A las lejanías de Masachusset, en un pueblo llamado Concordia, existía una familia conformada por cinco hermanas: Anne, Meg, Jo, Amy & Beth, además de un hermano por elección, su vecino, Theodore "Laurie" Laurence, quien como un gesto de agradecimie...
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Toda historia tiene un inicio y un final, pero refiriéndonos a una de las familias protagonistas, su historia comenzaba en un pequeño pueblo de Estados Unidos, llamado Concordia.
A las lejanías del ajetreado lugar, frente a la mansión de los Laurence, en una casa blanca de dos pisos con manchas grises a causa de los años, cinco mujercitas crecieron a tal punto, de que hoy celebrarían la gran boda de otra de ellas.
-Podrías ir con Eloise y conmigo a Nueva York- la voz de Jo March se escuchaba desde el principio de las escaleras, hablaba sumamente eufórica- Estoy más que segura que encontraremos un buen lugar donde puedas actuar y explotar ese talento
-O acompañarme en mi viaje por Paris- Amy la apoyo mientras trenzaba el cabello de Beth- Tal vez tú te encargues de cuidar a Tía March mientras yo tomo mis lecciones de pintura.
Meg reía divertida mientras tomaba una de las coronas de flores que usarían todas sus hermanas –Quiero esto, Jo- coloco aquel objeto sobre la cabeza de la mencionada -Casarme y formar una familia, tener amor verdadero.
-Pero, en la vida hay más que amor verdadero- reprocho en voz alta logrando una ligera sonrisa en aquellas personas que ahora subían dichas escaleras
-Si lo hay- le dio la razón- Pero a veces, eso es suficiente. Haz crecido viendo el matrimonio de Mermee y papá, vimos el amor de Anne y Anthony, tener a alguien que te amé de manera incondicional toda tu vida. Eso es suficiente para mí.
-Crecer apesta- frunció su ceño al mismo tiempo que formaba un ligero puchero en sus labios
-¿Intentando usar las mismas técnicas?- una de las personas ingreso a aquella pequeña habitación, por un breve segundo observo a su alrededor y soltó un pequeño suspiro al sentir como todos los recuerdos llegaban a su memoria.
-¡Anne!- Gritaron las hermanas March al reconocer aquella voz, pero los gritos se convirtieron en chillidos al notar lo que traía en sus brazos.
Inmediatamente se acercaron a ella olvidando sus vestidos y peinados, solo tenían un objetivo...quitarle la bebé que estaba en sus brazos.
La mayor de las cinco, tomo aquellos segundos de libertad para dejarse caer sobre la que era su antigua cama para descansar unos breves segundos, -¡Hola, Anne que bueno verte!- hablo sarcástica ante la nula atención
-Luce más bonita de lo que describiste en tus cartas- la regaño en broma Meg, alejando a la bebe de Jo y tomándola entre sus brazos - Hola pequeña Edwina- acaricio su nariz brevemente pero la dulce bebe de apenas 8 meses y de cabello castaño tomo su dedo con su pequeña mano y abrió los ojos mostrando su parentesco con su madre.
Un chillido de ternura seguido de Jo haciendo una expresión de asco fue lo que siguió dicha acción
-¡Es tan bonita!- Beth sonrió acercándose aún más a Meg para verla con más atención
