Capitulo 13:... Gioia prueba cosas nuevas

32 23 0
                                    

En la mansión Montevecchio...

Gioia...

Es martes. Recién estoy despertando, y no puedo evitar preguntarme qué me deparará el nuevo día en el instituto. No puedo negar que me dan un poquito de...temor, si se quiere, Fiama y las arpías con las que ella anda. A ver, es verdad que no soy una simple mosca muerta, como la escuché llamarme el otro día, cuando vino a casa a visitar a mi hermano, pero seguramente, no soy tan perra, como es ella. No puedo decir que verla revolotear alrededor de Alessandro me agrade tampoco, es decir, en algún momento, aunque sea por cansancio, es bastante probable que él ceda, y ciertamente, me agradaría no estar aquí para verlo. Es que... seré honesta, él me gusta mucho, para verlo ceder con ese tipo de... gente, a falta de un término que lo exprese con mayor exactitud. Cambiando de tema, he conocido a Carmella, en el instituto, y debo admitir que la chica me agrada. Es decir, no parece tan zorra, como claramente, sí son Fiama y sus fans. Por otra parte, he visto cómo la chica, se queda como en blanco, cada vez que Lorenzo pasa frente a ella. No voy a negarlo, es mi hermano, pero realmente, Carmella está mejor sola, y lo estaría también con cualquier otro chico, antes que con mi hermano. No deseo criticar, pero él es el clásico ejemplo de quién se tira al río, no porque tenga calor, sino por miedo a lo que opinen o dejen de opinar las personas con las que se junta.
En cuanto a Fiama... está claro que, o por Alessandro, o por cualquier otra razón, ella y yo, nunca seremos amigas. Es que realmente, esa chica y yo, somos tan opuestas, como lo es la noche del día. Por otra parte, yo nunca aprendí y es bastante poco probable que adquiera hacia el futuro, la virtud de la sutileza. Lamento mucho decir que, realmente, ella tampoco la tiene. A kilómetros, puedo ver su interés, por no llamarlo de formas más bruscas, hacia Alessandro...no puedo decir que a él le agrade o no, porque realmente, no lo conozco tanto, y amén de las palabras, por algo, la sigue aguantando, no? En fin, es una de las cosas que probablemente, nunca entienda de la gente...eso de que no les agrada alguien, pero por no disentir, no se alejan.

En otra parte de la mansión Montevecchio...
Alessandro...

Sé que Fiama está...decidida a que exista algo entre los dos, es más, decir que lo sé es poco, porque en realidad, el día que besé a Gioia, yo en realidad, estaba huyendo de la amiga de mi amigo. Es que realmente, la chica me estresa. Quiero decir, en general, me gusta ser yo, quién escoja a las chicas con las que estoy...si bien, es bastante evidente que ella quiere algo más que una noche de buen sexo conmigo. No puedo decir que esté muy convencido al respecto, porque obviamente, no lo estoy, es decir, no es como que me agrade estar siempre con la misma chica, pero creo que tal vez, para variar un poco, sería interesante, ver hasta dónde soy capaz de aguantar con ella. No quiero que se piense que soy un mala onda, ni nada, porque no es así, simplemente, que yo sé, porque la veo a diario, en el instituto, que Fiama siempre está rodeada de chicos, desesperados por su atención, que no es lo mismo que si eligiera a Gioia, para divertirme un rato. Por otra parte, si bien creo que me gusta la hermana de mi amigo... bueno, más que decir creo, sé que es así, pero lo cierto es que, como dije otras veces, antes, yo también estuve breves periodos en el internado, acompañando a mi hermano, para que no se sintiera tan excluido de nuestras vidas, y puedo asegurar que aquel lugar era similar a un verdadero entierro en vida. Con esto quiero decir que es perfectamente comprensible que la chica quiera vivir. Por eso, me niego a confesarle que me gusta, porque yo sé que, si bien es inocente, eso no significa estúpida; quiero decir, ella siente, igual que lo hago yo, como el aire entre los dos, vibra y hasta podría decir, tiene vida propia, pero igualmente, me niego a ser yo, quien le corte sus alas recién descubiertas. Al mismo tiempo, para qué negarlo, me encanta ver cómo brillan sus ojos, cuando hace cualquier tontería...me niego a obligarla a crecer y asumir responsabilidades que de alguna manera, opaquen ese brillo. Al mismo tiempo, poco menos que vivimos juntos, ahora que mi madre está tan... inseparable, por decirlo de alguna manera, con Vicenzo. Para qué complicarlo todo, siendo algo más que hipotéticos hermanos? Sería estúpido, además de masoquista. Soy consciente, sí, de que si cedo a los caprichos de Fiama, sin dudas, Gioia buscará consuelo, o lo que sea, en los brazos de Robertino, o algún otro, pero creo que prefiero ser su paño de lágrimas -por decirlo de algún modo, ya se entiende-, antes que ser yo quien la lastime. Sé perfecto que lo que digo, se escucha la mar de cobarde, pero es que no quiero, me niego a lastimarla gratuitamente, algo que sé, sucederá antes o después, especialmente, si se tiene en cuenta que estoy iniciando mi carrera deportiva internacional. Obvio, reconozco que esa no es excusa para comportarse como un tibio, pero admitamoslo, no sería cómodo vivir los tres juntos -Gioia, Lolo y yo-, y que todos sepan que yo duermo en su cama, si ningún respeto a Vicenzo, ni tampoco a los sentimientos de la propia Gioia. Ahí, hasta yo, me sentiría de lo peor, y no porque sea particularmente sensible a los sentimientos ajenos. En cualquier caso, a mí no me cuesta nada salir y embriagarme y hacer cosas que, a una chica tan joven como Gioia, van a dolerle, si vienen de su primer novio...y no porque sea una zorra, pero yo sé que esas mismas cosas, a Fiama, le son perfectamente indiferentes, porque ella también las hace, y porque ya sabe cómo se comporta la gente en estado de ebriedad.

Distantemente Mío... [CORRIGIENDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora