ocurría.

—Levántate, el señor Ainosuke te está esperando.

El peliazul tomó las cobijas de su cama y se tapó por completo, esperando que con eso su madre se fuera del cuarto y no lo siguiera molestando.

—Por favor, Langa, haz un esfuerzo por mí. —Pero sus palabras no tuvieron efecto en su hijo, quién se hizo bolita debajo de las sabanas, tal como siempre hacía cuando algo le dolía y quería estar a solas para que nadie notara su sufrimiento.

—¡Langa, ya basta! —Ainosuke entró azotando la puerta de la habitación de su sucesor, asustando a la madre del chico por el grito. —¡Hoy vendrás conmigo quieras o no! —dijo el entrenador de ojos rojos mientras le quitaba las sabanas a Langa, aventándolas al otro extremo de la habitación.

—Déjenme solo. —dijo el joven en casi un susurro, aferrándose a su almohada. Sin embargo, su petición no fue escuchada debido a que el entrenador lo había cargado y se lo había llevado, como un costal de papas, al auto.

—No se preocupe, señora Hasegawa. Langa regresará, se lo prometo. —Le aseguró el adulto de 37 años, aunque él se refería a que Langa regresaría a ser el chico sonriente de antes, haciendo que la mujer se calmara.