A las lejanías de Masachusset, en un pueblo llamado Concordia, existía una familia conformada por cinco hermanas: Anne, Meg, Jo, Amy & Beth, además de un hermano por elección, su vecino, Theodore "Laurie" Laurence, quien como un gesto de agradecimie...
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A lo largo de su corta vida, Jo March aprendió de manera lenta y dolorosa que una mujer jamás podría tener una buena educación, la sociedad pensaba de la misma manera que el despiadado maestro de Amy "Educar a una mujer, es una pérdida de tiempo", tal vez fue ese el verdadero motivo por el cuál dejo atrás algunas de sus diferencias con ella y se dedicó a prepararla junto a Beth como personas cultas, Cristóbal Colon la salve de que alguien se atreva a decir que las hermanas Mach eran unas tontas.
Conforme crecía vio con anhelo como los hombres paseaban por las calles libremente, permitiéndose correr sin la necesidad de tomar telas para que les resultase más fácil, fue descomunal cuando Mermee le confecciono unos para ella, pero terriblemente decepcionante cuando se dio cuenta de que jamás podría usarlos en público sin recibir miradas y murmullos.
Asimismo cuando su padre les dio la noticia de que se iría a la guerra, lejos de preocuparse se entusiasmó y pidió acompañarlo, petición que obviamente fue rechazada.
Jo March jamás superaría su decepción de haber sido mujer, o al menos una mujer en aquella época. El mayor error que se puede cometer en 1813, es precisamente ese... nacer mujer.
No cabía la menor duda de que las mejores oportunidades eran brindadas a los hombres, ellos tenían derecho a expresar sus ideales sin recibir miradas de reproche, podían asistir a la universidad y trabajar en aquello que les apasione, podían decidir cuándo casarse sin tener que pensar en las miradas escandalizadas que recibirían de la alta sociedad en caso de negarse a hacerlo, en cambio, las mujeres...
En conclusión, los hombres eran libres mientras las mujeres eran prisioneras.
Aunque claro, su prisión era distinta a la de un delincuente, no había barrotes pero si un esposo, lo cual para Jo era exactamente lo mismo. Pero todo cambio cuando llego a Londres y vio como el amor entre dos personas se formaba y como lucia.
Tal vez si las personas tuvieran el mismo futuro de Anne y Anthony, serían más felices. Esa era la clase de amor que Jo hubiera querido experimentar y lo estaba haciendo.
De pequeña se había jurado una cosa: no dejarse hipnotizar por un hombre. Ningún ser humano valía lo suficiente como para olvidarse de quien era ella, de lo mucho que ella valía y de lo mucho que iba a lograr en su vida.
