Capítulo XLVIII

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"El odio es el camino para aprender"

Aristóteles

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[ Demian ]

Siento un dolor de cabeza horrible que me hace despertar, hubiera intentado dormir pero con la preocupación de que mi hijo no aparece, Rade se encuentra libre y ahora con las palabras de Danika como si tuviera algo planeado que hacer, logra que no pueda conciliar bien mi sueño; por todos los dioses del Olimpo, mi pobre cabeza terminará por estallar si el problema central no se resuelve y es que no tengo idea de cómo todos hasta las autoridades pudieron dejar desapercibido la muerte falsa de Rade en donde deberían de haberle hecho una buena autopsia para demostrar que era su cuerpo o no, pero a estas alturas ya es una estupidez darle vueltas al mismo asunto cuando al final el ex marido de Danika cumplió con su cometido, donde no sabemos dónde pueda estar Hades en este instante.

Me doy un baño caliente y pronto salgo de mi habitación, después de todo, no creo poder seguir durmiendo teniendo todo esto por encima, apenas soy conciente de que la situación no va a mejorar hasta que no tengamos noticias de Hades o al menos que Rade se comunique con nosotros para darnos alguna señal para devolvernos a nuestro hijo; pero ya lleva tres días sin llamar o al menos mantener una comunicación con Danika; sin embargo, no pierdo las esperanzas que pronto sabré de él y no tengo duda que una vez que lo encuentren, lo acabaré por completo, porque no fue suficiente con saber que secuestro a mi hijo para que también lastimará a Danika.

Mi celular empieza a sonar logrando hacer eco entre toda la casa que se encuentra en un profundo silencio, ya que después de que mi familia y los amigos de Danika se han propuesto a encontrar de una u otra forma a Hades, todos han terminado cansados en la búsqueda, la cual no ha resultado ni siquiera para encontrar una pista del maldito de Rade.

— ¿Qué sucede Belimir? —Respondo a la llamada del vigilante de la puerta principal de la finca.

Camino a la cocina y veo que Cyrene es la siguiente en aparecer, veo como ella también se encuentra triste y desesperada luego de saber que Hades desapareciera, es comprensible que ella se encuentre así después de encariñarse mucho con mi hijo, quien además de ser su cuidadora en ciertos tiempos también es su nana. Al verme, empieza a prepararme un café, en donde no tarda mucho en entregarme la taza en donde se lo agradezco.

—Señor, la señora Danika salió de la finca —dejo ir un gruñido al quemarme con el café al escuchar esa noticia inesperada.

— ¿Cómo que salió de la finca? —Siento como algo dentro de mí empieza a asustarse.

—Sí, aproximadamente hace diez minutos. Dijo que saldría a caminar, pero dudo que haya sido así, la cámara la enfoco caminando al este con una mochila encima de ella, pero por lo que me reportaron uno de los viticultores que se encontraban cerca de la zona, parece que subió a un taxi —la taza se me cae de las manos haciendo que Cyrene se alertara.

— ¡Mierda! —Empiezo a irme de la cocina, pero alguien me detiene.

— ¡¿Demian?! —Cyrene termina por llamarme luego de ver mi preocupación.

—Despierta a todos, Cyrene. ¡Ya! —Ella asiente y no le queda ni tiempo de limpiar mi desastre.

Corro en dirección a la habitación de Danika esperando que todo sea una falsa alarma, pero apenas llego, abro la puerta de forma inesperada en donde no encuentro más que su cama hecha. El corazón empieza a palpitarme rápido en donde empiezo a llamarla, buscando si no está en el baño o que al menos ha dejado alguna nota en la que pueda comunicarme dónde ha ido, sin embargo, no encuentro nada.

Jefe, tendré un hijo suyoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora