Rockstar ━━ JakeHoon

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-Porque ésta es solo la primera parte de la sorpresa...

Luego de que Jake se fuera del cuarto de Sunghoon, el se quedó pensando un buen rato... ¿Es tiempo de decírselo? Sunghoon llevaba días debatiéndose acerca de declararse a Jake, tenía claro que el australiano le gustaba y mucho, pero su miedo era estar yendo demasiado rápido o que el CEO le obligara a alejarse de Jake o que la prensa los descubriera y a causa de eso Jake fuera acosado el resto de su vida por su culpa y entonces Jake lo odiara por el resto de su vida... Quizás estaba siendo muy dramático, pero de algo estaba seguro, quería a Shim Jaeyoon en su vida, así tuviera miedo de perderlo, lucharía para que su amor fuera eterno. Con ésta idea en mente, tomó su celular y marcó a una florería, luego de pensarlo un rato pidió un gran ramo de rosas, claveles y tulipanes, éstos últimos en tonos pastel, ahora el problema era el lugar, ¿sería apropiado un restaurante? ¿O quizás un parque de diversiones? No, debía ser algo especial, una idea llegó a la mente de Sunghoon... Una pista de patinaje no era mala idea, le podía enseñar a Jake a patinar y ahí declararse, la idea le gustaba, entonces nuevamente tomó su celular y marcó al Olympic Ice Skating Centre para rentar la pista, con cinco horas bastarían, ¿no? Al terminar de reservar la pista recordó lo más importante: anillos, pero esos los compraría en persona, rápidamente fue a la ducha y veinte minutos después salió de ésta, se vistió con algo simple, unos jeans, camisa y chamarra negra, se puso su gorra y una mascarilla y salió del cuarto, tomó el elevador y se dirigió al estacionamiento, cuarenta minutos después Sunghoon estaba en una joyería, ciertamente habían varios anillos y todos eran preciosos pero no era lo que Sunghoon buscaba, comenzaba a desesperarse hasta que vió en la vitrina un par de finos anillos bañados en oro con la leyenda "Love Forever" al verlos Sunghoon supo que eran los indicados, la chica del mostrador le mostró las piezas al coreano y éste inmediatamente quedó encantado, pagó los anillos y regresó al hotel, eran las tres de la tarde, decidió ir al comedor y se encontró con quién menos se quería encontrar. Lee JaeHee.
Está le saludó efusivamente en cuanto le vió cruzar la puerta a lo que Sunghoon se limitó a darle una leve sonrisa, discretamente guardó la caja de los anillos y la chica le hizo señas para que se sentara con ella, a regañadientes, Sunghoon aceptó.

-¡Oppa! No te había visto, veo que saliste a comprar algo -Dijo JaeHee mientras trataba de averiguar que había en esa cajita de terciopelo rojo-
-Si, salí a comprar un regalo para... Para mi mamá, la iré a visitar en un rato y pues que mejor que llevarle un pequeño detalle, ¿no? -contestó Sunghoon bastante incómodo a lo que JaeHee asintió-
-Es muy dulce de tu parte llevarle un regalo a tu mamá -Dijo la chica mientras comía varias hojas de lechuga-
-Si, eso creo... En fin, iré a servirme, ahora vuelvo -La contraria asintió y Sunghoon se levantó, se sirvió camarones a la diabla y trató de perder tiempo para que JaeHee se apurara y conviviera menos con ella "¿por qué me la tenía que encontrar?"
Suspiró y volvió con la chica, ésta se aclaró la garganta.
-Entonces saldrás en la tarde -Sunghoon asintió-
-Si...
-Ya veo -JaeHee terminó de comer su trozo de carne de forma apresurada y se levantó- Recordé que tengo que hacer algo oppa, así que... Me voy -Sunghoon asintió aliviado y JaeHee se retiró-