Misterios de Julián, el extraño sueño de Jazmín y pequeñas dificultades visuales

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Hoy es día Lunes, 26 de Marzo.
Sí, ya sé que no escribí nada como por dos semanas, pero pasa que tuve muchas cosas del colegio para hacer.
Con Lucero y Nicol, habíamos trabajado en un proyecto sobre la Dictadura Militar para presentarlo en el acto del 24 de Marzo por el día de la memoria.
Y bueno, eso nos tomó mucho tiempo.
Por suerte, en esta casa no pasó nada interesante mientras estuve ausente.
En este momento, son las 7 de la tarde y yo me encuentro en mi cuarto, haciendo una tarea de literatura sobre el libro “Cruzar La Noche” de Alicia Barberis.  Es un libro que terminamos de leer y ahora lo tenemos que analizar y responder unas preguntas.
Bueno, no creo que sea interesante la tarea del colegio, así que no sé por qué se los cuento.
Mamá y Julián acaban de llegar y fui a recibirlos a la puerta.
Mamá, estaba agotada y cuando vi a Julián, lo noté algo triste, y juro que yo jamás lo había visto así.
Yo:
--Hola.
Julián:
--Hola Jazmín.
Yo:
--¿Cómo estás?
Julián, forzaba una sonrisa:
--Bien, solo un poco cansado.
Yo:
--¿Necesitas algo?
Julián lo pensó:
--Sí.  ¿Podrías traerme un poco de agua por favor?
Yo:
--Sí, claro.
Cuando yo fui por el agua, Julián se sentó en un sillón en la sala y estaba mirando una foto en su celular.
Cuando volví, lo vi completamente pálido, como perdido, atrapado en lo que sea que contenga esa foto.
Yo:
--¡Julián!
Después de unos segundos, él reacciona:
--¡AY!  No te vi cuando volviste.
Yo:
--¿Estás bien?
Julián:
--Sí.  ¿Por qué?
Yo:
--Es que te noto un poco triste y estabas perdido mirando el celular.
Julián:
--Sí, pasa que hoy es el cumpleaños de mi hermano y me pone triste el estar tan lejos de él.
Yo:
--¿Y por qué no lo saludas por llamada?
Julián, ve mis libros en la mesa:
--Sí, gracias, lo voy a a hacer.  Pero creo que deberías seguir con tu tarea.
Yo:
--Está bien, ya no te molesto más.

Correo electrónico de Juliángermanottammf@gmail.com
Para GermanottaFran507@gmail.com

Querido hermano, hoy te escribo para desearte un buen día.
No digo feliz cumpleaños porque sé bien que después de esa gran tragedia ya no lo festejas, solo lo tomas como un día más en tu vida.  Sé también, que te cuesta mucho volver a ser completamente feliz desde que pasamos por ese terrible momento.
Sabes, hoy no he dejado de pensar en ellos.
He visto la foto de nosotros junto al pastel, y se me vinieron las pequeñas risitas inocentes de esos angelitos jugando en la habitación.
Créeme hermano que hasta el día de hoy la angustia y la tristeza de haberlos perdido me persiguen y no me quieren soltar.
Aún me sigo preguntando cómo sucedió, por qué, cuándo y en qué momento.
¿Cuál fue el error?
Aún no lo entiendo.
Sinceramente, no encuentro una explicación para todo esto.
Lo que sí sé, es que desde ese día, nunca más pudiste abrazar a tu esposa y tampoco a tus hijos.
Recuerdo que tú y yo estábamos bien, pero cuando te dijeron que no habían encontrado sus cuerpos en la casa, ese gran dolor fue mío por un eterno instante.
Aún se me viene a la mente tu llanto, tus ojos llenos de lágrimas, tu vida hecha pedazos.
Yo, no reaccionaba y no podía hacer otra cosa que solo abrazarte y decirte que seas fuerte, y el dolor se volvió infernal, casi de muerte cuando supimos que también perdimos a mamá y a papá.
Créeme hermano que en la distancia, hoy sufro tu dolor.
Es increíble que un día como hoy, hace 14 años, nos enconntrabamos toda la familia reunida, celebrando tu día especial, y luego, en un abrir y cerrar de ojos, lo perdimos todo.
Yo no sé qué habrá presentido en ese momento Verónica, pero le agradezco a Dios que se haya ido con los niños tiempo antes de que todo lo malo pasara.
En fin hermano, sé que es muy tarde por allá, así que te voy a dejar.
Pero sabes que si quieres hablar, siempre voy a estar aquí para ti.
Un abrazo fuerte.
Julián.

Después de cenar, me vine a mi cuarto a continuar con la tarea, pero tengo una pequeña dificultad.
Resulta que al ser de noche, está todo oscuro y no entiendo por qué motivo hay algunas letras del libro que no consigo leer, y esto me preocupa un poco porque en la escuela también me ha pasado que he tenido errores de comprensión lectora porque había cosas que no alcanzaba a leer porque tenían letras muy pequeñas.

Me vine a la cocina para buscar a Ángelo y pedirle que me ayude con la tarea.
Mamá:
--¿Qué hacés acá?
Yo:
--Solo quería pedirle ayuda a Ángelo con mi tarea.
Ángelo, que había terminado de guardar todas sus cosas en la mochila me mira y me pregunta:
--¿Con qué querés que te ayude?
Yo, le muestro la página del libro que se me dificultaba leer:
--Pasa que no sé qué onda, desde hace días que no estoy viendo bien, y hay letras que son chiquitas como esta y no las alcanzo a ver claras.
Por eso quería pedirte que me ayudes a terminar.
Ángelo:
--¡Por Dios! Yo veo re bien las letras.
¿Estás segura de que no alcanzás a verlas?
Mamá, me saca los libros:
--¡Ay Valentina por favor!
Seguramente es porque no estás durmiendo bien.
Andá a descansar y mañana terminás la tarea con tu hermano antes de ir al colegio.
Ángelo miró a mamá con asombro:
--Dejá que yo se la termino.
Que se vaya a dormir.
Yo me vine a mi cuarto y me di cuenta que no solo hay letras que no veo, sino que hay luces que me molestan.
Estoy completamente segura de que estoy mal de la vista, esto no es por cansancio.
Pero bueno, esa es una locura de mi madre.

Ya me acosté y me puse la cajita musical para dormir, es que a pesar de que me provoque extrañas sensaciones, es una melodía muy linda.
Cerré los ojos y luego de un rato caí en un sueño profundo.
De repente, me encontraba en un lugar algo oscuro pero que tenía algunas luces, era como una habitación grande con muchas cortinas y veo a un señor vestido de manera elegante, muy parecido a Julián, que se acercaba a mí.
Yo, comencé a gritar y él me abrazó:
--Tranquila, no tengas miedo.
Yo:
--¿Quién es usted?
Señor:
--Soy la melodía de la cajita.
Yo:
--¿Esto es un chiste?
Señor:
--No, no lo es.
El señor de repente apaga todas las luces y yo quedo completamente a oscuras:
--¡Julián! Si esto es una broma te digo que no me está gustando.
Señor:
--Te equivocas, no soy Julián.
Yo:
--Entonces, dígame de verdad quién es usted.
Señor:
--Ya lo dije, soy la melodía de la caja.
Yo:
--¿Y qué busca de mí?
Señor:
--Solo quiero que descubras quién eres.
Yo:
--Yo sé quién soy, me llamo Valentina Jazmín Flores.
Señor:
--¿Estás segura?
Yo, intentaba abrir mis ojos para verlo mejor:
--Sí, estoy segura.
Señor:
--¿¡No abras los ojos!
Yo:
--¿Por qué? ¿Qué pasa?
Señor:
--Es peligroso, además, en el futuro te vas a tener que acostumbrar.
Yo:
--¿Qué sabe usted?
¿Acaso puede ver mi futuro?
Señor:
--Sí. ¿Te gustaría saber qué va a pasar contigo?
Yo:
--Sí, pero antes le uiero hacer una pregunta.
Señor:
--Dime.
Yo:
--¿Usted sabe por qué mi hermano soñó con los lagos y que yo me ahogaba?
Señor:
--Esa es una señal.
--¿De qué?
Señor:
--No puedo responder, solo habías dicho una pregunta.
Yo:
--Está bien, pero supongo que algún día me va a responder.
Señor:
--Sí, claro.  Pero ahora es momento de mostrarte que va a pasar en tu futuro.
Yo:
--Sí, por favor.
El señor chasquea los dedos y de repente aparezco en un escenario con mucha gente.
Me puse a cantar y a bailar como toda una profesional “Don’t Cry For Me” de Tini, pero pasaba algo muy extraño, yo intentaba abrir mis ojos para ver quienes estaban en el público y no los podía abrir.
A veces, los conseguía abrir, pero no podía ver absolutamente nada.
En la tercer parte de la canción, sentí que alguien se subía al escenario y se ponía detrás de mí, como se dio cuenta de que no podía ver, me tocaba la cara para decirme que estaba ahí, luego, en el estribillo comenzamos a bailar y en una parte la persona me levanta en sus brazos, yó, seguía cantando mientras pasaba todo.
Cuando la canción terminó, yo estaba parada en el piso y de golpe me maree y me terminé cayendo, la persona que me tenía en sus brazos, había desaparecido y cuando caí al suelo, estaba completamente perdida, yo abrí los ojos y no podía ver nada ni a nadie, comencé a gritar y a desesperarme y luego me desperté.
Cuando me desperté, estaba en el piso, me había caído de la cama y quise intentar abrir los ojos y no podía.
Empecé a llorar y a desesperarme cuando en ese momento escucho la voz de Ángelo y lo pude  ver:
--¿Jaz. ¿Qué pasa?
Yo, desesperada:
--Tuve un sueño horrible.
Ángelo me abraza:
--Tranquila, ya pasó.
Contame.  ¿Qué soñaste?
Desesperada y llorando le conté todo lo que había pasado en ese sueño y él me dijo que había vuelto a soñar con los lagos y el incendio.
Yo le dije que lo que estábamos soñando no era normal y él me dio la razón.
Cuando miré la hora, eran las 3 de la mañana y no me iba a poder dormir.
Fue así que Ángelo me levantó del suelo y me acostó de nuevo en la cama, y estuvo conmigo cantándome en el oído y acariciándome el pelo hasta que Solo Cerré Los Ojos.

Sólo Cerré Los Ojos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora