Capítulo XV

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"En la tormenta es cuando se conoce al buen piloto"

Séneca

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Espero que todas digan algo pero en vez de eso, se quedan petrificadas, anonadadas y con la boca abierta por la impresión calmada que he dado mediante les fui comentando la verdad sobre quién es el padre del bebé; al principio no pensé en comentar absolutamente nada sobre el tema, incluso, siempre tuve en mente en conservar el secreto por el dicho caso que Demian desea que entre menos personas lo sepan, nadie se entere del futuro que tendrá el niño o la niña; pero desde que entre a la casa de Jelena,, no pude librarme de cada una de mis amigas cuando empezaron a preguntarme sobre mi embarazo.

En sí, no he tenido cabeza la última semana para seguir pensando sobre el futuro que prefiero que tenga el bebé, simplemente he querido seguir con mi vida sin apartar los cuidados que necesita la criatura, por lo menos el trabajo me distrae de ello, como también la ayuda que me ha dado Demian que a pesar que sólo lo vea en los días de las reuniones, se mantiene al tanto de todo lo que necesite para que no me haga falta a mí y al bebé.

A pesar que al principio fue difícil tener que convencerlo en que necesitaba seguir trabajando en la empresa, al final acepto con la condición que el trato en la compañía seguiría siendo entre empleada y jefe, lo cual no lo niego porque es lo más conveniente que debemos hacer para evitar que alguien descubra la única relación que podemos tener por el momento y por la cual, no nos podemos separar. Además, el salario que recibo me sigue sirviendo para seguir pagando mis deudas que es un tema que no he discutido con mis amigas sino es probable que empiecen su lluvia de preguntas con el fin de culpar solo a Rade cuando en sí, debí de desligarme de él desde hace tiempo.

Lo malo de esto, es que tampoco puedo pagar un abogado cuando he consultado con varios sobre el costo de llevar un caso de divorcio, además con eso que las autoridades no encuentran a Rade, a veces me hace creer si no escapo del país para desligarse de todo cargo criminal luego de que hizo la malversación de fondos y no tiene ni siquiera cinco kunas para pagar todas las deudas que le creo a su antigua empresa en la que trabajaba; además creo que también está huyendo de mí cuando ya debe de saber que la mayor parte de los préstamos que hizo, ocupo mi nombre, el cual hasta el momento, los bancos tampoco me dan una solución propia a esté problema en donde siguen reclamando que debo ser yo quien pague las cuentas, lo cual es injusto.

— ¿Ya sabe él sobre el bebé? —Asiento a la pregunta que me hace Tihana.

Todas volvieron a sorprenderse como si estuvieran viendo una de esas novelas con mucho drama en la televisión, se miraron mutuamente y nuevamente pusieron su atención en mí para seguir escuchando lo que digo.

— ¿Qué piensa Demian de esto? —Pregunta Tara.

¿Qué piensa Demian? Si me pagaran por dudar en cada uno de los pensamientos de él ya hubiera podido solventar todas mis deudas pero actualmente, no sé qué es lo que podrá pasar por su mente, realmente a él se le hace más fácil evitar el embarazo cuando no convive conmigo y sólo me debe de ver dos veces por cada mes; en cambio a mí, se me hace más difícil cuando tengo al bebé creciendo en mi vientre y sin decir que será complicado tener que desvincularme de la criatura cuando empiece a sentir sus primeros movimientos, porque aunque no me guste la decisión que tome, tengo que pensar en el mejor bienestar a no ser que cambie de opinión...

—No sé qué responderte. —Encojo los hombros. —Simplemente él no quiere tener ni una relación con el bebé.

—Es de comprender, solo fue un donador y los donadores no tienen ese interés de involucrarse y más, al corresponder una paternidad de la que no desean —explica Jelena.

Jefe, tendré un hijo suyoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora