Hoy no fui al colegio, ni Ángelo tampoco.
Le inventé la gran historia a mamá de que estoy indispuesta y dije que me mandaron un mensaje diciendo que no iba a estar una de las profesoras.
Y entonces, me quedé en casa, acostada en mi cuarto y pensando en no salir de ahí en todo el día.
Todavía, no puedo creer el tema de la reunión de a noche.
Y aún, no lo puedo aceptar.
Hoy va a venir ese tal Julián a casa, y para ese momento, tengo que tener mi mejor cara, la mejor sonrisa, y simular estar feliz de la relación.
Ya no sé que hacer, No sé que pensar y ni que decir.
Ya es tarde.
Mamá ya está con otra persona, y no es papá.
Porque papá no está, papá ya se fue. Y no va a volver.
Cualquiera me puede decir que mi actitud en esta situación es muy inmadura, pero qué le voy a hacer.
Yo no estoy de acuerdo, y no me voy a quedar cayada.
Bueno, había dejado de escribir porque Melina me llamaba.
Le dije que no me iba a levantar, así que ella tuvo que pasar.
Me preguntó que me pasaba, por qué no fui al colegio y por qué no me había levantado ni siquiera a desayunar.
Le dije lo que pensaba de mamá y Julián. Que no estoy de a cuerdo con esa relación, que no va a ser lo mismo que cuando estaba con papá. Que tengo miedo de cómo sea él con nosotras, sí, y digo con nosotras, porque la mayoría somos mujeres, y es más probable que con la cara de malo que tiene Ángelo, Julián, no va a querer ni siquiera saludarlo hoy a la noche.
Bueno, es pensamiento mío. Pero no sabemos si eso va a pasar o no.
Quizás, también se lleve mal con Ángelo.
Melina me dijo que esté tranquila, que si nosotros no queremos que vivan juntos, y lo demostramos en la cena, creo que Julián se va a dar cuenta de que no lo queremos.
Pero yo no pienso eso. Yo no tengo las intenciones de hacerle pasar una mala noche a mamá con su nuevo... ¿Cómo lo podemos llamar?, mmm, Príncipe, o algo así.
Pero bueno, sí, tengo que estar un poco más tranquila y ver que pasa esta noche.
Estuvimos hablando un rato largo con Melina, hasta que ella se acordó que hoy tenía una entrevista de trabajo. Así que se tuvo que ir.
Se fue y en ese momento... ¿Adivinen quién llegó a mi puerta?
Sí, era Ángelo, preguntando si lo dejaba pasar.
Le dije que sí, que entrara y entonces, nos pusimos a hablar.
Él, quiso actuar como un lindo hermano, y me había traído el desayuno a la cama.
Muy tierna la escena, ya que él notó que ni me había levantado a desayunar.
Me hizo las mismas preguntas que me había hecho Melina, y yo le respondí exactamente lo mismo que a ella.
Él, se sentó a mi lado a escucharme, y cuando terminé de hablar, me abrazó, y me dijo:
--Tranquila princesita, que todo va a estar bien.
Yo creo, que ninguno de nosotros está de acuerdo con esa relación, porque lo vemos muy difícil de aceptar.
Entiendo tus miedos, y sé que no será lo mismo que cuando estaba papá, pero debes pensar, en que esto la hace feliz a mamá--.
Cuando él me abrazó, me caían las lágrimas, que las tenía bien guardadas, y no creí que las fuera a soltar en ese momento.
Lo lindo de la escena es que él no me soltó, y para que yo me calmara me acariciaba el pelo, cosa que él sabe que me gusta. Y además, se puso a cantarme una canción que me cantaba papá cuando yo era chiquita y no me quería dormir.
--Los pollitos dicen.
Pío, pío, pío.
Cuando tienen hambre.
Cuando sienten frío.
La gallina busca.
El maíz y el trigo.
Les da la comida.
Y les presta abrigo.
Bajo de Sus Alas.
Acurrucaditos.
Hasta el otro día.
Duermen los pollitos.
La verdad, no sabía que hacer en ese momento.
No sabía si matarlo por el momento vergonzoso o agradecerle por intentar sacarme una sonrisa.
Lo quiero, lo Súper quiero un montón.
Fue muy lindo que él me haya abrazado y tratara de que yo me sienta mejor.
Después de la tierna escena, yo le sonreí y le agradecí por todo.
Él, me dijo que no era nada, y me dio un beso.
Yo, quise cambiar la conversación, y entonces le pregunté por qué no había ido al colegio.
Él me dijo, que tampoco estaba de ánimo para salir de la casa, además, supuso que yo estaría mal por la situación, y quiso quedarse conmigo.
Yo lo abracé y le agradecí que se haya quedado por mi.
Él, me dio un beso y dijo que iría a buscar su guitarra para que cantemos juntos.
Estuvimos cantando un rato, y luego se fue a ayudar a Ayelén a preparar el almuerzo, que raras las veces que es ella la que cocina.
Y ahora, acá estoy, en mi cuarto, aburrida, escribiendo en mi diario.
Otra vez, tuve que dejar de escribir.
Es que alguien me llamaba en la puerta de mi cuarto.
Cuando abrí, fue una gran sorpresa la que me llevé.
Detrás de la puerta, estaba Ariadna, y me preguntó si podía pasar.
Yo le dije que sí, aunque me sorprendió bastante el saber que estaba hablando conmigo.
Le pregunté que quería, y le dije que si quería se podía sentar a mi lado.
Ella se sentó, me miró. Y sus ojos se llenaron de lágrimas............
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Sólo Cerré Los Ojos.
Teen FictionJazmín era una chica que tenía una vida normal. Hasta que un día, cuando regresaba de un viaje familiar, ocurrió algo que cambió gran parte de su vida para siempre. Ángelo, su hermano, no solía interesarse en ella, pero la relación entre ellos se vu...