Epílogo:...Hasta siempre

22 11 0
                                    

Al funerale da Gioia

Carmella...

Me siento tan culpable. Ella, Gioia, era mi amiga, y yo...creo que podría decirse que está donde está por mi culpa. Si yo no hubiese sido tan descuidada el día que mi hermano fue a buscame al insti, tal vez, ella ahora estaría aquí. Obviamente, esto es sólo una suposición, pero en nada cambia el actual desarrollo de los hechos, y esos hechos, muestran un Lorenzo...como impactado por la situación, un Alessandro que no llora, pero en sus ojos se puede ver que está destruído también por la situación, y en cuanto a Vicenzo y Gianna, definitivamente, ni falta hace describir la imagen que representan. Como dije antes, lo peor de todo, es que yo me siento profundamente responsable.
No, no es que yo la haya secuestrado; ni siquiera, sé quién lo hizo, pero como dije, creo que si yo hubiese sido más cuidado aquél día, tal vez, lei -ella- no estaría ahí abajo. Lo peor de todo, es que a mí me gustaba Lorenzo, y lo digo así, en pasado, no porque lui -él- haya dejado de ser un bello ragazzo -hermoso muchacho- sino porque este es el último acto de un melodrama compartido. Obviamente, no sé qué pase conmigo a partir de hoy, no soy vidente, pero de cualquier manera, no voy a permanecer cerca. No quiero que ninguno de los dos pueda odiarme, si descubren algunavez, mi vínculo con lo peor de todo lo malo que nadie pueda imaginar.

Un po'più in fondo alla strada -un poco más adelante en el camino-...
Alessandro...

No puedo creerlo...nunca me imaginé, ni en mis peores pesadillas, que estaría aquí, viendo cómo la tierra cubre el feretro donde descansa para siempre Gioia Montevecchio. Lo más grave es que me siento la peor de las mierdas. Quiero decir, en los años que compartimos, la relación (si es que puede llamársela así) entre nosotros, fue un histeriqueo constante, más por mi parte que por la di lei, admito, porque lei siempre fue bastante transparente...bastante más que yo, lo reconozco; si bien, en este punto, confieso que, a pesar de que nunca pasó ni remotamente por mi imaginación esta escena, era precisamente lo que pretendía evitar; es decir, no es que yo supiera o pensara que  Fiama era capaz de llegar a tales extremos, si bien lo cierto es que no me consta que fuese lei  quien secuestró y posteriormente, asesinó a Gioia. Lo cierto es que en el asiento de aquél Lamborghini Aventator, se la veía indefensa, inocente y más, muchos más adjetivos que tal vez, si profundizo en ellos, no me dejaran siquiera volver a respirar en paz. Lo sé, a mí ella me gustaba...y sí, actue como un cobarde por una carrera que no me proporcionó ni siquiera la posibilidad de retirarme como un grande en el deporte, porque lo cierto es que no me alcanza la concentración para entrenar después de haber visto cómo su cuerpo ardía hasta convertirse en brasas.
Por otra parte, como seguramente, Gioia estaría de acuerdo conmigo, parece una muy mala broma del destino que todo termine así...es más, casi puedo imaginarme a un hechicero frotandose las manos y riendo perversamente de lo que la vida nos negó, de tantos sentimientos diluido en la nada, de que lo único que me quedó, y que aún me quema el alma, sean tantos sentimientos cobardemente silenciado, pero al mismo tiempo, gritados con cada mirada que compartimos.
Sólo queda desde aquí, un silencio que asfixia, cargado de esos mismos sentimientos, sentimientos que por lógica, a nadie más puedo expresar, porque sólo ella era la persona que los despertaba. Ahora, también por ella, tendré que encontrar la manera de seguir...tal vez, sin el peso de tener que callar lo que siento por una mujer, mientras estoy con otra; esa es tal vez, la parte positiva de que Gioia ya no esté aquí, que podré vivir, sin la necesidad obsesiva de tenerla, de saber que es mía... Está bien, admito que jamás lo habría confesado, ni siquiera ante mí mismo, pero ahora ya no importa, ella ya no está, así que supongo que tendré que aprender a vivir sin lo que yo mismo me negué.
Aquí es cuando el nuevo Alessandro ha de emerger de entre las cenizas del antiguo, por mucho que me cueste, por mucho que me disguste, habrá que aprender a seguir viviendo, con mi cobardía y tantos sentimientos vacíos, sin destinataria que al menos los inspire...y tal vez, esto también sea ahora mismo una cobardía, pero yo qué sé...supongo que es el inesperado golpe de perderla de una manera tan definitiva, tan absoluta, como inmensa y eterna.

Lorenzo...

Hubo un tiempo en que yo fui el principal abogado de la relación entre Alessandro y Fiama...de repente, no puedo menos que preguntarme si, de haber procedido de otra manera, mi hermana no estaría aún aquí.
Es que de repente, mi familia volvemos a sermi padre y yo...y la casa, vuelve a ser alguna clase de panteón enorme. Lo sé, dado el sitio donde estamos ahora, que lo diga, es un poco chocante, pero lo que quiero decir es que tal vez, de alguna manera, me siento...como un poco responsable de que lei esté ahí, y no quisiera que la vida de tutti noi -todos nosotros- vuelva a ser la cascara vacía que fue antes de ella. Sé también que todo esto que siento, morirá en mí dentro de muchos años, obviamente, con nadie podré hablarlo jamás, pero supongo que al menos, puedo confesármelo a mí mismo, al menos así, tal vez, me aporte un poco de paz, ya que lei ya no regresará.

Distantemente Mío... [CORRIGIENDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora