Capítulo 33 - Diana y Amelia

1K 63 72
                                    

Base Aérea de Feltridge, Condado de Boullowharf, Gran Ducado de Bearnia

Día 22, Mes de Zoicius, Año 207

09:30:29

-Spur Veinticinco, autorizado a aterrizar Pista Tres Tres. Precaución con vuelo de dos F-16 a sus Once en punto. Dieciocho millas.

-Spur Veinticinco tiene a los F-16 a la vista. Autorizados a aterrizar, Pista Tres Tres.

Entrando en aproximación final a la Base Aérea de Feltridge en el Gran Ducado de Bearnia, se encuentra un avión Learjet C-21A, una versión militar del avión de ejecutivo multipropósito Learjet Modelo 35.

Perteneciente al 458º Escuadrón de Transporte Aéreo de la 375º Ala de Transporte Aéreo, este C-21A partió de la Base de la Fuerza Aérea Andrews en la República para recoger a un pasajera de alta importancia que se la ha dado el nombre en clave de ...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Perteneciente al 458º Escuadrón de Transporte Aéreo de la 375º Ala de Transporte Aéreo, este C-21A partió de la Base de la Fuerza Aérea Andrews en la República para recoger a un pasajera de alta importancia que se la ha dado el nombre en clave de Atina.

El Learjet bajó su tren de aterrizaje y desplegó sus alerones al máximo y empezó a descender progresivamente hacia la Pista 33 de la base aérea. 12 minutos después el avión ya estaba aterrizando en la pista de Feltridge.

-Spur Veinticinco, salga de la pista por la siguiente salida a su izquierda.

-Siguiente a la izquierda, Spur Veinticinco.

Siguiendo las instrucciones de la torre de control, el avión carreteó hasta una de las salidas al lado izquierdo de la pista y luego se dirigió directamente a un hangar localizado en el extremo sur de la base aérea, y esperando en dicho hangar se encontraban los Tenientes Generales del Ejercito Duane Reimer y Terry Moellering. Pero ellos no eran los únicos esperando por el Learjet, junto con ellos también estaban la Duquesa Matilde Rotchild y la Sanadora Italia Petrova.

La razón por la los cuatro estaban en el hangar era porque hoy era el tan esperado día en que la madre de Matilde iba a ser llevada a la República de Venezuela para recibir el tratamiento que podría curar la depresión que estaba padeciendo.

Para la joven duquesa, la República se había convertido en su última esperanza para evitar quedarse huérfana. La Sanadora Petrova había agotado todos sus recursos y conocimientos para tratar la depresión de su madre, aunque sería injusto que no se mencionase el hecho de que su ayuda fue vital para evitar un empeoramiento en su estado de salud, y de no haber sido por ella, su traslado se hubiese complicado, por no decir que hubiese sido imposible. La enviada de Nealya había hecho su parte, ahora le tocaba a Venezuela hacer la suya.

Cuando Matilde escuchó los detalles sobre el traslado de su madre a la República, esta simplemente se sorprendió a la vez que se abrumó, no porque ella fuese alguien carente de conocimiento, todo lo contrario, ella había recibido una educación de muy altos estándares ya que debía preparase para ascender al Trono de Bearnia cuando llegase a la adultez. Lo que pasa es que las palabras usadas y las acciones descritas eran algo que aún no podía llegar a comprender, para ella la República de Venezuela era una caja llena de sorpresas, todos los días hacían algo que la sorprendía. Un ejemplo reciente de esto fue cuando vio por primera vez al Presidente Leonardo Correia por medio de los espejos mágicos de color negro que los venezolanos llaman televisión.

Una nueva Venezuela en un mundo de fantasíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora