Dudas de Julián, La vida de Lucero, Y una fiesta para todos.

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Diario de Matteo:
Cuando Jazmín se levantó de la mesa, supe que algo no estaba bien.  Así que yo también me levanté, y me fui hacia el jardín.
Allí estaba Marco, y escuchaba que estaba hablando con papá:
--El tío Francesco me dijo que presentía algo, que había algo que no cerraba de todo lo que pasó en ese accidente.
Marco:
--¿Y tú crees que ellos están con vida?
Papá:
--Yo la vi.  Su lunar y su sonrisa.  Es ella, jamás la olvidaría.
Yo corrí para acercarme, y Marco me vio:
--¿Qué haces aquí?
Yo:
--Creí que Jazmín estaría aquí, y por eso vine.
Marco:
--¿Pero Jazmín no se fue a desayunar con ustedes?
Yo:
--Sí, pero dijo que no tenía hambre y se levantó bruscamente de la mesa, y se fue corriendo, pero no sé a dónde.
Marco, se va corriendo.
Papá:
--Marco.  ¡A dónde vas!
Yo:
--Dime, ¿De qué hablaban?  ¿Es sobre el incendio?
Papá:
--Es tu tío favorito, el que vuelve con esas ideas locas sobre que tus primos pueden llegar a estar vivos, y me está volviendo loco a mí.  Pero no me hagas caso, no es nada.  Últimamente tengo recuerdos de ellos en mi cabeza, y eso me confunde, y veo cosas que no son.
Yo:
--¿Pero qué viste?  ¿Me quieres contar?
Papá:
--Por un momento, la sonrisa de Jazmín, se e hizo muy parecida a la sonrisa que siempre tuvo Fiorella, y así mismo tu tía Antonella.  Además, creí verle ese lunar tan característico que tenían ambas en el lado izquierdo de su boca.
Yo:
--¿Y tú de verdad no crees ni un poquito en lo que dice el tío Francesco?
Papá:
--Tú me creerías si te digo que tus primos están vivos después de pasar por un incendio que carbonizó toda una casa?
Yo:
--Deberías pensar un poco más.  Los mismos bomberos dijeron que sus cuerpos no estaban.
Papá:
--Y es justamente por eso que no lo creo, porque sus cuerpos no fueron encontrados, y no hay rastros de ellos.
Yo:
--Papá, piensa, ¿No crees que lo que viste en Jazmín es una señal?
Papá:
--Sí hijo, una señal de que me estoy volviendo loco.
Yo:
--¿Es enserio?  Papá, creo que deberías pensarlo.  Si sus cuerpos no estaban, pudieron haber sido salvados por alguien más.  Dentro de la casa, había muchísima gente ese día.  Muchos, fueron salvados, solo es cuestión de investigar más afondo.
Papá:
--¿Entonces tú piensas que Jazmín puede ser tu prima?
Yo:
--Papá, no te mentiré.  La señora Nadia me asusta.  Parece ser una mujer muy obscura, así que yo sí podría creerlo.
Papá, se pone pensativo:
--¿Tú crees que Nadia puede esconder algo así?  ¿Hasta incluso a sus propios hijos?  ¿Qué monstruo podría ser capaz de hacer eso?
Yo:
--No lo sé papá, pero yo no creo que lo que viste en Jazmín sean reflejos de tu locura.  Deberíamos investigar, porque yo siento que en Nadia hay algo raro.
Papá:
--Tal vez tengas razón, digo, hay cosas en Jazmín que me sorprenden, pero también que me resultan familiares.  Pero.  ¿Podría ser?
Yo:
--Ya no te des vueltas, fíjate, y trata de buscar algo en Nadia.  Tal vez el tío Francesco no se equivoque, y ellos estén más cerca de lo que pensamos.
Papá:
--No lo sé hijo, escucho lo que me dices y es una completa locura.  Pero a la vez, siento que podría ser así.  Y pienso en Nadia, es decir, si ella los adoptó, en dónde y cómo fue esto posible.
Yo:
--Mírala más, fíjate en ella, acércate y háblale.  Solo así, sabremos la verdad.
Papá:
--Si ellos están vivos, quisiera saber quién los salvó, y por qué no nos informaron.
Yo:
--Tal vez, ellos vieron el fuego, y solo corrieron fuera de la casa.  No lo sé, quizás alguien los encontró perdidos por algún lugar y los entregó a la policía.  Hay mil maneras de explicarlo.
Papá:
--Aún así, eso sería raro, ellos eran muy chiquitos y apenas caminaban, es más que obvio que alguien los ayudó a salir entre el humo y el lío de gente.
Yo:
--Tal vez sí, alguien los ayudó, pero tendríamos que investigar a los que pudieron salvarse.
Papá:
--Tengo que hablar con el Tío Francesco.
Él se va, y yo me quedo en el jardín.

Diario de Jazmín:
Tengo miedo, y sinceramente creo que me estoy volviendo loca.  Es una mezcla de todo, pero sí, principalmente, lo que siento es miedo.
Nadie sabe ni entiende lo que me pasa, solo Ángelo está un poco al tanto, pero no lo sabe todo.  Me da miedo que él se ría y me diga que estoy loca.  Prefiero hablarlo con una amiga o mejor, con una psicóloga, pero si le pido a la jefa de la casa que me pague una sesión, me va a preguntar qué me pasa.

Sólo Cerré Los Ojos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora