Reconciliación de hermanas y charla entre Julián y Jazmín

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Escena dentro de la casa:

Ariadna:

--Meli, ¿vos tenés algo que hacer hoy?

Melina:

--No, ahora no, quizás a la tarde. ¿Por qué?

Ariadna:

--Quería que me acompañes a un lugar.

Ayelén, que escuchó la última parte de la conversación le pregunta:

--¿A dónde vas? Si querés te acompaño yo, ya que tengo que salir. Va, no sé. Digo.

Ariadna, ignorando a Ayelén dice:

--¿Y Meli? ¿Me acompañás o no?

Ayelén:

--Ah, entiendo. Estamos jugando con la ley del hielo.

Meli. ¿Podemos hablar?

Melina:

--Sí Ari, te acompaño.

Ayelén:

--¿Vos también me aplicás la ley del hielo?

Melina:

--No, pero no tengo tiempo para hablar con vos. Voy a acompañar a Ariadna y después me voy a hacer unas cosas mías.

En la salida del colegio:

Ángelo:

--¿Por qué te ves tan feliz?

Yo:

--Me acerqué un poco más a Lucero. Logré entrar en confianza, y además, tengo una nueva amiga que se llama Nicol.

Ángelo:

--¿Por lo que me contaste de la foto?

Ah, y a Nicol la conozco. Es hermana de Ezequiel.

Yo, riendo le respondo:

--¿Es hermana de ese tarado?

Ángelo:

--Mi amigo no es ningún tarado.

Yo:

--Bueno, tranquilo que no quiero pelear.

¿Y a vos?

¿Cómo te fue en las clases?

¿Te hablaste con Macarena?

¿Aprendiste algo nuevo en la clase de literatura?

Ángelo no me respondía.

Es como si su cuerpo estuviera en el piso, pero su cabeza en las nubes.

Yo:

--Ángelo.

Angelito.

Él, seguía sin responder.

Yo, me saqué la mochila, y agarré una hoja toda arrugada y llena de mis tan lindos dibujitos de hadas y unicornios y la hice una pelotita.

Me habré criado con maldad desde chica. Porque no se me ocurrió mejor idea que tirarle esa bolita de papel en la cara.

Ángelo:

--¡Ay nena, qué te pasa!

Yo:

No nene. ¡Qué te pasa a vos!

Te estaba hablando hace más de media hora y no me respondías.

Ángelo:

--Ay bueno, sí. Perdón.

Sólo Cerré Los Ojos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora