𝘊𝘶𝘢𝘯𝘥𝘰 𝘓𝘢 𝘗𝘳𝘪𝘮𝘢𝘷𝘦𝘳𝘢 𝘓𝘭𝘦𝘨𝘶𝘦| 𝘌𝘶𝘯𝘸𝘰𝘰: 𝘈𝘴𝘵𝘳𝘰

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— ¿¡QUE?!

— ¡Shh! Nicol, ¿A caso intentas despertar a los vecinos?

— Ponte en mi lugar por un momento, mi mejor amiga por fin tiene novio. Es un completo alivio saber que no terminarás sola en una casa llena de gatos. Ven aquí —se acerca y me atrapada en un muy muy fuerte abrazo, robandose por completo mi espacio personal.

— Mhm... Nicol, pronto me quedaré sin oxígeno.

Me suelta rapidamente—. ¡Lo siento! Estoy muy emocionada por esto, aún lo sigo procesando.

— ¿Tan sorprendente es que tenga novio?

— Claro que lo es, ¿debería comprar comida para celebrar? —se levanta y camina hasta llegar al teléfono que está pegado a la pared de la cocina.— ¿Qué se le antoja a la jóven enamorada? Puedes pedir lo que quieras, yo invito.

— Oye, sé lo que estas haciendo y no va funcionar, deja de intentar evadir el tema y dime qué pasó con Sanha de una vez. ¡Acabo de contarte toda mi tarde romántica pero no tengo ni la más mínima idea de que pasó entre ustedes dos, y eso me altera por completo, sabes lo curiosa que soy!

Vuelve a colocar el teléfono en su lugar lentamente, para después darse la vuelta y quedar frente a mi. Mantiene el rostro mirando hacia el piso para evitar que la viera. Nuestra amistad llegó a un punto en el cual no necesitamos más que mirar el rostro de la otra para saber qué es lo que estamos pensando. En fin, cosas de soulmates.

— ¿Y bien? ¡Vamos! deja el suspenso para otro momento y dime qué pasó.

Soltó el aliento que estuvo conteniendo y sin ninguna salida, decidió sentarse junto a mi para después levantar la mirada y dejarme verla de frente. Por primera vez no pude decifrar su expresión, parecía preocupada, algo confundida y muy sorprendida. Jugaba de manera nerviosa con sus dedos sin dejar que esa extraña mirada saliera de su rostro.

¿Sera que hay mala señal y por eso la conexión de soulmates no esta funcionando?

— Hey... se supone que saliste a dar una vuelta con Sanha, ¿porqué tu cara se ve así?

— Tu... ¿sabias que le gusto a... Sanha? dime la verdad. —no pude pronunciar palabra alguna, no pensé que me preguntaría eso por lo que tomó mi silencio como una afirmación a su pregunta. Soltó un fuerte suspiro— ¿Porqué no me dijiste eso? ¿Desde cuándo le gusto?

En ese momento no pude evitar mirar de manera incrédula a mi amiga. ¿Tan despistada era que nunca se dio cuenta de la forma en que él la miraba? Es decir, tendrías que ser tan ciega para no darte cuenta de que el chico se vuelve color cereza cada que le diriges la palabra. Estoy muy segura de que todos se habían dado del enamoramiento que tenía Sanha por la lenta de Nicol.

— ¿Es un chiste, verdad?

—  ¿Crees que estoy bromeando? ¿Cómo puede ser que nunca me di cuenta? ¿Habré dejado de lado algunas cosas?

En ese momento no pude contenerme más.

— ¡AUCH! —gritó ante el sape que le di en la cabeza—. ¡¿Porqué me golpeas?! ¡Estas loca!

— ¡Y tu eres una ciega! ¡¿Cómo puede ser que no lo notaras en todo este tiempo?!

— ¡Recuerda con quien estas tratando! 

Buen punto.

Bufé cansada de esta tonta discusión sin sentido—. ¿Qué fue lo que te dijo? y lo más importante, ¿que le dijiste tu a él?

— Primero... estuvimos dando vueltas por el centro comercial en busca del regalo de su mamá, aunque desde que nos vimos en el lugar donde habíamos quedado se le veía muy nervioso. Pensé que solo estaba así porque le preocupaba no encontrar algo lindo. Y ahora que lo pienso, creo que no estaba nervioso por eso.