Capítulo 6

29 6 1
                                    


—Si te vas, esto se acaba —dice Dean a mis espaldas.

—Hermano, le harías un favor —responde Ben, sin detenerse y pasando un brazo sobre mis hombros, quitándome la oportunidad de voltear.

Subimos al auto en silencio y pude ver a Dean por el espejo retrovisor.

—Sigo sin entender qué le viste a ese imbécil —mi mejor amigo me saca de mis pensamientos.

—No lo sé, Ben —me encojo de hombros— todo ha pasado tan rápido, me siento cómoda dando mi opinión sobre las cosas que él suele decidir por los dos y ya me da igual si está o no de acuerdo conmigo.

—Ya no te dejas manipular —se burla— ese es el tema y me siento orgulloso que no te dejes mandonear por ese imbécil, siempre hacías lo que él decía —pone en marcha el auto—. Te ibas temprano de las fiestas porque te lo pedía, tenía que saber tu ubicación las 24 horas del día, pero él si se podía desaparecer las veces que se le diera la gana y tú no podías decir nada, porque se enojaba contigo.

—Ya, basta —intento reírme, pero tiene razón.

—La lista sigue, pero no tenemos toda la noche para hablar de ese sujeto.

—¿Quién nos está esperando? —pregunto al recordar que dijo eso.

—Tory, una chica que conocí hace poco —ríe— dará una fiesta muy lejos de aquí y me ha invitado.

—Pero yo no estoy invitada.

—Le dije que llevaría a mi mejor amiga y está de acuerdo.

—¿De donde la conoces?

—¿Qué es esto? ¿Un interrogatorio policial?

—No, idiota —me burlo— siempre conoces a alguien nuevo y solo quiero saber de donde salió la dichosa Tory.

—De una app para citas —su tono neutro, me da la sensación de que dice la verdad, pero siento que es una broma—. No me mires con esa cara —se burla— es muy confiable, empecé a usarla hace semanas y no es la primera persona que conozco de ahí.

—Cada día encuentras una manera distinta de sorprenderme.

—Deberías probarla —alzo una ceja al escuchar esas dos palabras— ¿Qué? Necesitas conocer otros chicos, ya dejaste a ese imbécil.

—Técnicamente...

—Puedes meterte tu "técnicamente" por donde no te da el sol —dice serio— él te dio un ultimátum, te dijo que se terminaba si venias conmigo y aquí estás.

—Tienes razón —me encojo de hombros y me relajo en el asiento— lo que pase con él, a partir de ahora, me importa muy poco.

—¡Ahí está mi Zo! —grita con emoción— Dos putos años esperando a que me digas eso. La espera fue larga, pero supongo que valdrá la pena.

—Relájate —me burlo— no es gran cosa.

—Si lo es —le da un golpe al volante y me burlo— vuelves a ser completamente fría y hacer lo que quieres sin que te importe lo que digan. Ese imbécil te cambió demasiado, es bueno ver que poco a poco vuelves a ser tú.

Lo poco que quedaba del camino, nos la pasamos escuchando música y Ben me contaba cosas sobre su próxima conquista. Es muy gracioso ver a mi mejor amigo hablar sobre lo mucho que le puede gustar una chica y a las semanas siguientes, te está hablando de otra. Lo que me gusta de él, es su manera de dejarle las cosas claras a las chicas y así no ilusionarlas. Mi amigo ha sufrido bastante en el pasado y sabe lo mal que se siente ser ilusionado en vano, también he pasado por algo parecido muchas veces y mi encierro de dos años con Dean me evitaron disfrutar de muchas cosas.

—Me toca, ¿Recuerdas? —digo cuando detiene el auto frente a la casa llena de gente bailando y bebiendo como si no hubiera un mañana.

—Lo sé —se burla— a pesar de tener una cita, debo cuidar a mi ebria mejor amiga.

Y así fue, tardé un poco en sentirme cómoda entre tanta gente desconocida, pero Tory fue agradable y me presentaba a cada persona que pasaba por nuestro lado. Todo gracias a mi mejor amigo, al decirle sobre mi ruptura amorosa.

Muchos mensajes llegaban a mi celular, tardé un poco en darme cuenta que tenia muchas llamadas de Dean, mensajes por todas las apps existentes por las cuales se pueda comunicar. Apagué el aparato y seguí disfrutando de la fiesta.

Eran las cuatro de la mañana y todo se había salido de control, no tenía nadie sobrio cerca, excepto a Ben y yo sentía mi cuerpo moverse de manera automática. Mis sentidos no perdieron tanta sensibilidad, aun era consiente de lo que sucedía a mi alrededor, estaba acostumbrada a no perder la conciencia con facilidad y mucho menos dejaría que eso suceda en una casa llena de extraños. Muchos chicos me agradaron, bailamos y bebimos como si fuéramos los mejores amigos, pero sabía muy bien que tenía la mirada de Ben sobre mi.

Luego de bailar por mas de cinco canciones con un tal Brandon, camino directo al asiento mas cercano. El chico me siguió y trajo una bebida para cada uno. Me sentía cómoda a su lado y era muy gracioso. Me dijo que iría al baño y me pidió que lo espere en donde estaba, asentí como respuesta.

—Zo, es hora de irnos —escucho la voz de mi mejor amigo, pero tardo un poco en notar que esta a mi lado— has bebido demasiado y debes recuperarte un poco antes de llegar a casa.

—¡No me importa! —grité cerca de su oreja para que me escuche con claridad, en este punto, mis palabras salían atropelladas una sobre otra cada que abría la boca— ¡Quiero seguir celebrando mi libertad!

—Puedes hacerlo, pero aquí no —grita de vuelta— Vamos a mi casa.

—Esta bien —intento ponerme de pie, pero mis piernas no me responden como deberían. Miro a mi alrededor y todo es completamente borroso.

Me costó demasiado darme cuenta que estaba en los brazos de Ben, luego sentir el motor del auto. Pude abrir por unos segundos mis ojos y notar que estaba recostada en el asiento trasero, no pude distinguir nada mas, puesto que habían luces rojas y azules parpadeando.

Lo demás... No lo recuerdo.

-----------------------------------------------------------------

Relax ;)

Ben & ZoeyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora