Capítulo 4

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No se exactamente cuanto tiempo estuve detrás de las rejas de la comisaría, pero con el pasar de las horas, el alcohol iba abandonando mi cuerpo y empezaba a ver todo con más claridad.

Cerca de las 6 de la mañana, aparece Zoey. Tenía el cabello desaliñado, ojeras muy visibles, seguía con su pijama puesto y sobre este, tenía una casaca, al parecer fue lo primero que encontró y no podía faltar su cara de pocos amigos. Pero en cuanto nuestras miradas se cruzaron, pasó a estar preocupada. Salimos del lugar y nos encontramos con Rose, recargada en su auto.

—Que alivio, pensé que te quedarías más tiempo —dice Zoey—, por suerte, unos amigos de mi padre pudo ayudarnos y todo esta en orden.

—Te estuve buscando en todo el lugar —interviene Rose—, no creí que tú estuvieras involucrado en la pelea, tuve que hacer unas llamadas para saber en donde estabas.

—Todo es muy confuso ahora —me encojo de hombros.

—Vamos, suban, me estoy muriendo de hambre —no espera respuesta y sube a su auto.

Zoey y yo nos miramos por un instante y subimos tras Rose. Nos dijo que solo bebió conmigo y cuando nos separamos en la fiesta, dejó de hacerlo. Ahora entiendo cómo es que el efecto del alcohol se le pasó tan rápido. Llegamos a una cafetería cerca al lugar, no me di cuenta que tenía hambre hasta que devoré todo lo que me sirvieron.

—Mi padre me mandó en un taxi, no pudo venir porque tenía una reunión importante —Zoey se encoge de hombros y se saca la casaca que tenía puesta. Quedando con su pijama de tirantes.

—Pero hizo las llamadas respectivas, eso ayudó mucho —dice Rose.

—No entiendo el alboroto —me cruzo de brazos— he ido a otros bares, no suelen tener tanta seguridad y cuando existen peleas, simplemente los separan y los sacan del lugar.

—Era un bar distinto.

—No vi la diferencia.

—Era la fiesta de mi amigo, alquiló el lugar y la seguridad, para evitar ese tipo de peleas —se encoge de hombros— mi amigo es homosexual y el noventa por ciento de la fiesta, a veces llega gente indeseada para hacer ese tipo de escándalos. No entiendo cómo es que no pueden simplemente fijarse en su vida, sin molestar a los demás.

—Pues... —me quedo en silencio tratando de encontrar las palabras adecuadas— no tenía idea.

—Es increíble que en estas épocas, la gente siga metiéndose en lo que no le incumbe —habla Zoey— cada uno es feliz a su manera y ya, fin del asunto.

—Pero no es tan fácil.

—Bueno, yo no vi la diferencia y me divertí —sonrío— para la próxima no me meteré en ninguna pelea.

Continuamos nuestra charla, como si Zoey y Rose se conocieran de toda la vida, cabe mencionar que es la primera vez que se ven. Sabían de la existencia de la otra, por mi, pero al parecer se llevan muy bien. Las risas terminaron cuando mi mejor amiga se pone de pie y confronta a un tipo de unos 30 años, cerca a nuestra mesa.

—¡Llevas media hora mirándome los senos, animal! —me sobresalto— ¿Nunca has visto unos? Limpiate la saliva, que se te está cayendo.

—Zoey, cálmate —intento ponerme de pie, pero Rose interrumpe con mas gritos.

—¡Es que ya no somos libres de salir sin sostén, porque existen seres como tú!

No obtuvieron respuesta, el hombre casi las confronta, pero yo me puse de pie en medio de ellos.

—¿Qué crees que haces? —alzo una ceja— ¿No te quedó claro lo que ellas dijeron? ¿O prefieres que yo te lo aclare con unos cuantos golpes?

—¡Por favor, mantengan la calma! —interviene la camarera— caballero, por favor, acompañeme a la puerta. —le habla con mucha calma al imbecil y luego nos mira— por favor, siéntense y lamento las molestias.

Amablemente lo saca del lugar, pero me habría gustado golpearlo. A las 8 de la mañana, Rose nos deja en mi casa, se va con esa increíble sonrisa que la caracteriza.

—Me agrada, no entiendo por qué no están juntos —se burla.

—Es mejor así, no hay drama.

—Pero se llevan muy bien y serian una muy linda pareja —le añade sarcasmo a las últimas tres palabras.

—¡Oh! —finjo emoción— ¡Por su puesto!

—¡Eres un idiota!

—Tú lo eres, estuviste desaparecida todos estos días —me recuesto en el sofá más cercano y ella hace lo mismo a mi lado.

—No pude evitar desaparecer, han sido días intensos —busco en mis bolsillos mi cajetilla de cigarros, pero ella llama mi atención— no pierdas el tiempo, aquí tengo los míos.

—Tenía razón, no puedes dejarlo —me burlo, encendiendo uno, igual que ella.

—Es una tontería, toda esta situación —le da una larga calada y tras soltar el humo, continúa—, tuve una discusión con Dean, le dije que me molestaban algunas cosas y me dio a entender que debería dejar de pensar tanto. Ese no es el problema principal, empieza a darme igual —se encoge de hombros—. Mis padres tienen la idea de divorciarse y yo me lo he pasado ignorando a todo el mundo.

—Viendo Crepúsculo.

—¿Cómo sabes eso?

—Zo, compartimos Netflix, Spotify y todas las plataformas de pago —me burlo—, no puedes escapar de mi, ni aunque quisieras.

—Lo peor es que ni siquiera se si me llamaron del trabajo, solo contesté para mis proyectos de la universidad y a ti, hoy.

—Estas muy rara.

—No lo se, simplemente —suspira—, me encanta ignorar mis problemas, sentimientos y a las personas. Tal vez no solucione nada en el mundo, pero me ayuda a convivir conmigo misma. Aunque la mayor parte del tiempo, es lo que más detesto.

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Es viernes de capítulo, ¿no? :'v

Ben & ZoeyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora