Capítulo 9

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La idea del “positivo” me generaba dolor de cabeza y sentía los latidos de mi corazón retumbar en mis oídos. En todo el camino, Kate no preguntó nada, solo siguió torpemente mi paso acelerado y mi desesperación por encontrar una farmacia se hacía más notoria.

—A ver, Zo, necesito que te calmes —dice ella sosteniendo mi brazo, haciendo que me detenga frente a ella—, déjame buscar en internet y sea lo que fuere, lo solucionaremos juntas.

Abrí la boca para decir algo, pero la cerré al no poder articular palabra alguna, las incontrolables ganas de llorar me inundaron otra vez y la desesperación estaba llegando a su punto más crítico.

—Dame un momento —se acerca a una pequeña tienda y compra una botella de agua, me la entrega y tardo unos segundos en poder tomarla.

—Es que... —digo tras el primer sorbo— yo...

—Tranquila, no necesito que me expliques nada —hablaba muy calmada— solo quiero que sepas que aquí estoy, no quiero llenarte de preguntas que no quieres responder y lo último que quiero es hacerte sentir peor.

Me lancé a los brazos de mi amiga y ella me rodó inmediatamente con ellos, mi respiración iba volviendo a su ritmo habitual tras unos minutos que parecieron horas.

—Necesito comprar una prueba de embarazo —dije mientras me alejaba de su agarre.

—Esta bien —su voz transmitía tranquilidad, pero en sus ojos veía asombro— buscaré en internet donde podemos hallar una farmacia, aquí no conozco nada.

Tardamos más de lo que pensé, pero cuando por fin encontramos lo que estábamos buscando, mis nervios me traicionaron. Me quedé petrificada en la puerta del lugar, mis piernas no respondían y mi amiga notó lo que sucedía.

—A ver —se detiene frente a mi — quédate aquí, yo iré a comprarla y tomamos un taxi a mi casa ¿sí?

Solo asentí como respuesta y la seguí con la mirada mientras entraba al lugar. Yo seguía ahí, de pie, sin moverme ni un centímetro. Mis manos sudaban y mi corazón estaba acelerado. Mi amiga salió en unos minutos, pero sentí que pasó una eternidad, subimos a un taxi, en el camino ella intentaba generar un tema de conversación, pero yo solo asentía o daba respuestas cerradas.

Ben.

No fui donde mi abuelo como le dije a Zoey, en realidad he estado encerrado en mi habitación durante todo mi tiempo libre, solo salgo para ir a la universidad y trabajo, si fui un par de veces a ver a mis abuelos, pero no salgo desde la última fiesta a la que fui solo hace tres semanas.

Todo empezó cuando Rose me pidió que la acompañe a otra fiesta, pero de último momento me canceló, pensaba llevar a mi mejor amiga, pero ella estaba lidiando con sus propios problemas y me dijo que no quería salir. Rose me dijo que estarían algunos de sus amigos que ya conocía y no tenía un mejor plan para ese sábado y fui.

Todo estuvo perfecto, pero con el pasar de las horas, me sentía más cómodo y el alcohol me ayudó a socializar más, hice nuevos amigos e incluso hubo uno que se mostraba muy atento conmigo. Pero no caí en cuenta de la situación, hasta que me invitó a bailar con él, en primera instancia me burle, pero me di cuenta que lo decía en serio y accedí sin ningún problema, la canción era una de mis favoritas y tenía muchas ganas de bailar.

Bebimos, reímos, saltamos, gritamos y compartimos un momento agradable, pero todo se esfumó cuando me besó, debo admitir que no me desagradó en lo absoluto, pero si me tomó por sorpresa. Me quedé completamente quieto en medio de la pista de baile, mientras él me besaba y acercaba más su cuerpo al mío. Cuando sentí que todo el alcohol abandonaba mi cuerpo de un momento a otro y al mismo tiempo sentí como si me estuviera cayendo una cubeta de agua fría desde la cabeza, reaccioné alejandolo no de la manera más gentil y caminé directo a la salida sin mirar atrás.

Pienso en ese episodio a diario, mi celular está en silencio, a excepción de los mensajes de Zo. Ahora estoy mirando el techo de mi habitación, planteándome la idea sobre muchas cosas y las ganas que tengo de descubrir por qué me siento así, ya que en el momento que pasé con aquel chico, me hizo sentir pleno y es algo que no había sentido hace mucho tiempo.

Tengo el cuarto a oscuras y por la pequeña iluminación que de repente veo a mi izquierda, me doy cuenta que alguien me está llamando, pero como no vibra, se que no es Zo y decido ignorarlo. La pantalla se apaga y segundos después vuelve a encerderse, sigo sin darle importancia y me enfoco en mis pensamientos, pero a la cuarta vez que se enciende, decido ver quién insiste tanto.

Llamada entrante de Kate.

—¿Hola? —contesto de mala gana, Kate y yo tuvimos nuestras diferencias hace algunos años, pero tenemos en común a Zo y no puedo simplemente hacer como si no existiera.

Hola, Ben —su voz no me da buena impresión, creo que estuvo llorando—, te llamo porque necesito tu ayuda.

¿Estás bien?

Sí, pero es sobre Zo —al escuchar eso, me siento rápidamente en la cama—, ella...

¿Qué pasó?

Pasa que estamos en mi casa y —se escucha un pequeño llanto de fondo, pero muy lejano—, necesito que vengas, por favor.

—Voy en camino.

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Ya se lo que estás pensando, pero tranqui, todo pasa a su tiempo :u

Ben & ZoeyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora