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Los días pasan en un simple parpadeo y sin darnos cuenta había llegado una de las fechas más esperadas del año. Los copos de nieve pintaban de blanco por completo las calles, encargándose de informarnos que la víspera de Navidad había llegado. Ya no había más pétalos de cerezo, solo gruesas capas de nieve por todos lados y niños jugando a hacer muñecos de nieve.

Me levanté dando un salto de felicidad, a diferencia de años pasados estaba muy entusiasmada. Mamá pidió unos días de más en su trabajo para poder estar en casa como cada año. Nos encargamos de decorar las ventanas con luces de colores, colgamos calcetas navideñas en el mueble del televisor y decoramos nuestro pino de Navidad. El departamento se llenó de color trasmitiendo una gran calidez a quien estuviera en él.

— ¡Estas haciéndolo mal, te di la receta para que no te equivocaras, Nicol! —grité al ver desastre que estaba haciendo mi amiga con la mezcla para las galletas de mantequilla.

— ¡Eres una exagerada, estoy segura de que aún sigue siendo comestible! —se defendió.

Llegó mi mamá a la cocina después de escuchar nuestra pequeña discusión.

— Niñas, están haciendo un gran alboroto. Solo son galletas, no puede creer que no puedan hacer algo tan simple. —nos regañó, ya teníamos un rato discutiendo.

— Señora Sophia, le juro que estoy haciendo la mezcla como viene en la receta, pero la señorita perfección no deja de fastidiar.

— ¡No es verdad, eso está demasiado líquido, no se podrá utilizar así!

— ¡Solo te comportas así porque sabes que tu noviecito pasará Navidad con nosotras!

— Mentira, solo quiero que todo salga bien.

— ¡Suficiente! —gritó mi madre poniendo fin a la pelea—. No decidí quedarme en casa para escucharlas pelear. Estoy segura de que aún pueden quedar bien esas galletas, solo necesitan un poquito de arreglo y listo. —se acercó a Nicol dándole una cálida sonrisa—. Yo ayudaré a Nicol. Emily, tu puedes terminar de envolver los regalos que compraste.

Estaba a punto de oponerme a la idea pero mi madre no me lo permitió.

— No te preocupes y termina con los regalos, por favor, hija. —sonó más a una suplica que a una petición. Por lo que obedecí sin decir nada más.

Decidí concentrar mi atención en la envoltura del regalo, talvez si me estaba poniendo algo pesada con todo esto, sobre todo porque Eunwoo vendría en la noche.

No quería admitirlo pero era verdad, estaba nerviosa. Quería que este fuera un bonito recuerdo para mi novio, deseaba darle una bonita Navidad junto a nosotras. Era lo menos que podía hacer por él.

Me encontraba tan perdida en mis pensamientos que no vi el momento en el que mi mamá salió de la cocina para sentarse junto a mi en la sala de estar.

— Llevas más de diez minutos envolviendo el mismo regalo, talvez quieras envolver los otros.

Dejé a un lado lo que estaba haciendo dejando salir de mi boca un suspiro.

— ¿Nerviosa? —asentí. Rió por lo bajo—. ¿Tanto te gusta? —fue cuando la miré de frente y como si pudiera leer mis pensamientos contestó:— Todo saldrá bien, hija. —acarició lentamente mi cabellera en un intento de calmarme.

— Solo quiero que la pase bien con nosotras —confesé nerviosa—. No quisiera arruinarlo.

Suspiró:— Piensas mucho las cosas, Mily. Este día es para disfrutar la compañía de quienes amas y dar amor a los demás, en lugar de preocuparte, sonríe para él. —apretó mi mejilla ligeramente haciéndome sonreír—. También Nicol y yo queremos verte sonreír. Te aseguro que será un buen día para todos. —se levantó y antes de irse me dijo:— Asegúrate de envolver bien mi regalo, espero que sea algo lindo.

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⏰ Última actualización: Jul 19, 2022 ⏰

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𝘊𝘶𝘢𝘯𝘥𝘰 𝘓𝘢 𝘗𝘳𝘪𝘮𝘢𝘷𝘦𝘳𝘢 𝘓𝘭𝘦𝘨𝘶𝘦| 𝘌𝘶𝘯𝘸𝘰𝘰: 𝘈𝘴𝘵𝘳𝘰Donde viven las historias. Descúbrelo ahora