SHATTER

Capítulo 24

¡Harry Potter es inocente!.

El niño que vivió fue condenado erróneamente.

Se ofrece amnistía a Harry James Potter; Amelia Bones pide que comparezca ante el Wizengamot.

Los representantes del Wizengamot hablan de un grave error judicial.

¿Qué pasó realmente con Ginevra Weasley?.

Los labios de Seth Griffin se curvan con divertido desdén mientras lee los periódicos de la mañana, cada uno con un titular más y más ridículo. Es demasiado poco, demasiado tarde. Tal vez deberían haber investigado un poco más hace cinco años, cuando lo habían metido en la cárcel sin ni siquiera mirar hacia atrás. ¿Dónde había estado esta Amelia Bones cuando tenía doce años, acurrucada en un rincón de una celda húmeda y oscura, escuchando los gritos de su madre que resonaban en su cabeza?.

Sin embargo, se divierte imaginando el caos en la reunión de la Orden de la noche mientras todos estudian la información, el hecho de que él era inocente finalmente penetra en sus cráneos anormalmente gruesos. Harry sonríe para sus adentros, preguntándose cuánto tiempo pasará antes de que intenten enviarle una lechuza o algo por el estilo, rogándole una reunión. Está deseando leer sus divertidas tonterías con una profunda satisfacción. La lechuza no delatará su identidad, ya que se ha asegurado de lanzar un hechizo de desvío para que todo el correo destinado a "Harry Potter" vaya a un buzón anónimo, que a su vez transporta el correo a un contenedor guardado en las dependencias de Sirius aquí en el colegio.

Hablando de eso... levanta la vista, los ojos escudriñan perezosamente la Mesa Principal. Sus rostros están pálidos mientras leen los artículos, McGonagall de hecho está sollozando, observa con un poco de desprecio. Sus ojos se fijan en el azul pálido del disfraz de Sirius y los labios del hombre se curvan en una sonrisa viciosa. Está apreciando el caos que ha provocado el artículo de la mañana también.

-¡NO ES CIERTO!- ruge una voz conocida. Harry se gira, sin sorprenderse al ver a Ronald de pie, con el rostro enrojecido por la furia. Tiene las manos cerradas en puños y sus ojos azules brillan. -¡ESE IMBÉCIL HA MATADO A MI HERMANA! ES IMPOSIBLE QUE SEA INOCENTE-.

-¡Sr. Weasley!- Ladra Amelia, poniéndose de pie. Mira fijamente al pelirrojo para que se someta, el enrojecimiento de su cara se aleja aparte de sus orejas ligeramente grandes. Él mira fijamente por su larga nariz, negándose a mirarla a los ojos.

-Harry Potter es inocente-, declara ella con firmeza, provocando un torrente de murmullos en la sala. -Tu hermana murió por un drenaje de su núcleo mágico, esto sólo lo pueden hacer los objetos Oscuros, no los individuos. Ella ya estaba muerta cuando ambos llegaron a la entrada de la Cámara. El hecho de que usted estuviera inconsciente todo el tiempo significa que tiene poco que decir sobre el tema de los testigos, señor Weasley. Ha participado en una grave violación de la justicia y de los derechos humanos básicos. Tal vez debería meterle en la celda en la que estuvo preso Potter, a ver qué le parece-.

Ron la mira sin palabras durante unos minutos antes de hundirse en su asiento, incapaz de protestar ante los contundentes hechos de Amelia. Los murmullos siguen recorriendo la sala mientras el resto de los alumnos procesan sus palabras. El personal está callado, la mayoría tiene los ojos dirigidos a sus platos, la postura del cuerpo irradia vergüenza y culpa. A Harry no le conmueve su conciencia agobiada, ni la cara blanca de conmoción y culpabilidad en los ojos y el rostro envejecido de Dumbledore. Uno de estos días les hará saber a todos lo que realmente siente, pero no es hoy.

Aunque... tiene mérito hacer llegar su palabra al público tras este descubrimiento. Después de todo, quien controlaba las ovejas controlaba su sociedad. Se vuelve hacia Theodore y le dice, con la diversión bailando a través de él, -¿Te importaría enviar una carta por mí?-.