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Había muchas probabilidades diferentes de lo que podría haber al otro lado de la puerta cuando la abriera. Pero no me imaginé que el chico que me gustaba estaría parado frente a mi a altas horas de la noche con esa linda sonrisa que lo caracterizaba. Incluso me pellizqué el brazo, pero el dolor era real. Significaba que realmente estaba aquí.

- Me vas a dejas pasar o... debo decir algun código secreto? -regresé a la realidad. Y me hice a un lado para dejarlo entrar.

Apenas puso un pie adentro, todos dirigieron su mirada hacía él. Al igual que yo, no esperaban verlo aquí. Claro que el único que no estaba sorprendido era Rocky, ese traidor lo invitó a venir como si esta fuera su casa. No pensé que se había tomado en serio cuando le dije que esta era su casa.

En seguida, Eun Woo saludó a nuestros amigos y todos hicieron lo mismo.

Rápidamente se sentó con los demás y empezaron a conversar de manera tranquila. Todos se veían alegres, reían y comían los bocadillos que habíamos comprado hace un rato. ¡Pero yo no podía estar tranquila! El chico que me gusta está dentro de mi casa, y ahora que lo pienso, creo que ésta es la primera vez que viene.

Esto era culpa de una sola persona. Me acerqué hacia todos y tomé a Rocky del brazo sin preguntar y simplemente lo arrastré hasta la cocina. Se quejó un poco pero no me importó. En cuanto ya estábamos solos, lo solté.

- Oye, te dije que tienes la fuerza de un animal -se sobó la parte brazo del donde lo había estirado.- tienes que tener más cuidado conmigo, soy muy delicado y por si no lo sabes, valgo mucho. Mi mamá siempre me lo dice.

- ¡Eso no me importa en lo absoluto! -hice un esfuerzo por no gritar, pero era muy difícil.- ¿cómo se te ocurre invitarlo sin avisarme? ¿Te das cuenta de lo que acabas de hacer?

- De nuevo te estas comportando como la reina del drama, solo tranquilizate, si? Te estoy haciendo un favor.

- No entiendo cómo esto puede ser un favor, se supone que intentas ayudarme?

- Yo solo quiero que aproveches la ocasión y le digas todo de una maldita vez. Te perdono el que estires de mi delicado brazo, pero no te perdono el que no me dejaras ver mi novela. Esto ya es mucho, tienes que decírselo, y qué mejor ocasión que esta? Mh? Ademas esto se estaba volviendo algo aburrido.

Supongo que tenía razon, en cierto punto. Podía armarme de valor y finalmente decirle todo, pero no era tan fácil como lo hacía ver mi tonto amigo. Estoy segura que él se sentiría igual que yo si estuviera en mi lugar.

Discretamente dirigí mi mirada a la sala donde estaban nuestros amigos y lo vi. Su bella sonrisa iluminaba por completo su rostro haciendolo ver más lindo que nunca.

- Supongo que estoy perdonado, solo mira la cara de boba que tienes al tenerlo aquí. -estaba sonriendo como una tonta enamorada.

Suspiré.- Lo dejaré pasar por esta vez, pero a la próxima no hagas otra tontería como la de hoy, esta bien?

- Eso depende de ti, si no le dices nada hoy, tomaré medidas más drásticas con tal de que tu le digas lo que sientes y yo pueda estar tranquilo, -se acercó y me dio unas palmaditas en el hombro.- así que te recomiendo que te apresures. -se fue a la sala para reunirse con los demás, dejandome sola en la cocina.

Bueno, si antes no estaba decidida a hacerlo, ahora si lo estaba. Regresé a la sala y vi que seguían jugando con esa botella. Esta noche no podré dormir.

Talvez era obvio que me ponía nerviosa la presencia de Eun Woo. Cada tanto, Nicol, Rocky, incluso Sanha me preguntaban si estaba bien o si me paba algo porque estaba más  callada de lo normal. Y claro que no estaba bien, prácticamente tenía esta noche para decirle al chico que me gusta lo que siento por él. Lo peor es que no tenía puestos mis calcetines de la suerte, ojalá me los ubiera puesto.

𝘊𝘶𝘢𝘯𝘥𝘰 𝘓𝘢 𝘗𝘳𝘪𝘮𝘢𝘷𝘦𝘳𝘢 𝘓𝘭𝘦𝘨𝘶𝘦| 𝘌𝘶𝘯𝘸𝘰𝘰: 𝘈𝘴𝘵𝘳𝘰Donde viven las historias. Descúbrelo ahora