Capítulo 27:...Misterio

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Regina...

Ya estoy aquí, en mi nuevo hogar. No podría decir 'rodeada de mis afectos', porque no los tengo, no sé si alguna vez los tuve, no más allá de mi hijo, con quien admito que me porté bastante mal, cuando empecé a sospechar de la forma en que mi marido viajaba, supuestamente, a publicitar sus producciones...no creo que haga falta ser científica para saber que lo hacía con ella, con la volpe -zorra- a la que en algún remoto pasado, consideré mi amiga, lo cual, por supuesto, constituyó uno de mis más imperdonables pecados.
Por supuesto, aunque ahora, mi nuevo marito -marido- me haya cambiado de nombre y me llame Regina y también lo hayan hecho los médicos que me atendieron todo este tiempo, todos estos años, desde que desperté tras el incendio, lo cierto es que mi nombre obviamente, no es ese, aunque considero que es más...saludable para todos, hacerles creer que de verdad, asumí la nueva personalidad que mi nuevo marito me ha otorgado...no pasé tantos años en las sombras, para no conocer, levemente siquiera, cómo funciona su cabeza, y llevarle la contraria no es una opción muy inteligente.
Al mismo tiempo, confieso que me muero de impaciencia por conocer a mia figlia -mi hija-, y a pesar de que podamos tener algún parecido creo que esto sería posible, después de todo, ella no me conoce. En cuanto a mi hijo...la verdad es que sólo yo sé cuánto me amaba de ragazzo -muchacho-, de manera que, aún si posteriormente hizo las pases con mi ausencia y aceptó que la volpe -zorra- ocupara mi lugar en la cama, en la vida de su padre, creo que debió hacerlo porque se resignó a que yo no volvería nunca. Es por eso que puedo decir, sin una sombra de duda, que el odio que va a ensombrecer la vida de mi hijo cuando sepa que en realidad, he estado viva todo este tiempo, será inmenso, aún a pesar de que buena parte de ese sentimiento, estará dirigido a mí, por no haber regresado antes. Es decir, no necesito ver las llamas arder en sus ojos, para saber esto, aún a pesar de que hacen casi quindici anni -quince años- que no nos vemos, y aunque él haya hecho tal vez, hasta lo imposible por relegarme a algún remoto rincón de su memoria yo soy su madre, no necesito verlo, para saber que en temperamento, es bastante parecido a mí.
Por otra parte, me pregunto por mia piccola -mi pequeña-, cómo será...quizás, ahora que estoy casada con Adolfo, hasta pueda conseguirme él, a través de sus múltiples contactos -que a la hora de ser realistas, fue una de las razones que me llevó a aceptar casarme con él, no pienso tolerar más que me desprecien o maltraten, como lo hicieron en el pasado-, alguna forma de entrar a trabajar de encubierta, al colegio de mis hijos. Sé de ellos, porque a través de mi camino de regreso del infierno -sólo así puedo calificar lo que fue pensar que moriría atrapada en aquéllas llamas, in una sera grillo di ottobre (en una tarde gris de octubre-, hace tantos años)-, porque fueron parte de mi tortura personal; los médicos que me atendieron, supongo que en parte, por órdenes de Adolfo, me mostraban cada cosa que aparecía, primero sólo sobre mi hijo, y hace dos o tres años, cuando mi pequeño tesoro volvió a casa, de la hermosa bambina -niña- a la que abandoné al cuidado de las monjas cuando creí que en breve moriría, que ciertamente, creo que no habría sido más hermosa, aunque yo lo hubiese planeado.
Aún se me llenan los ojos de lágrimas, al recordar el momento exacto en que supe que ella venía en camino, aún sin que nadie me dijera nada, si bien admito que aquéllas lágrimas, las que rodaron por mis mejillas ese día, fueron ocasionadas más por la inmensa soledad de esos tiempos...pues en realidad, y a pesar de que no tenía manera de probarlo, mucho menos de demostrarlo, imagino que mientras yo me enteraba con la certeza que sólo tiene una mujer embarazada, de la llegada del regalo más maravilloso que imaginaba la vida podía darme, él se revolcaba con la mujer que, al parecer, nunca dejó de amar. Por supuesto, esta es una mera suposición, pero dado que a los pocos meses de contraer matrimonio conmigo, él empezó a viajar cada vez más, no puedo pensar otra cosa.

Distantemente Mío... [CORRIGIENDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora