Presentación de Lucero y amenazas de bombas.

15 0 0
                                    

Diario de Lucero: Presentación

Día Viernes 16 de Marzo.

A veces pienso que la vida que Dios nos dio es un castigo por algo malo que hicieron nuestros antepasados.
Pienso que es así, porque mi vida es una porquería, lo peor que se puedan imaginar.
Para mí, un gran castigo.
Mi nombre es Lucero Amatista Molina y tengo 16 años.
Nací en Rosario Santa Fe, Argentina, pero Desde los 8 años vivo en Buenos Aires.
Actualmente, me encuentro viviendo sola, con mi hermana Esmeralda.
Ella tiene 19 años, y estudia Economía en comercios exteriores.
Es una chica muy alegre, siempre positiva ante todo y muy comprensiva.
Gracias a ella, hoy estoy viva y digamos que feliz. Por lo menos, no me falta ni techo ni comida.
Es la persona más fuerte que conocí, con todo lo que pasamos, realmente me sorprende que tenga fuerzas para mantenerse de pie, que todavía tenga la esperanza de que todo pueda llegar a cambiar algún día dentro de esta casa, me sorprende que ame vivir la vida a pesar de todo.
Es un gran ejemplo de mujer para mí y espero algún día llegar a ser como ella.
En fin, de mí no puedo decir nada, porque no soy interesante para nadie. No tengo amigos y no soy de hablar mucho con la gente.
Ahora, mucho no puedo contar, porque si me pongo a escribir voy a llegar tarde a la escuela.

Diario de Jazmín:

Hoy, último día de la Semana.
Por fin se descansa de la escuela por lo menos dos días.
También, eso quiere decir que entre hoy en la noche y mañana en la mañana, el Señor Julián se muda por fin. Viene a vivir a esta casa, y yo estoy feliz por recibirlo con alguna sorpresa.
Pero no me voy a poner a pensar en eso ahora porque sino voy a llegar tarde al colegio.

Diario de Lucero:

Llegué al colegio y me encontré con Jazmín y su hermano Ángelo, que se estaban abrazando, los saludé apenas y entré al curso sin esperar a nadie.
Jazmín, al parecer me siguió, porque la vi entrar dos segundos después de que entrara yo.
Jazmín:
--¿Qué te pasa?
Yo:
--No me pasa nada. ¿Por qué?
Jazmín:
--Saludaste apenas y viniste corriendo sin esperarme.
Yo:
--Ah. Bueno, perdón. Yo siempre soy así.
Jazmín:
--Yo creo que te asustó verme abrazar a mi hermano.
Yo:
--No, ¿Por qué me asustaría?
Jazmín:
--No sé, yo creí eso.
Yo:
--No, no me asusta, solo no quería interrumpir ese momento.
Era algo entre vos y Ángelo, y pensé que era mejor si te dejaba disfrutarlo.
Vos, por lo menos tenés a un hermano que te acompaña en todas y que siempre te cuida y te demuestra el cariño que te tiene.
Jazmín:
--Vos tenés a tu hermana. ¿Acaso no es lo mismo?
Yo:
--No Jaz. Creéme que no.

Diario De Jazmín:

Después de decir eso, Lucero bajó la cabeza y no quise preguntar nada más.
Me sorprendió que dijera eso y me hace pensar que ella no tiene muy buena relación con su hermana.
Ahora me siento mal porque ella me vió abrazar a Angelito.
No sé, hay cosas de Lucero que me encantaría conocer más a fondo así puedo entenderla como persona.

Diario de Lucero:

No me molestó ver a Jazmín con su hermano abrazados, es solo que me puse a pensar que yo, teniendo al resto de mis hermanos tan lejos, no puedo vivir esos lindos momentos que ellos sí pueden.
Eso me puso un poco triste, porque aunque tengo a mi hermana no es lo mismo, con ella sí nos abrazamos y muchas veces, pero quisiera poder volver a abrazar a todos mis hermanos.

Diario de Jazmín:

Durante el recreo, me volví a hablar con Lucero, pero no del mismo tema.
Sacamos conversación porque Nicol preguntó sobre la vida de Lucero:
Nicol:
--¿Qué me podés contar de vos?
Lucero:
--Nada, solo vengo a la escuela y después paso en mi casa sola toda la tarde mientras mi hermana estudia en la facultad.
Nicol:
--¿Y no hacés ninguna actividad?
Lucero:
--No, no hago nada, solo duermo o a veces dibujo.
Yo:
--¿Te gusta dibujar?
Lucero:
--Sí, me gusta dibujar y escribir, quizás estudie algo que tenga que ver con eso.
Yo:
Genial, porque a mí también me gusta escribir. Dibujar no, pero bueno. Te escribo lo que quieras.
Nicol:
--¿Vos me habías dicho que también hacías música? ¿Verdad?
Yo:
--Sí, algo de música, por influencia de mi papá y de mi hermano.
Nicol:
--¿Y nos podés cantar algo?
Yo:
--No. No soy muy buena en el canto.
Lucero:
--¡Vamos!
Escuché cantar a tu hermano una vez y canta como los dioses, de seguro que vos sos una genia en el canto igual que él.
Yo:
--No te creas. ¿Por qué no mejor cantás vos?
Lucero:
--¿Y si canta mejor Nicol?
Nicol:
--¿De verdad quieren que cante?
Yo:
--Sí, por favor.
Lucero:
--Me gustaría escucharte.
Nicol, se paró y mirando hacia nosotras comenzó a cantar:
----A la nanita nana, nanita nana, nanita ea.
Mi niña tiene sueño.
Bendita sea, bendita sea.
A la nanita nana, nanita nana, nanita ea.
Mi niña tiene sueño.
Bendita sea, bendita sea.
Pimpollo de canela.
Lirio en capullo.
Duérmete vida mía.
Mientras te arrullo.
Duérmete que del alma.
Mi canto brota.
Y un delirio de amores.
Es cada nota.

Todo esto me parecía un chiste.
No había pensado en esa canción en toda la mañana y otra vez volvió a afectarme como siempre.
Esa canción, esa tan hermosa canción.
Le pedí por favor que dejara de cantar, me levanté del banco y me fui corriendo al salón.
Lucero:
--Jazmín. ¿A dónde vas?
Nicol:
--¿Qué le pasó?

Diario de Lucero:

Me levanté del banco y le dije a Nicol que se tomara de mi hombro para entrar al salón, que es a donde se fue corriendo.

Cuando entramos, la vi a Jazmín llorando como desesperada:
--¡Jaz! ¿Qué te pasa?
Ella, no respondía.
Yo no sabía qué hacer, así que agarré su mochila para ver si encontraba algo que pudiera ayudar.  No había encontrado nada más que sus carpetas, sus libros, plata, su celular y su estuche de lápices.  También, encontré una cajita con forma de corazón y una llavecita, pero no la abrí por respeto a sus pertenencias.
Nicol, se acercó a Jazmín:
--¿Te pasa algo linda? ¿Con qué te podemos ayudar?
Jazmín, nos intentaba decir algo, pero sin palabras.
Señalaba su pecho y la cajita que había sacado de su mochila.
Yo:
--Perdón amiga, no te entiendo.
Nicol:
--¿Podrías intentar explicarlo con palabras?
Jazmín, entrecortada por el llanto:
--¡Esa canción!
¡La caja!
Algo me dice, ¡Soy yo!
¡Julián!
¡Hay fuego!
¡Julián!
¡Tengo miedo!
Yo:
--MMMM, ¿Julián?
¿Qué?
Nicol:
--Lu, ella no está bien. ¿No ves que dice incoherencias?
Yo:
--No Nicky.  El nuevo marido de la mamá de Jazmín se llama Julián.
Nicol:
--Ah, entiendo.  ¿Pero qué tiene que ver Julián con lo que le pasa a Jazmín?
Yo:
--No sé.
Jazmín:
--¡Tengo mucho miedo!
Nicol:
--¿Qué tiene la cajita?
Yo:
--Parece ser una cajita de música.
Nicol:
--¡Qué raro!

Cuando yo me acerqué a abrazar a Jazmín, sonó el timbre de manera sorpresiva, y la directora a través del megáfono anunciaba amenazas de bombas en la institución.
Tuvimos que salir todos corriendo y hacer reaccionar a Jazmín a la fuerza.

Diario de Jazmín:

Cuando volví nuevamente a la Tierra, tomé todas mis cosas y las guardé sin ningún orden y corrí a buscar a Ángelo.
Yo:
Angelito, ¡Vamos!
Ángelo, que estaba con Macarena, la saludó con un beso en la mejilla y los dos salimos corriendo.
Mientras corríamos, nos cruzamos a Nicol, a Lucero, y a medio colegio que había entrado en pánico.

Al final, todos nos regresamos a nuestras casas.
Y acá estamos, con Ángelo, sin nada que hacer, con frío y con algo de sueño.
Revisé mi mochila para ver si tenía todo y encontré mi celular, así que me puse a mirar si tenía algún mensaje; y sí; Era un mensaje de Lucero preguntando si yo estaba bien.
Yo le respondí que sí, que solo se trataba de la canción que cantó Nicol.
Lucero, Vía Chat:
@+--Contáme, por favor.
Yo, Vía Chat:
@+--No sé cómo contarte esto, es un poco complicado.
Lucero, Vía Chat:
@+--Está bien, no te presiono entonces, pero sabés que siempre podés contar conmigo.
Y yo quería saber, nada más, porque lo nombraste dos veces a Julián y dijiste algo sobre fuego y que tenías miedo por algo que te decía la canción.  O bueno, eso es lo que entendí, pasa que por el llanto no fuiste muy clara.
Yo, solo se lo dejé en visto y me desconecté.
Ahora me asusta pensar que haya nombrado a Julián.  Pero lo que me asombra fue haber dicho algo sobre Fuego.  No sé, es todo muy raro.
Pienso en eso, y se me viene el sueño de Angelito a la mente.
Me suena la palabra y es lo único en lo que pienso.
Seguí ordenando mi mochila y encontré la cajita que había llevado conmigo al colegio.  La miré, y quedé totalmente en blanco, digamos que congelada por un momento y Solo Cerré Los Ojos.

Sólo Cerré Los Ojos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora