A las lejanías de Masachusset, en un pueblo llamado Concordia, existía una familia conformada por cinco hermanas: Anne, Meg, Jo, Amy & Beth, además de un hermano por elección, su vecino, Theodore "Laurie" Laurence, quien como un gesto de agradecimie...
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Jo March siempre se había considerado buena con las palabras, sabia expresarse y podía perfectamente describir sus emociones en cada momento del día o al menos eso creía hasta que Eloise Bridgerton llego a la residencia Laurence la noche anterior.
Ella se enfrentó a una fuerte discusión con Penelope Featherington que le había dolido lo suficiente como para que, a pesar de su fuerte personalidad, decidiera ir en busca de su consuelo. Se recargo en su hombro buscando calmarse, Jo acaricio su cabello castaño recordando que eso hacia Anne con Beth cuando pasaba por un mal día, pero no se sentía de la misma manera, no era algo fraternal dentro de su corazón existía algo más.
Algo que no podía describir en palabras, no porque no quisiera sino porque se reusaba a aceptarlos. Era 1813, la sociedad se escandalizaba con la simple idea de que una señorita pensara por cuenta propia, ¿Cómo sobreviviría en esa clase de sociedad sintiéndose de esa manera?
Necesitaba un consejo, pero no de sus padres necesitaba a su hermana mayor.
Lamentablemente no pudo encontrarla sola hasta la noche siguiente, debido a que últimamente Anne dividía su tiempo siempre entre cualquiera de sus hermanas, Teddy y del melancólico Simon Basset.
Seguía sin comprender como realmente alguien tan llena de luz como Anne March pudo hacerse fácilmente de la amistad de alguien con apariencia y atuendos tan grises como Simon Basset. Jo por supuesto no era experta en moda, pero ¿Era necesario no usar ningún color diferente al negro o gris?
Anne March estaba sentada en uno de los columpios del patio trasero, permanecía en silencio con la mirada perdida dejando en evidencia la importancia de la pelea interna que tenía lugar en sus pensamientos.
-¿Qué es el amor?- pregunto yendo directo al grano, sentándose en el columpio sobrante a su lado
Anne le dedico una triste mirada a la vez que sus labios formaban una sonrisa tímida.
Aquellos ojos que brillaban cuál luces de navidad, se habían apagado como lo hacían estas en el mes de febrero una vez que las fiestas decembrinas daban por terminadas, en este caso en particular las fiestas decembrinas podrían recibir perfectamente el nombre de Anthony Bridgerton.
